Casi 400 personas, todas civiles, habrían muerto por un ataque de las tropas del gobierno de Sri Lanka en el noreste del país en la ofensiva contra los Tigres de Liberación Tamil Eelam (LTTE).

No hay cifras oficiales del número de muertos, pero el médico V. Shanmugaraja, que trabaja en la zona tamil, ha declarado en varios medios de comuncicación que cerca de 400 civiles habrían fallecido por el ataque.

En declaraciones recogidas por The New York Times, el doctor dijo: ''Estamos llevando a cabo los primeros auxilios y las cirugías lo más rápido que podemos. 'Estamos haciendo todo lo posible. La situación es incontenible, no tenemos nada bajo control'.

Por otro lado, los tamiles aseguraron a lo largo del domingo que los bombardeos de las fuerzas gubernamentales dejaron más de 2.000 civiles muertos en 24 horas, pero los militares desmintieron la acusación. 'Más de 2.000 civiles inocentes murieron en las últimas 24 horas', afirmaron los Tigres de Liberación de Ilam Tamil (LTTE) en un comunicado difundido en su página internet.

Según el sitio, se contabilizaron más de 1.200 cadáveres y 257 fueron transportados hacia un hospital improvisado en la zona rebelde, después de la ofensiva de artillería que empezó el sábado por la noche. La mayoría de las víctimas fueron 'descubiertas en búnkers y en tiendas de lona', según Tamilnet.

Ha sido imposible verificar las informaciones con fuentes independientes, puesto que los periodistas no pueden viajar libremente a la zona.

De hecho, un equipo de un canal de televisión británico fue expulsado de Sri Lanka el domingo después de difundir acusaciones de malos tratos contra los 200.000 tamiles que están hacinados en campamentos de refugiados administrados por el gobierno, una acusación negada por las autoridades de Colombo.

El número dos de las fuerzas navales de la guerrilla tamil, Chelliyan, ha muerto durante los combates librados en el último reducto de los rebeldes en el norte de la isla, informó a Efe una fuente militar.

Según la fuente, el cabecilla guerrillero murió en una ofensiva en la que las tropas de la división 58 del Ejército se hicieron con el control de una línea defensiva de los rebeldes en el municipio de Karyalamulleivaikkal el pasado día 8.

Previamente, el Ministerio de Defensa de Sri Lanka había informado de que 'el segundo en el mando' de la guerrilla de los Tigres de Liberación Tamil Eelam (LTTE), identificado como Wellayan, había fallecido en esa ofensiva.

Según un escueto comunicado, el Ministerio informó de que las tropas habían obtenido la confirmación de la muerte de Wellayan al interceptar una comunicación del LTTE.

El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) evacuó este jueves por mar a 495 ceilandeses enfermos y heridos así como a cooperantes de la agencia que se encontraban en el noreste de Sri Lanka, en la que fue la primera evacuación médica en una semana.

'Los intensos combates están teniendo lugar cerca del punto médico de reunión en Mullavaikal, lo cual pone en grave riesgo las vidas de los pacientes, empleados médicos y personal de CICR', dijo el presidente de las operaciones de Cruz Roja para el sur de Asia, Jacques de Maio. 'Esto dificulta las evacuaciones médicas de civiles heridos y sus familias', agregó, al tiempo que avisó de que en los próximos días deberán realizarse más evacuaciones.

A principios de año, las tropas gubernamentales recrudecieron su ofensiva contra los 'tigres' tamiles, que resisten en una zona costera de apenas 4 kilómetros junto a unos 50.000 civiles, según cálculos de la ONU. El LTTE empuñó las armas en 1983 para exigir la proclamación de un Estado independiente en el norte y este de la isla del Índico, donde su etnia es predominante.

El martes, el primer ministro srilanqués, Ratnasiri Wickremanayake, aseguró que el jefe de los rebeldes todavía estaba atrapado 'en los 4 km2 (de territorio) en el departamento de Mullaittivu'.

Según la ONU, 50.000 civiles tamiles están bloqueados. Las autoridades de Sri Lanka consideran que los civiles no son más de 15 o 20.000 y acusan a la guerrilla de usarlos como 'escudos humanos'. Siempre según la ONU, más de 6.500 civiles murieron y 14.000 resultaron heridos desde que el ejército lanzó en enero su ofensiva 'final' en el noreste del país.