Este artículo se publicó hace 4 años.
Biden y Sanders preparan una agenda progresista sobre cambio climático, sanidad, economía y educación
El candidato demócrata y el senador por Vermont crean seis equipos conjuntos que elaborarán las propuestas del partido sobre sendos temas clave. Formarán parte de esos grupos 48 políticos, expertos y activistas, entre ellos, el exministro de Exteriores John Kerry y las congresistas Alejandra Ocasio-Cortez y Pramila Jayapal.
Manuel Ruiz Rico
Washington-
El candidato demócrata oficioso a la Casa Blanca, Joe Biden, y quien haya sido su principal contrincante en la carrera de las primarias, el senador progresista Bernie Sanders, han presentado la composición de los seis equipos de trabajo conjuntos que ambos anunciaron el mes pasado cuando Sanders suspendió su campaña y ofreció su apoyo al vicepresidente de Barack Obama. Los equipos, una herramienta clave para unificar el partido y cerrar un programa común entre Biden y el sector izquierdista del mismo, versarán sobre seis temas clave: sanidad, cambio climático, economía, inmigración, educación y reforma judicial.
Entre las personas que compondrán los equipos hay nombres clave en ambos sectores del partido. Por parte de Sanders, la congresista Alejandra Ocasio-Cortez copresidirá junto al exministro de Exteriores de Obama John Kerry el grupo sobre cambio climático. La congresista Pramila Jayapal, que lidera en esa cámara la propuesta de una sanidad pública universal y gratuita, copresidirá el grupo sobre sanidad, mientras que quien fuera fiscal general durante la administración Obama, Eric Holder, presidirá el equipo de trabajo sobre reforma judicial.
"Debemos general las mejores ideas para crear una agenda que la clase trabajadora de este país necesita desesperadamente y así dirigirnos hacia una sociedad más justa", ha asegurado Sanders en un comunicado, que añade: "Elogio a Joe Biden por trabajar junto con mi equipo de campaña para reunir a un grupo de líderes pensadores y activistas en la unificación del partido en una dirección transformadora y progresista".
Sanders, que sabe que la creación de estos grupos es un primer paso en su empeño en hacer virar el partido hacia postulados cada vez más progresistas, instó al partido a pensar "en grande, actuar con valentía y luchar para cambiar el rumbo de nuestro país".
En cuanto a Biden, ha destacado en un comunicado que "la labor de los grupos de trabajo será esencial para identificar vías para construir en conjunto y seguir progresando. No se trata simplemente de retroceder el reloj a una época anterior a Donald Trump, sino de transformar nuestro país".
El candidato demócrata ha valorado la formación de estos equipos conjuntos con Sanders como medida para cohesionar a los demócratas. "Un partido unido", asegura, "es clave para derrotar a Trump en noviembre y dirigir nuestro país en medio de esta crisis sin precedentes. En tanto que trabajemos por un objetivo compartido, es especialmente crítico que no perdamos de vista las cuestiones urgentes que están afrontando los estadounidenses".
La alianza de conveniencia empieza a dar sus primeros resultados palpables. Biden necesita a Sanders para disputarle a Trump la presidencia en noviembre con un partido cohesionado y con los votos del sector izquierdista del partido, los fieles a Sanders, mientras que éste, derrotado en las primarias, ha de contar con Biden si quiere aplicar el peso de los delegados obtenidos en las primarias para forzar al partido hacia propuestas de izquierda, sobre todo en cuanto a la sanidad pública universal, la reforma del sistema productivo, de consumo y energético hacia un modelo sostenible, temas migratorios y avanzar hacia una educación pública que no implique la elevadísima deuda por estudios que tiene el país.
48 políticos, expertos y líderes sociales
Según informa el medio progresista Vox, los seis grupos estarán compuestos en total por 48 personas elegidas a medias por Biden y Sanders. Entre ellos, hay, además de políticos (senadores y congresistas fundamentalmente), expertos, activistas y líderes sociales.
Entre estos últimos, se encuentran, por ejemplo, el médico Abdul El-Sayed, del entorno de Sanders. El-Sayed es doctor en salud pública y epidemiólogo y promotor de un sistema de salud pública, gratuito y universal. Fue director del Departamento de Salud de Detroit entre 2015 y 2017.
Junto a El-Sayed, otros nombres destacados elegidos por Sanders son los de la cofundadora del Sunrise Movement, Varshini Prakash, que integrará el grupo sobre cambio climático; la economista de la Universidad Stony Brook en Nueva York, Stephanie Kelton, experta en deuda, crítica con la austeridad y responsable del programa económico de Sanders; y Alejandro Adler, del Centro para el Desarrollo Sostenible de la Universidad de Columbia de Nueva York, para el grupo sobre educación.
El exdirector de campaña de Sanders, Faiz Shakir, que ha estado liderando las negociaciones con la campaña de Biden, ha celebrado que el equipo de Biden ha estado muy "dispuesto y abierto" a trabajar con los progresistas durante todo el proceso.
En declaraciones a Vox, Shakir ha señalado que el hecho de que Biden "no ha desarrollado [su programa] tan profundamente como otros candidatos, da una oportunidad" a Sanders puesto que éste tendrá "más espacio para influir en la construcción de una agenda de propuestas políticas más detallada".
En cuanto a Biden, entre los nombres que ha seleccionado para sumarse a esos seis equipos se encuentras personas como la directora de la Agencia de Protección Ambiental durante la administración Obama, Gina McCarthy; la congresista por California Karen Bass; la presidenta de la Asociación Nacional de Educación, Lily Eskelsen García; y la sindicalista y presidenta del Sindicato Internacional de Empleados del Sector Servicios, Mary Kay Henry.
Este movimiento de Sanders y Biden viene a confirmar lo afirmado en un comunicado conjunto emitido hace un mes por ambos candidatos, cuando destacaron que, "aunque Sanders ya no busca activamente la nominación, Biden cree firmemente que lo mejor para el partido y para derrotar a Donald Trump en noviembre es llegar a un acuerdo sobre estos temas, que asegure la representación de los partidarios de Sanders y de sus candidatos a delegados [en el Partido Demócrata]".
Una de las pruebas de fuego para comprobar hasta qué punto Biden está dispuesto a vascular hacia la izquierda estará en el grupo sobre sanidad. La propuesta de un modelo de sanidad pública, universal y gratuita (el llamado Medicare-For-All) es la piedra angular del programa de Sanders. Si Biden no acaba por presentar una propuesta sanitaria muy en la línea del senador por Vermont, todos los esfuerzos del candidato demócrata por atraer al electorado izquierdas seguidor de Sanders podría venirse abajo.
Por eso, ciertos sectores ligados a Sanders siguen siendo suspicaces y desconfían de Biden, que necesitará, en buena medida, no sólo parecerlo sino serlo, y ahí tendrá que hilar muy fino porque corre el riesgo de ahuyentar el electorado más moderado o conservador dentro de los demócratas.
El exredactor de los discursos de Sanders, David Sirota, publicó un tuit el pasado miércoles en esta línea. "Biden no necesita grupos de trabajo para elaborar sus políticas. Podría simplemente apoyar ciertos proyectos de ley demócratas existentes, pero se niega. Los grupos de trabajo son una artimaña insultante para fingir que algo real está sucediendo cuando en realidad nada real está sucediendo".
Sirota admite que "es bueno que algunos progresistas estén en esos grupos de trabajo", pero insiste: "Es malo que se espere que pensemos que esos equipos son reales, cuando todos sabemos que no son nada real".
Desde luego, a Biden no se lo van a poner fácil los seguidores más fieles a Sanders y éste, a su vez, tendrá que poner mucho de su parte para que sus seguidores no se decepcionen y retiren su apoyo al partido demócrata en las próximas elecciones. Un medio indispensable para que Sanders logre que sus seguidores se vuelquen en bloque con Biden será obtener realidades y propuestas concretas progresistas del trabajo en conjunto con el vicepresidente de Obama. De momento, los equipos de trabajo anunciados esta semana son una senda inequívoca en esa dirección.
Junto a la formación de estos equipos, otra bala en la recámara que tiene Biden para convencer al sector que representa Sanders de que se presentará a las elecciones de noviembre con una agenda progresista, es el nombramiento de su vicepresidenta. Si finalmente nombra a la excandidata Elizabeth Warren, que lidera las encuestas con claridad y que es izquierdista como Sanders (defensora del Medicare-For-All y de erradicar la deuda estudiantil), Biden pondrá realidades sobre la mesa para mostrar que quiere transitar en esa dirección. Un paso en falso haría perder a Biden apoyos entre los seguidores más izquierdistas del partido, quienes escrutan con lupa, desconfiados, todo cuanto hace Biden, a quien siempre han visto como un candidato centrista, poco atrayente y puro representante del establishment.
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