Este artículo se publicó hace 14 años.
El arzobispo de Viena vincula el celibato a los casos de abusos
Su archidiócesis niega que su superior haya puesto en duda el celibato en la Iglesia Católica
Polémica en el seno de la Iglesia por las delcaraciones del arzobispo de Viena, Christoph Schönborn, cuestionando la conveniencia del celibato. Schönborn relaciona la prohibición con los casos de abusos sexuales a menores que últimamente ahogan la actualidad eclesiástica.
"Es importante buscar las causas de los abusos sexuales", reconoce el arzobispo, quien considera que "entre ellas" está "el tema del celibato". El cardenal austríaco realiza estas afirmaciones en un artículo escrito en la revista de su archidiócesis.
Sin embargo, donde Schörnborn dijo una cosa ahora la archidiócesis corre a decir otra muy distinta en un comunicado en el que se pretende aclarar que su superior nunca ha puesto en duda el celibato en la Iglesia Católica.
Schörnborn, que también es presidente de la Conferencia Episcopal austríaca, es uno de los que más activo se ha mostrado con los recientes casos de abusos que han salpicado a la institución, llegando a asegurar que "los autores de los abusos eran más protegidos que las víctimas" y exigiendo "transparencia y verdad" en todos los casos denunciados.
El austríaco también ha impulsado la creación de una nueva reglametación interna en la Iglesia para advertir y tratar estos casos de forma unificada, una iniciativa que ha recibido el aplauso de grupos de católicos de base. Al parecer, el modelo incluiría algunas ideas que ya se aplican en la archidócesis de Viena, donde existe desde 1996 un puesto de atención para quienes quieran denunciar estos abusos.
Algunos analistas, así como el conservador diario Die Presse, consideran que Schönborn trata de poner freno a la creciente pérdida de fieles de la Iglesia Católica en Austria debido a los escándalos.
Un numero récord de creyentes, 53.216 personas, abandonó oficiamente el catolicismo en 2009, un 30,9% más que el año anterior. Esta pérdida de creyentes tiene importantes consecuencias para las cuentas de la Iglesia, ya que se financia con las aportaciones ciudadanas a través de los impuestos de quienes se definen como católicos, cuyo número está descendiendo velozmente.
Las bajadas anuales de entre 30.000 a 50.000 creyentes en los últimos 30 años han rebajado el número de católicos en un millón de personas en el país centroeuropeo.
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