Desde que Putin anunciará la movilización de 300.000 reservistas en Ucrania, han sido miles los ciudadanos rusos que han tratado de huir del país. Bruselas, ante esta situación, ha asegurado que están intentado coordinar una respuesta conjunta entre los Veintisiete para acoger aquellos rusos que no quieren combatir.

"Seguimos muy de cerca la situación y hay contactos en curso con los Estados miembros", ha señalado el portavoz jefe de la Comisión Europea, Eric Mamer. No obstante, el dirigente europeo ha recordado que "hay un marco jurídico en materia de asilo que continúa estando en vigor".

El pasado jueves cruzaron a Finlandia un total de 6.470 ciudadanos rusos, según la Guardia de Fronteras del país. Una cifra que, a pesar de ser "más alta de lo normal", continúa estando en los niveles habituales del fin de semana. Tampoco Estonia y Lituania han observado en los últimos días un incremento de rusos. 

Sin embargo, hay que tener en cuenta que Estonia, Letonia, Lituania y Polonia, países fronterizos con Rusia, han dejado de emitir visados de turista a los ciudadanos rusos. Finlandia, por su parte, ha reducido los permisos a un 10%, de tal manera que solo permiten la entrada bajo contadas excepciones.

Así, han comenzado a aflorar las diferencias entre los Estados miembros. El ministro de Exteriores letón, Edgars Rinkevics, ha corroborado su posición al señalar que "por razones de seguridad Letonia no emitirá visados humanitarios o de otro tipo a aquellos ciudadanos rusos que eviten la movilización". Alemania, por el contrario, sí que ha pedido "un camino" para que los objetores de conciencia y desertores rusos "puedan venir a Europa".

Ante esta situación, República Checa, que ostenta actualmente la presidencia rotatoria de UE, ha convocado una reunión para el próximo lunes. El objetivo es coordinar una postura común entre los Veintisiete. Mientras tanto la Comisión ha pedido a los países miembros que estudien todas las peticiones de asilo caso por caso. 

Un procedimiento que puede demorarse, ya que la UE ha endurecido la emisión de visados a rusos desde que comenzó septiembre. Ahora, un ciudadano ruso en busca de asilo tiene que aportar una mayor cantidad de documentos, lo que ha supuesto que el proceso se encarezca hasta costar unos 80 euros.