Este artículo se publicó hace 12 años.
Zapatero pide apoyo para Rajoy ante el momento crucial de la UE
El expresidente se convierte en miembro nato del Consejo de Estado
La salida de la crisis pasa, a juicio del expresidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero, por una respuesta conjunta de todos los integrantes de la Unión Europea. Y para que España tenga un papel decisivo en la configuración de esa estrategia, el exjefe del Ejecutivo reclamó este jueves "todo el apoyo político e institucional" para el Gabinete que dirige Mariano Rajoy.
Una respuesta a la crisis "verdaderamente conjunta y solidaria" sólo será posible, en su opinión, si se progresa "en la definitiva construcción" de una UE "más perfecta", que no sólo tendrá "consecuencias económicas y políticas, sino también jurídicas". Se refería el expresidente a la reforma de los tratados que se disponen a abordar las instituciones europeas y que incidirán "en las competencias soberanas de los estados miembros".
Zapatero está decidido a realizar su propia aportación a ese proceso desde el Consejo de Estado, el órgano consultivo al que se integró este jueves como miembro vitalicio dada su condición de expresidente del Gobierno. Durante su discurso de aceptación del cargo, insistió en que el organismo en el que se estrenó "tiene atribuidas funciones que le permitirán proyectar su auctoritas y su saber experto sobre las consecuencias que pueda comportar" para España el que calificó como "momento europeo cuasiconstituyente".
En su primera aparición pública tras dejar su cargo como líder del PSOE, Zapatero se convirtió en el primer expresidente en formar parte del Consejo de Estado, después de que su Ejecutivo modificara en 2004 la ley del máximo órgano consultivo del Gobierno para acoger a los exjefes del Ejecutivo como miembros natos. Sus predecesores José María Aznar y Felipe González rechazaron ese cargo por motivos profesionales.
Zapatero llegó al Consejo de Estado amadrinado por la ex vicepresidenta primera de su Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, que tras su salida del Ejecutivo también se convirtió en miembro vitalicio del órgano consultivo. Fue ella la que, siguiendo las reglas del protocolo, recibió al expresidente a las puertas del salón principal del Consejo después de que la actual vicepresidenta del Ejecutivo, Soraya Sáenz de Santamaría, que presidió el acto, le emplazara a entrar en la ceremonia. Una lluvia de flashes inmortalizó el momento en el que Zapatero y De la Vega se fundieron en un abrazo.
Menos expectación despertaron los otros seis nombramientos de miembros del Consejo de Estado que se produjeron en ese mismo acto. El presidente del órgano consultivo, Francisco Rubio Llorente, también les dedicó un trato diferenciado. Pero la mayoría de su discurso lo centró en Zapatero. Fue un repaso en toda regla de las principales políticas emprendidas por el anterior Ejecutivo socialista en las dos últimas legislaturas, y en un tono manifiestamente positivo hacia todas ellas.
Alabanzas al expresidenteRubio Llorente se mostró partidario de poner en marcha reformas en la Constitución, cuestión sobre la que en su día consultó el Ejecutivo de Zapatero al Consejo de Estado, en este caso sobre el techo competencial de las autonomías. Celebró la retirada de España de "la invasión" de Irak y alabó el esfuerzo realizado por el Gobierno de los socialistas para facilitar el fin de ETA.
El presidente del Consejo, un jurista octogenario, también celebró decisiones como las que buscaron "la igualdad entre hombres y mujeres, la lucha contra la violencia machista y contra la discriminación en función de la orientación sexual", así como las políticas económicas que demostraron que Rodríguez Zapatero "primó el interés de todos frente a los de su partido".
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