Este artículo se publicó hace 5 años.
Atentado en BogotáAl menos 21 muertos por un coche bomba en la Escuela de Policía en Bogotá
El atentado, que ha dejado 68 heridos, es el más grave por el número de víctimas de la última década en la ciudad. El conductor del vehículo, identificado como José Aldemar Rojas Rodríguez, murió en la detonación. Hasta ahora las autoridades no han informado de posibles vínculos del terrorista con algún grupo armado ilegal
Bogotá--Actualizado a
El terrorismo revivió este pasado jueves en Bogotá con la detonación de una camioneta cargada con 80 kilos de explosivos dentro de la principal escuela de la Policía del país, atentado que dejó 21 muertos, incluido el terrorista. Hay, además, 68 heridos.
"Lamentablemente, el saldo preliminar es de 21 personas fallecidas, incluyendo al responsable del hecho, y de 68 heridas, quienes fueron trasladadas a distintos centros asistenciales con el apoyo de organismos de socorro y emergencia del Distrito" de Bogotá, señala el comunicado divulgado por la Policía.
El ataque contra la Escuela de Cadetes de Policía General Francisco de Paula Santander, donde estudian alumnos de Colombia y otros países latinoamericanos, fue perpetrado poco después de las 09.30 hora local de este jueves (03.30 horas en España) cuando una camioneta, del año 1993 y cargada con el explosivo pentolita, ingresó en el recinto de la escuela, situada en el sur de Bogotá, y segundos después voló por los aires.
El fiscal general de Colombia, Néstor Humberto Martínez, aseguró que "en una acción de reacción inmediata" de distintos organismos del Estado se logró establecer que el vehículo era conducido por un hombre identificado como José Aldemar Rojas Rodríguez, de quien no ha trascendido más información.
Martínez no detalló si Rojas Rodríguez, que murió en la explosión, formaba parte de algún grupo armado ilegal, ni tampoco si se trató de una acción suicida o si los 80 kilos de pentolita fueron detonados a distancia sin darle tiempo de escapar, como ha ocurrido en otras ocasiones en el país. "Hemos logrado establecer la autoría material de este execrable crimen, de este acto terrorista", dijo el fiscal en una declaración a la prensa junto con el presidente de Colombia, Iván Duque, desde el lugar del atentado.
El ataque ha sido ampliamente condenado por Gobiernos de distintas partes del mundo y por organismos internacionales como la ONU y la OEA. El fiscal añadió que Rojas Rodríguez "fue quien ingresó a la escuela a las 9.30 horas de la mañana de hoy en una camioneta gris Nissan Patrol" que, según datos de las autoridades de tráfico, pasó por controles técnicos y mecánicos por última vez en Arauca, que forma parte del departamento homónimo, fronterizo con Venezuela. Arauca es un departamento petrolero en el que la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN) tiene uno de sus bastiones y en el que al también hay disidentes de las FARC.
A diferencia de lo ocurrido en otras ocasiones, las autoridades no han señalado a ningún grupo como responsable del ataque de hoy, y el fiscal manifestó que en las próximas horas podrán "dar mayor información" sobre "quiénes son los determinadores o actores intelectuales de este acto terrorista".
El último atentado de este tipo en la capital colombiana se registró el 17 de junio de 2017, cuando un explosivo que estalló en un baño de mujeres del Centro Comercial Andino segó la vida de tres personas, incluida una francesa, y causó heridas a nueve más. Ese atentado fue atribuido al Movimiento Revolucionario del Pueblo (MRP), un grupo poco conocido que se define como "guerrilla urbana" y que en ocasiones ha sido vinculado con el ELN.
Los colombianos esperan que la Fiscalía no solo aclare quiénes encomendaron el atentado a Rojas Rodríguez, sino también cómo fue que éste logró entrar con la camioneta llena de explosivos a la academia policial. Una funcionaria de los organismos de salud de las Fuerzas Militares que no se identificó relató a Caracol Radio que la camioneta llegó a los controles de seguridad de la escuela y "mientras le hacían el registro un perro detectó el explosivo". Según la versión de la mujer, al verse descubierto, el conductor "arrancó" el vehículo y "pasó por encima de un policía de la guardia".
Enseguida otros policías corrieron detrás de la camioneta para tratar de detenerla pero esta se estrelló contra un alojamiento femenino de la escuela y se produjo la detonación, de tal magnitud que partió árboles por la mitad y dejó una escena dantesca, con restos humanos esparcidos por el piso. Entre los diez fallecidos están la cadete ecuatoriana Erika Chicó, cuya muerte fue confirmada por el presidente de Ecuador, Lenín Moreno, y el atleta colombiano Cristian Maquilón, de la Liga de Antioquia, que hacía curso de oficial en la academia atacada. También resultó herida la ecuatoriana Carolina Sanango, así como el panameño Kevin Madrid, quienes fueron trasladados al igual que los otros lesionados a diversos hospitales bogotanos.
El atentado más grave en Bogotá en la ultima década
En los últimos 10 años, atentados principalmente de grupos guerrilleros han sacudido la capital colombiana, pero el de este jueves es el más grave de ellos por el elevado número de víctimas.
El 12 de agosto de 2010 la entonces guerrilla de las FARC atentó con un carro bomba contra el complejo de edificios en el sector financiero de Bogotá en el que funcionan Caracol Radio y otras empresas. En ese atentado, al menos nueve personas resultaron heridas y decenas de edificios dañados.
El 15 de mayo de 2012, otro atentado adjudicado por las autoridades a las FARC sacudió la capital cerca del corazón financiero de Bogotá, cuando adhirieron una bomba al vehículo del exministro Fernando Londoño, cercano al expresidente Álvaro Uribe.
El 2 de julio de 2015 se produjeron dos atentados contra oficinas del fondo de pensiones Porvenir, una de ellas también en el sector financiero, en la calle 72, y la otra en el occidente de la capital. Por esos ataques, que no dejaron muertos, 13 supuestos miembros del Ejército de Liberación Nacional (ELN) fueron detenidos como presuntos responsables.
También el ELN fue responsable de otro atentado en febrero de 2017, cuando miembros de uno de sus grupos urbanos colocaron una bomba en una esquina del tradicional barrio de La Macarena, en el centro de Bogotá, dejando un policía muerto y 24 heridos.
La última vez que los bogotanos vieron de cerca el horror de los atentados fue el 17 de junio de 2017, cuando un explosivo ubicado en un baño de mujeres del Centro Comercial Andino segó la vida de tres personas, incluida una francesa, y causó heridas a nueve más.
Sin embargo, el atentado que quedó grabado en la memoria de los bogotanos se produjo el 7 de febrero de 2003 contra el club El Nogal. Entonces, las FARC también utilizaron un coche bomba que dejaron en el aparcamiento del club. Cuando estalló, 36 personas murieron y más de 200 resultaron heridas.
El último atentado grave contra la Policía lo perpetró el ELN el 27 de enero de 2018 cuando retomó sus ataques tras un cese el fuego de 100 días producto de las negociaciones de paz con el Gobierno.
Ese día, detonaron una bomba en la comisaría de Policía del barrio San José de la caribeña Barranquilla y perpetraron otros ataques que dejaron en total siete policías muertos y 41 heridos, entre ellos varios civiles.
La Policía indicó además que de los 68 heridos 58 han recibido el alta médica y que las autoridades llevan a cabo "los correspondientes procesos de identificación de las víctimas" mortales.
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