Este artículo se publicó hace 3 años.
Once consejeros de la gran banca acumulan ya casi 150 millones en sus planes de pensiones
Un tercio corresponde a la presidenta del Santander, Ana Botín, que si se jubilara ahora tendría derecho a percibir 49,5 millones de euros por ese concepto.
Vicente Clavero
Madrid-
Hay consejeros de la gran banca a los que sus entidades les tienen preparada una jubilación de oro. No son muchos (once), pero suman cantidades importantes. A 31 de diciembre pasado, en concreto, sus planes de pensiones rondaban los 150 millones de euros.
No se incluye ahí la cifra correspondiente a Bankinter, que aún no ha presentado a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) su informe sobre gobierno corporativo relativo a 2020.
De los cinco mayores bancos españoles, cuatro (Santander, BBVA, CaixaBank y Sabadell) hacen aportaciones todos los años a los planes de algunos miembros de sus consejos de administración; normalmente, el presidente y el consejero delegado, aunque también puede haber otros.
En Bankia, que de momento sigue bajo control del Estado a través del FROB, propietario del 61% de su capital, ese modo de retribución, sin embargo, no se contempla.
A quien le espera una jubilación más elevada es a Ana Botín, presidenta del Banco Santander, que acumula ya 49,444 millones de euros, según los datos que obran en poder de la CNMV. A dicha cantidad habrá que añadir las aportaciones que el banco siga haciendo en lo que le quede de vida laboral. Botín cumplirá 60 años el 4 de octubre y el desempeño de su cargo no tiene límite de edad. La dotación realizada a su favor en 2020 ascendió a 1.155.000 euros.
El segundo lugar lo ocupa Jaime Guardiola, todavía consejero delegado del Banco Sabadell, de 64 años, que al cierre del pasado ejercicio contaba con 25,516 millones de euros en su plan de pensiones. A muy corta distancia de él se situaba el presidente del BBVA, Carlos Torres (55), con 23,052 millones, seguido por el número dos del Santander, José Antonio Álvarez (61), con 18,082.
Los otros siete consejeros a los que sus entidades les tienen preparada una jubilación de oro están muy por debajo de esas cifras, aunque dentro del grupo existen notables diferencias. Por ejemplo, Josep Oliu, presidente del Sabadell, de 71 años, reunía 8,720 millones a 31 de diciembre, mientras que David Vegara (54), consejero de la misma entidad, no pasaba de 163.000 euros.
Esta forma de retribución a largo plazo (en algunos casos, no tan largo) no es exclusiva de la banca, si bien alcanzó su cumbre con Ángel Corcóstegui, que en 2002 dejó sus cargos de vicepresidente y consejero delegado del entonces Santander Central Hispano con 108 millones de euros brutos en concepto de pensión. Francisco González, predecesor de Carlos Torres al frente del BBVA, llegó a acumular 80 millones, que retiró tras cumplir los 65 años en 2009.
José Ignacio Goirigolzarri, todavía presidente de Bankia y que pronto lo será de CaixaBank, dejó en 2009 el BBVA, donde era consejero delegado, con una pensión de 52,5 millones de euros, pagaderos a razón de tres millones anuales con carácter vitalicio.
El último consejero de la gran banca en jubilarse ha sido Rodrigo Echenique, del Santander, que en diciembre de 2020 recibió más de trece millones.
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