Así están organizadas las protestas estudiantiles que piden poner fin al genocidio de Gaza al Gobierno de Biden
El alumnado ha levantado campamentos en la Universidad de Columbia, lo que ha recibido una dura respuesta por parte de las instituciones. Con meses de planificación, los manifestantes se apoyan en la historia de movilizaciones de su centro.
Madrid-
La acampada en la Universidad de Columbia (Nueva York), que comenzó el pasado 17 de abril ha alcanzado una proyección internacional y ha logrado trascender los límites de EEUU, con las primeras protestas propalestinas en la Universitat de València. Este es el modo de organización que reclama a Biden parar el genocidio en Gaza y que recuerda a las emblemáticas asambleas del 15M por un cambio político.
Las protestas en este centro de la Ivy League han sido organizadas por Columbia University Apartheid Divest (CUAD), que se describe a sí misma como una coalición de más de 100 grupos de estudiantes. Se fundó en 2016, y trató sin éxito de poner fin a las inversiones de Columbia en fabricantes de armas y otras empresas que apoyan la ocupación israelí de los territorios palestinos.
Los estudiantes, entre los que hay miembros judíos, musulmanes y palestinos, reactivaron la coalición y sus reivindicaciones de desinversión después de que Israel le declarara la guerra a Hamás en el enclave de Gaza tras los ataques del pasado 7 de octubre.
Meses de preparativos
Antes de levantar sus tiendas en el jardín principal de la universidad, un pequeño grupo de estudiantes se reunió en privado durante meses para esbozar los detalles logísticos de una ocupación ininterrumpida, según describen varios medios internacionales.
Un pequeño grupo planeó durante meses la logística de las acampadas, desde las detenciones hasta la gestión de la basura
Durante horas de sesiones de planificación, debatieron estrategias de comunicación y su disposición a arriesgarse a ser detenidos, además de otras cuestiones como el acceso a los baños y la recogida de basura. Después, tras buscar en internet las opciones más asequibles, encargaron las tiendas de campaña.
Los organizadores han declarado recientemente que han desmantelado algunas tiendas por motivos de seguridad contra incendios, pero que sigue abierta la admisión de personas ajenas al campamento siempre que respeten las normas de la comunidad, como no hacer fotografías, no tirar basura y no relacionarse con los opositores.
Los estudiantes honran su historia
No es la primera vez que el alumnado de esta universidad plantea demandas de este tipo. Columbia tiene una importante historia de activismo estudiantil, como la célebre ocupación en 1968 de varios edificios del campus para concienciar sobre la guerra de Vietnam.
En abril de ese año también se acercaba el final de un curso académico cuando los estudiantes tomaron cinco edificios del campus. Los motivos eran múltiples. Algunos protestaban por la conexión de la universidad con un instituto que investigaba armamento para la guerra de Vietnam; otros se oponían a cómo la escuela trataba a los residentes negros en los alrededores de la comunidad.
El estudiantado nunca ha olvidado su historia. También ahora, cuando alumnas y alumnos propalestinos piden a la universidad que renuncie a cualquier vínculo económico con Israel a causa de la guerra de Gaza. Esto ha contribuido a desencadenar manifestaciones similares en campus de todo el país y del mundo.
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