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Solo tres de cada diez jóvenes con trabajo están independizados: los problemas para emanciparse en España

La tasa de emancipación de la juventud española se ha situado a cierre de 2023 en el 17%. Una leve mejoría respecto a años anteriores, pero aún muy alejada de la que se registraba en 2010, cuando un 25% de los jóvenes estaban independizados.

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Ilustración vivienda en alquiler y Gobierno.

España es el país de la Unión Europea con una mayor tasa de paro juvenil. Este mes de junio se ha situado en el 25,9%, según los datos que recopila Eurostat, la oficina estadística de la Comisión Europea. Casi dos puntos menos que hace un año, pero lo suficiente para seguir a la cola de Europa. La dificultad de los jóvenes para acceder al mercado laboral, la precariedad y la subida del precio de la vivienda, entre otros motivos, hacen que la juventud española no tenga fácil dejar la casa de sus padres y emanciparse.

Por ello, solo el 17% de los jóvenes estaba independizado a cierre de 2023, según los datos del último informe del Observatorio de Emancipación del Consejo de la Juventud de España. Esta tasa de emancipación es la más alta desde el segundo trimestre de 2020, cuando tuvo lugar la pandemia mundial de coronavirus. A pesar de esa leve mejoría, los datos siguen muy alejados de los que se registraban entre 2007 y 2010, cuando más de un 25% de las personas entre 16 y 34 años estaban emancipadas.

El problema para los jóvenes es de tal magnitud que incluso entre los que trabajan la tasa de emancipación alcanza solamente el 29,6%. O lo que es lo mismo: siete de cada diez jóvenes con trabajo siguen viviendo en la casa familiar. "Ni aún teniendo un sueldo pueden acceder a una vivienda", aseguran desde el Consejo de la Juventud, el organismo que ha elaborado el informe tras analizar los microdatos de la Encuesta de Población Activa (EPA) del INE.

También hay quienes, si se lo pueden permitir, prefieren quedarse en casa de sus padres. Aunque en muchos casos se ven obligados a hacer eso durante unos años para poder ahorrar y después comprar una vivienda o alquilar.

"La primera vez que me independicé fue en Irlanda de alquiler, cuando tenía 19 años. Vi que me gustaba mucho vivir sola, pero al año siguiente al volver a España, con los sueldos de aquí, me parecía mucho más complicado. Así que decidí quedarme en casa de mi madre y ahorrar para poder comprarme un piso. También tuve suerte porque ya había ahorrado antes de Irlanda y cuando los precios bajaron en la pandemia pude comprar. Ahora me parece mucho más complicado que una persona pueda comprar sola una vivienda. Tienes que estar muchos años ahorrando tal y como se han disparado los precios", explica Claudia La Mata, una psicóloga que ahora tiene 29 años.

Más emancipación en las zonas más caras

Del mismo modo, hay jóvenes que se ven obligados a lo contrario: a emanciparse. Muchos de ellos, ya sea por estudios o trabajo, tienen que emigrar a otras zonas del país y eso les obliga a marchar de casa de sus padres. Esta casuística hace que Catalunya, Canarias, Madrid y Balears se sitúen como las comunidades autónomas con una mayor tasa de emancipación. Estas regiones acostumbran a tener más oportunidades laborales. De hecho, Madrid y Catalunya son las comunidades con una menor tasa de paro juvenil.

"Paradójicamente, en esas cuatro comunidades el importe del alquiler mediano ya es superior al salario de una persona joven", indica el informe. El Consejo de la Juventud de España explica que aún así la emancipación en estas zonas es mayor porque "reciben más población joven de la que se va y la población joven que llega no suele venir acompañada de su familia. Además, en el caso de Balears y Canarias, la insularidad hace que muchas personas jóvenes de las islas pequeñas se tengan que desplazar a una de las grandes para trabajar".

Por ello, el organismo concluye que en Catalunya, Canarias, Madrid y Balears "no es que haya mayores facilidades para emanciparse, sino que en muchas ocasiones las personas jóvenes se ven obligadas a emanciparse de cualquier manera y, por lo general, compartiendo piso".

Paola Codina, que tiene 29 años y trabaja como encargada de recursos humanos en un grupo de restauración de Barcelona, explica que se emancipó a los 23 años para vivir con unas amigas y que a día de hoy sigue compartiendo piso. "A día de hoy sigo compartiendo porque me gusta. Pero un piso en Barcelona para irme sola es complicado. Tal y como como me gustaría: en determinados barrios, con ciertos metros cuadrados… son escasos y caros", detalla.

A la cola de Europa

Lo cierto es que España está a la cola de Europa en cuanto a emancipación juvenil. Los datos de Eurostat muestran que la edad media para emanciparse en nuestro país se sitúa en los 30,4 años. Solo nos supera Grecia, Eslovaquia y Croacia. Además, la situación en nuestro país está muy lejos de la de otros, como Finlandia, donde la edad media de emancipación son los 21,4 años, o Suecia y Dinamarca, donde son los 21,8.

La media europea, además, es de 26,3, cuatro años menos que la española. La cifra apenas ha variado. Hace 10 años era de 26,4 años. Pero mientras la situación de los jóvenes europeos es similar a hace una década, la de los españoles ha empeorado. La edad media para emanciparse en España en 2013 se situaba en 28,9, un año y medio menos que ahora.

El Consejo de la Juventud asegura en su informe que es necesario que las Administraciones tomen medidas para que los jóvenes puedan emanciparse. El organismo incluso hace hincapié en quienes consiguen hacerlo: "Es responsabilidad de las Administraciones públicas dar una solución a la situación precaria de las personas menores de 30 años que en muchos casos se ven obligadas a salir de casa a pesar de tener que sobreendeudarse por la falta de trabajo en sus municipios o comunidades autónomas de nacimiento".

El informe también muestra que las condiciones laborales y de emancipación de la juventud "inciden en el aumento de problemas de salud mental". Por ello, el Consejo concluye que "si la clase política continúa sin resolver el problema del acceso a la vivienda y la precariedad y pobreza laboral, seguirá siendo responsable del aumento de los problemas de salud mental, del aumento de la desigualdad y de que ser joven en la actualidad sea un factor de riesgo para la vida".

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