Este artículo se publicó hace 13 años.
Aumenta la presión sobre Rousseff tras la segunda dimisión en su Gobierno
La prensa brasileña pide mano dura contra la corrupción y duda de la solidez de la coalición
Es el segundo miembro del Gabinete de Dilma Rousseff que cae en apenas un mes. El ministro de Transportes, Alfredo Nascimento, se vio obligado a presentar su dimisión el martes, presionado por las acusaciones de formar parte de una red de corrupción y comisiones ilegales. Todo ello, en una cartera que se encarga de buena parte de las obras del Programa de Aceleración del Crecimiento (PAC), uno de los pilares de la política de la presidenta, y de las inversiones que se aceleran en Brasil por el Mundial de Fútbol de 2014 y las Olimpiadas que Río de Janeiro acogerá en 2016.
Preocupan ahora en Brasil las repercusiones que tendrá este nuevo escándalo. Nascimento pertenece al Partido Republicano (PR), uno de los grandes aliados del Partido de los Trabajadores (PT) de Dilma en el Congreso, y, en un sistema multipartidista como el brasileño, las coaliciones son siempre un asunto delicado.
Con Nascimento, que volverá ahora al Senado, ha caído la cúpula del Ministerio, pero la presidenta ha manifestado su intención de dejar la cartera en manos de los republicanos: los dos nombres que más suenan son los de BlairoMaggi y Paulo Sérgio Passos.
Las cosas se le complicaron a Nascimento cuando el pasado fin de semana el semanario Veja publicó que, durante años, las empresas que trabajan con el Gobierno habrían pagado comisiones del 4% por obtener la adjudicación de las obras, y del 5% en el caso de las consultoras.
Poco después, el diario O Globo reveló que la empresa del hijo de Nascimento, Gustavo Morais Pereira, registró un crecimiento patrimonial astronómico en menos de dos años. Ya antes de las denuncias públicas, Dilma había manifestado su malestar al exministro por el aumento abusivo y descontrolado del valor de los contratos, según el diario Folha de São Paulo.
Pérdida de confianzaEl escándalo llega un mes después de que el ministro de la Casa Civil (la Presidencia), Antonio Palocci, abandonara el cargo, acusado de enriquecimiento ilícito y cercado por la presión mediática. Ya entonces se puso en duda la solidez de la coalición gubernamental, ya que líderes del principal aliado del PT, el Partido del Movimiento Democrático Brasileño, manifestaron haber perdido confianza en el Gobierno.
Tanto en el caso de Paloccicomo en el de Nascimento, se trata de esquemas políticos heredados de Luiz Inácio Lula da Silva. Por eso, la prensa brasileña anima a Dil-ma a hacer honor a su fama de disciplina férrea para limpiar la cartera de Transportes y mejorar la dañada imagen del Gobierno y asegura que se trata de una ocasión óptima para que la presidenta suelte amarras de su antecesor y rediseñe su Gabinete.
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