Este artículo se publicó hace 13 años.
Ben Alí releva a su ministro de Interior por las revueltas
El régimen tunecino impone el toque de queda nocturno en la capital del país
El presidente tunecino, el septuagenario Zine el Abidine Ben Ali, no logra contener la oleada de protestas en Túnez que se ha convertido en la amenaza más seria a su poder autocrático en 23 años.
Tras el fracaso de sus promesas de crear 300.000 empleos para frenar la ira de los jóvenes del país, y en un nuevo intento de acabar con las protestas, el primer ministro, Mohamed Ghanuchi, anunció este miércoles la destitución del ministro de Interior, Rafik Belhaj Kacem, y aseguró que todos los detenidos desde que comenzaron las protestas a mediados de diciembre serían puestos en libertad.
El Gobierno ha prometido investigar los casos de corrupción
Ghanouchi también prometió la creación de una comisión de investigación de los casos de corrupción en la Administración, demandada por los partidos de oposición y las organizaciones sociales.
El anuncio de estas medidas que buscan apaciguar a la población no significó, sin embargo, que la reacción del régimen hacia los contestatarios se esté suavizando. El Ministerio de Interior tunecino decretó ayer el toque de queda nocturno en la capital del país y en los barrios que la circundan, tras los disturbios violentos registrados desde el martes en la ciudad.
El toque de queda, que ya se había aplicado la noche anterior en otras cuatro regiones del país (Beja, Gafsa, Kaserín y Telab), estará vigente desde las 20 horas hasta las cinco y media de la madrugada de hoy.
"Ya van más de un centenar de muertos", asegura el periodista Omar Mestiri
La decisión llega después de que en al menos tres barrios del norte de la ciudad y también en el centro de Túnez se produjeran ayer manifestaciones que derivaron en enfrentamientos violentos con las fuerzas de seguridad.
Gases lacrimógenosCentenares de jóvenes que gritaban consignas contra el régimen intentaron acceder a la céntrica avenida Habib Burguiba cuando fueron dispersados por las fuerzas antidisturbios, que dispararon gases lacrimógenos.
Varios agentes secuestraron ayer al conocido opositor Hamma Hammadi
También en los barrios pobres del Gran Túnez como la Cité de Etadamén e Intilak se reprodujeron ayer los disturbios y enfrentamientos del martes.
Fuentes sindicales y de los partidos de oposición informaron a Efe de que en tres barrios de la zona norte de la capital decenas de jóvenes se enfrentaron con piedras y cócteles molotov a las fuerzas de seguridad.
El periodista y militante de derechos humanos Omar Mestiri, director de redacción de radio Kalima y miembro del Consejo Nacional para las Libertades en Túnez, exiliado en España, explicó a Público que la represión en su país no sólo no cesa sino que se está recrudeciendo: "Ya va más de un centenar de muertos. La masacre continúa y escuadrones de la muerte siembran el terror".
Según Mestiri, el conocido opositor Hamma Hammadi fue secuestrado ayer por miembros de la seguridad militar, que se lo llevaron de su domicilio en la capital, Túnez. Director del periódico Al Badil, prohibido por las autoridades, y portavoz del Partido Comunista de los Obreros de Túnez (PCOT), Hammami ha sido agredido en sucesivas ocasiones a causa de su oposición al régimen.
Pese a las detenciones, la revuelta se extiende por casi todo el país. Según testigos citados por Reuters, cuatro tunecinos murieron ayer en choques con la policía en la ciudad de Douz .
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