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Sabadell descarta defenderse de la opa del BBVA con una adquisición

Según la legislación española, el consejo de administración de una sociedad sujeta a una oferta hostil debe permanecer pasivo y solicitar la aprobación de los accionistas antes de tomar cualquier medida que pueda impedir su éxito.

El logo del Banco Sabadell en su sede corporativa en Sant Cugat del Vallés (Barcelona).  REUTERS/Nacho Doce
El logo del Banco Sabadell en su sede corporativa en Sant Cugat del Vallés (Barcelona). Nacho Doce / REUTERS

El Banco Sabadell no tiene previsto intentar comprar un competidor como parte de una posible estrategia de defensa contra el intento de opa hostil de su rival BBVA, según  su consejero delegado, César González-Bueno.

BBVA, segundo mayor banco de España, sorprendió este mes al realizar el primer intento hostil de adquisición en la banca española desde la década de 1980, después de que el consejo de Sabadell rechazara una propuesta inicial alegando que infravaloraba significativamente al banco.

González-Bueno, en declaraciones a la agencia Reuters, dijo que no iban a adquirir nada ni vender TSB, el banco británico propiedad del Sabadell.

Adquirir rivales o vender partes de un negocio puede ser una forma de que las empresas objetivo compliquen las adquisiciones hostiles. Según la legislación española, el consejo de administración de una sociedad sujeta a una oferta hostil debe permanecer pasivo y solicitar la aprobación de los accionistas antes de tomar cualquier medida que pueda impedir el éxito de la OPA.

Sabadell, que contrató a Goldman Sachs y Morgan Stanley como asesores tras el anuncio de la oferta inicial, tiene opciones limitadas para defenderse de su competidor. González-Bueno dijo que la oferta de BBVA podría toparse con obstáculos de competencia, prediciendo que la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) podría obligar a BBVA a separar el negocio de Sabadell de préstamos a pequeñas y medianas empresas.

Al rechazar la oferta del BBVA (a la que también se opone el Gobierno español), el Sabadell afirma que se centrará en sus propias perspectivas de crecimiento.

Esta semana Sabadell se ha dirigido por escrito a los accionistas minoristas, que poseen la mitad del cuarto banco español, para intentar convencer a sus inversores de que la entidad está mejor sola. En la carta, el presidente Josep Oliu afirma que el proceso de adquisición podría prolongarse hasta finales de 2024 o 2025 y que Sabadell tiene "excelentes perspectivas".

Las acciones de Sabadell han subido alrededor de un 10% desde el día anterior a que se conociera la oferta de BBVA, mientras que las del banco vasco han caído alrededor de un 9%, lo que sugiere que los accionistas de ambas entidades no están totalmente convencidos de los méritos de la oferta o de si tendrá éxito.

BBVA ha ofrecido una ecuación de canje de una acción de nueva emisión por cada 4,83 acciones de Sabadell, una prima del 30% sobre los precios de cierre del 29 de abril, que valoraban Sabadell en 12.230 millones de euros. Esa prima se sitúa ahora en torno al 7%, valorando Sabadell en unos 11.100 millones de euros.

Economía insiste en su rechazo a una hipotética fusión

De otro lado, el ministro de Economía, Carlos Cuerpo, insistió este miércoles en el rechazo del Gobierno a una fusión entre el BBVA y el Sabadell, como pretende el banco vasco si sale adelante la opa planteada sobre la entidad catalana, sin necesidad de esperar a lo que diga Competencia.

En declaraciones a los medios antes de participar en un acto de educación financiera, el titular de Economía explicó que no quiere anticipar ninguna conclusión del análisis que no corresponde al Ministerio, como por ejemplo la CNMC. Pero sin necesidad de esperar a ese análisis, Cuerpo reiteró que la posición del Gobierno es "muy clara" y rechazan la operación, tanto por la forma (el hecho de que se haya lanzado una opa) como por el fondo (el objetivo final de una fusión).

Sobre esto último, que el Ministerio de Economía tendría que aprobar llegado el momento, Cuerpo no duda en mostrar su posición contraria por el potencial impacto de la fusión en la concentración del sistema financiero español y la reducción de la competencia. Todo esto, argumentó, tiene efecto en las condiciones a los clientes, además de en otras cuestiones como la inclusión financiera o la cohesión territorial.

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