Este artículo se publicó hace 12 años.
El atentado que desató el genocidio en Ruanda fue obra de los hutus
Un estudio de balística demuestra que el avión del presidente Juvénal Habyarimana fue abatido por la propia guardia presidencial hutu
El estudio de los motivos que desencadenaron el genocidio de 800.000 personas en Ruanda en 1994 dio ayer un giro inesperado, después de que el juez francés, Marc Trévidic, estableciera, tras un informe científico, que fue la propia guardia presidencial hutu la que derribó el avión del entonces presidente Juvénal Habyarimana, y no los rebeldes tutsis como estableció el anterior juez, Jean Louis Bruguière.
Según publican hoy los medios franceses, el estudio balístico demuestra que los disparos que abatieron el avión de Habyarimana el 6 de abril de 1994 provenieron del campo de Kanombé, donde se encontraban los soldados extremistas hutus que teóricamente debían protegerle. Habyarimana acababa de firmar un pacto con los tutsis liderados por Paul Kagamé para compartir el poder.
La teoría de Bruguière apuntaba a todo lo contrario y acusó a los rebeldes del Frente Patriótico Ruandés de Kagamé de haber organizado el ataque. El juez galo llegó a solicitar en 2006 órdenes de arresto internacional contra varios cabecillas del grupo rebelde, lo que provocó la ruptura de relaciones entre Francia y Ruanda ya que ahora el presidente es el propio Kagamé, tutsi.
Los diarios franceses hablan de "genocidio planificado"Bruiguière fue sustituido por Trévidic, que en lugar de haber enterrado el caso, decidió llevar a cabo el estudio científico que ha terminado por dar un vuelco a la historia. Si bien la muerte de Habyarimana no está considerada como la causa principal del genocidio, sí se tiene en cuenta como uno de los motivos que desataron la violencia étnica en el país, por lo que en Francia, el diario Libération, por ejemplo, habal de "un genocidio planificado".
Para Le Monde, el atentado tenía el objetivo "de provocar una situación de caos propicia para perpetrar la masacre planificada y sistemática de tutsis y de los hutus moderados. De hecho, las matanzas se llevaron a cabo inmediatamente después del atentado".
Bernard Maingain, abogado de Kagamé, que fue el centro de las críticas durante muchos años de varias administraciones francesas, dijo esta mañana a Radio France Info que la noticia marca "un momento histórico" para Ruanda y que "la justicia francesa y los que saben lo que pasó tendrán que investigar en la dirección que nosotros habíamos indicado. Éste es un momento de alegría para una serie de personas que fueron tomadas como rehenes en este asunto. Creemos que se ha buscado desestabilizar la dirección de un país", dijo.
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