Este artículo se publicó hace 4 años.
Huyendo del Sundarbans, la tierra anegada de Bangladés
Por Jairo Vargas
Redactor de migraciones y vivienda.
-Actualizado a
El Sundarbans es el mayor bosque de manglares del planeta y patrimonio de la Humanidad, según la UNESCO. Compartido por la India y Bangladés, la región es una de las más afectadas por el calentamiento global. Cada año, el nivel del mar del Golfo de Bengala aumenta más de tres milímetros. Desde que empezó a medirse con preocupación en 1975, el agua ya se ha tragado cuatro islas de este entorno que acoge una exuberante biodiversidad, con el amenazado tigre de Bengala como icono. Si la extrema pobreza de estas aisladas aldeas no era suficiente, cada año el monzón golpea con más fuerza y los ríos se tragan tierras de cultivo y endebles hogares debido al deshielo de los glaciares del Himalaya. La salinidad creciente yerma predios y caladeros fluviales y está acabando con el manglar, escudo natural contra tifones y tsunamis y piedra angular de ecosistemas y recursos. La única alternativa de sus habitantes, que subsisten de la pesca de cangrejos y peces, de la agricultura y de la miel, es buscar más suerte en las grandes, superpobladas y extremadamente contaminadas urbes de Bangladés. Un éxodo rural tras el que solo encuentran la misma miseria que dejaron antes de que el río o el mar se los tragara también a ellos. Huyen de una naturaleza herida de muerte al infierno de los suburbios de chabolas, cambian las redes por sacos de arpillera y los cangrejos por botellas de plástico usadas que venden al peso a las plantas de reciclaje. Bangladés es el espejo que refleja el futuro que le espera a otras latitudes si no se actúa ya.