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El intento de asesinato a Trump agita la política estadounidense con un Biden en horas bajas

Los expertos creen que el incidente puede catapultar al líder republicano "a corto plazo", pero descartan un posible impacto en los resultados electorales de noviembre.

Donald Trump es evacuado de un mitin en Pensilvania tras recibir un disparo cerca de la oreja.
Donald Trump es evacuado de un mitin en Pensilvania tras recibir un disparo cerca de la oreja. - David Maxwell / EFE / EPA

Los 2.400 delegados del Partido Republicano elegirán durante los próximos cuatro días en Milwaukee (Wisconsin) a sus representantes para tratar de recuperar la Casa Blanca. El evento cuenta con un dispositivo de "seguridad especial" comandado por la inteligencia de EEUU. La cita culminará con la designación de Donald Trump como candidato a la presidencia de los Estados Unidos. El intento de asesinato que ha sufrido el expresidente americano este fin de semana puede sacudir –todavía más– una de las campañas más convulsas de los últimos tiempos: Joe Biden en horas bajas, la sombra del asalto al Capitolio todavía presente y las relaciones de Washington en el punto de mira.

Thomas Matthew Crooks es el principal sospechoso del ataque sufrido por el líder de los republicanos, según el FBI. El joven disparó hasta en ocho ocasiones con un fusil AR-15 desde la azotea de un edificio situado fuera del recinto de seguridad. Trump se llevó una mano a la oreja y empezó a sangrar. Los guardaespaldas se lanzaron a cubrirlo y los agentes del servicio secreto mataron al presunto autor del atentado ipso facto

El presidente de EEUU, Joe Biden, anunció este domingo una investigación independiente para determinar lo ocurrido durante el mitin del expresidente del país en Butler (Pensilvania). El mandatario ha pedido a la ciudadanía no sacar "conclusiones apresuradas" y resolver las diferencias políticas "en las urnas, no con balas". El suceso se saldó con una víctima mortal y dos personas heridas. Trump salió del acto con el rostro ensangrentado, pero elevando el puño en seña de "resistencia" ante sus votantes. 

"Tenemos que ser cautos al hablar de los posibles efectos electorales del ataque. El impacto a corto plazo puede ser positivo para Trump, pero no podemos olvidar que la historia de Estados Unidos está llena de violencia. El país ha tenido cuatro presidentes asesinados y otros 16 fueron objeto de intentos de homicidio frustrados. Esto no siempre se ha traducido en una reelección", señala Pablo Simón, politólogo y profesor en la Universidad Carlos III de Madrid. 

Los comicios se celebran en menos de cuatro meses y todos los escenarios están abiertos. Trump se presenta a las elecciones con una mancha en el currículum: ser el primer expresidente condenado por lo penal. Las encuestas, sin embargo, lo dan como favorito en buena parte de los estados clave. El posible relevo de Joe Biden y las dudas sobre sus capacidades físicas y cognitivas copan el debate en el bando demócrata. "Las presiones para que el presidente de un paso atrás pueden aumentar [a raíz del atentado]. Los nervios están ahí", continúa Simón. 

"Este atentado apenas tendrá impacto en los resultados electorales, porque cuatro meses son muchos meses [las elecciones están fijadas para el 5 de noviembre]. Trump lo tiene fácil para ganar, pero no por el ataque, sino por un tema que acapara el debate público desde hace tiempo: la salud y las capacidades de Biden para hacer frente a cuatro años más de presidencia", advierte Ana Sofía Cardenal, politóloga y profesora en la Universitat Oberta de Catalunya.

Las estrategias políticas de ambos partidos se desarticularon este sábado en Pensilvania. Los demócratas han puesto en pausa una campaña centrada en alertar de los posibles riesgos de la vuelta de Trump a la Casa Blanca y han pedido "unidad nacional". La prensa estadounidense asegura que el líder de los republicanos llega "reforzado" a la convención del partido y acapara todos los focos, tanto dentro como fuera de su ejército de ultras. 

El simbolismo de unas imágenes "históricas"

La reacción de Trump tras el intento de asesinato de este sábado dejó imágenes que pasarán a la historia de la política global. El expresidente americano se mostró entre los agentes del servicio secreto con el rostro ensangrentado y el puño en alto, mientras gritaba "luchad, luchad, luchad" y recibía una ovación de los asistentes al mitin. Evan Vucci (Associated Press) es uno de los fotógrafos que capturó al magnate tras el incidente. "Sabía que este iba a ser un momento clave en la historia de Estados Unidos y tenía que documentarlo. Es nuestro trabajo como periodistas", explica el propio autor en unas declaraciones recogidas por la agencia para la que trabaja.

Las imágenes han tardado menos de 24 horas en aparecer estampadas en camisetas, gorras y tazas en algunos portales de venta online. Trump no solo aparece con el puño en alto y frente a una bandera de Estados Unidos, sino que también mira directamente al público. El gesto del mandatario está lleno de "simbolismo" y contrasta con la postura cabizbaja de los agentes que lo protegen. "En la época del turbocapitalismo se hace merchandising de todo y esto no iba a ser menos", sentencia Pablo Simón. 

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