Este artículo se publicó hace 10 años.
Al Asad y los yihadistas cruzan acusaciones de recurrir a gas químico
El Gobierno sirio y el grupo yihadista Frente al Nusra se han acusado mutuamente de utilizar gas venenoso en un ataque a la ciudad de Kafr Zita, en la provincia de Hama en el que han muerto al menos dos personas y decenas han resultado heridas. La televisión estatal ha responsabilizado al grupo yihadista del uso de este gas, mientras que fuerzas de la oposición han asegurado que un ataque con aviones del Ejército ha provocado asfixia y envenenamiento.
El portavoz del Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, Kafr Zita, ha asegurado que varios aviones del Gobierno liderado por el presidente, Bashar al Assad, han bombardeado Kafr Zita con bombas barril que han producido un humo espeso y un olor que ha llevado a casos de sofocos y envenenamiento. Por su parte, la televisión estatal siria ha asegurado disponer de información que demostraría la responsabilidad de la organización yihadista rebelde en este ataque, además de afirmar que el Frente al Nusra planea atacar dos ciudades más próximamente.
"Estamos tratando de analizar esto. Por ahora, no hay nada corroborado", dijo la embajadora estadounidense ante la ONU, Samantha Power, en una entrevista a la cadena ABC News. "Pero creo que en el pasado hemos demostrado que haremos todo lo que esté en nuestro poder para establecer lo que ha pasado y después considerar posibles acciones en respuesta", agregó Power.
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, amenazó el pasado septiembre con una intervención militar en Siria tras acusar al régimen del uso de armas químicas contra la población civil, pero finalmente renunció a esa idea al alcanzarse un acuerdo diplomático para la entrega y destrucción del arsenal químico sirio. Preguntada si Obama podría volver a considerar una intervención militar, Power se limitó a indicar que "el presidente ha dejado muy claro lo alarmante que encuentra el uso de armas químicas" y recordó que hasta ahora "se han podido retirar y destruir más de la mitad de las armas químicas de Siria". "Tendremos que examinar nuestra política sobre esto", señaló Power en referencia a una posible respuesta si se verifican los informes.
El pasado mes de agosto un ataque con armas químicas cerca de la capital causó la muerte de centenares de personas. La comunidad internacional responsabilizó al Gobierno sirio de lo sucedido, y pese a que Al Asad negó cualquier tipo de responsabilidad, accedió a entregar su armamento químico para su destrucción.
Al Asad, ha considerado este domingo que la guerra civil en el país está en "un punto de inflexión" debido a las últimas victorias logradas por las fuerzas gubernamentales, según informan los medios estatales. En los últimos meses, las fuerzas gubernamentales, respaldadas por combatientes de Hezbolá, han recuperado zonas controladas por los rebeldes y localidades fronterizas, cortando las rutas de suministro de los rebeldes desde Líbano y garantizando el control de la principal carretera que lleva hacia el norte desde Damasco hacia el centro de Siria, Homs y el Mediterráneo.
El Gobierno también ha pactado treguas localizadas en algunos distritos en Damasco y sus alrededores, poniendo fin al asedio a zonas bajo control rebelde, muchos de los cuales duraron más de un año y provocaron hambruna y muertes. Al Assad se dispone a optar a un tercer mandato en las elecciones presidenciales que se celebrarán el próximo mes de julio, que las potencias occidentales han tachado de "parodia de democracia".
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