Este artículo se publicó hace 3 años.
La logística, el refugio de los inversores durante la pandemia en Catalunya
La contratación de suelo se ha duplicado este año, mientras los expertos vaticinan una relocalización de la producción y cambios en el comercio online para mejorar la sostenibilidad del transporte.
Barcelona-
Con una aportación del 13,9% del Valor Añadido Bruto (VAB) de la economía catalana y una ocupación de 128.000 personas solo en el área de Barcelona, la logística se ha convertido en un sector pujante en pleno periodo de crisis. De hecho, según el estudio La logística, un motor para Catalunya, elaborado por la Cambra de Comerç de Barcelona y la Unió de Polígons Industrials de Catalunya (UPIC), cada 1.000 metros de construcción generan una media de entre seis y ocho puestos de trabajo. Los más demandados, según los impulsores del informe, son los perfiles de ingenieros de software o desarrolladores web. Pero este boom plantea interrogantes a corto plazo sobre el agotamiento del suelo logístico y más a largo sobre los límites del comercio electrónico, sustentando en cadenas de suministro excesivamente largas y en déficits de sostenibilidad en el transporte, especialmente en la última milla.
La directora de la UPIC, Sílvia Solivellas, asegura que "hacen falta mecanismos de colaboración público-privada para impulsar la ejecución del suelo programado urbanísticamente y la transformación del obsoleto o en desuso en la primera y segunda corona de Barcelona". En los últimos 14 años, la superficie logística en Catalunya ha crecido en más de tres millones de metros cuadrados. En el estudio de la Cambra y de la UPIC se constata que la disrupción tecnológica y la reducción de la huella de carbono son algunos de los retos de las empresas del sector logístico. "Nuestras plataformas se han transformado en verdaderas tractoras de ocupación de valor añadido, más tecnificadas, sostenibles e innovadoras", asegura Solivellas. De hecho, precisa que un 65% de los trabajadores cuenta con estudios de FP o universitarios.
Falta de suelo logístico
El mismo informe alerta de las bajas tasas de disponibilidad de suelo logístico en Catalunya, que son tan solo del 3%. En el caso de la capital y de la primera corona metropolitana, el porcentaje baja al 1,2%. Solivellas destaca que este hecho "incide directamente en la competitividad de las empresas del sector industrial y comercial catalanas". Entre enero y marzo de este año, la contratación de suelo logístico se ha disparado un 126%, alcanzando los 246.0989 metros cuadrados. Los datos de la consultora inmobiliaria Savills Aguirre Newman reflejan el momento dulce que vive el sector. En este periodo, se han sellado 14 contratos de superficie, cerca de los 20 contabilizados en 2019. Estas operaciones han aumentado por el auge del comercio electrónico y las nuevas tendencias de consumo.
Entre enero y marzo de este año, la contratación de suelo logístico se ha disparado un 126%
La directora del departamento Industrial y Logístico de Savills Aguirre Newman, Gloria Valverde, reconoce que "el interés de los fondos internacionales en Barcelona decae y se ve limitado por la falta de producto de nave construida y de suelo para promover". Ante esta realidad, los inversores han optado por buscar soluciones creativas o sondear nuevos mercados. Así, Savills Aguirre Newman está impulsando la contratación en Girona o Tarragona. La superficie logística ha resistido mejor la crisis de la covid-19 que otros ámbitos que han perdido rentabilidad, como la vivienda, las oficinas, el comercio o los hoteles. Pese a que durante el primer trimestre del año pasado, los activos cayeron un 0,5%, cerraron el 2020 con un crecimiento de entre el 4 y el 6%, convirtiéndose en un refugio para los inversores en tiempos como los actuales.
La convivencia de dos modelos
En el sector logístico catalán conviven dos modelos claramente diferenciados. Por un lado, el utilizado básicamente por el sector agraolimentario, caracterizado por circuitos de comercialización corto y con una alta rotación del producto. Por otro, el seguido por las grandes distribuidoras de comercio electrónico, centradas en la sobreocupación del espacio, la automatización de las actividades y los problemas con las condiciones laborales de sus trabajadores.
En el primer caso, representado por el mercado mayorista de Mercabarna, la logística sirve como punto de conexión entre los productores y los vendedores. En la instalación, se ha puesto en marcha un marketplace logístico, en el que ya se han inscrito seis empresas del sector de la fruta y el pescado, acompañadas de firmas del transporte. Las compañías de Mercabarna exportan un 35% de su producción. Anualmente, el mercado barcelonés gestiona más de un millón de toneladas de fruta.
El modelo de Amazon supone una sobreocupación del espacio, que deja escaso retorno en la economía local
El segundo modelo, simbolizado por empresas como Amazon, supone una sobreocupación del espacio, que deja escaso retorno directo en la economía local. A finales de marzo, la multinacional anunciaba la adquisición de dos terrenos en Mollet del Vallès (Vallès Oriental) y en el Far d'Empordà (Alt Empordà), donde la firma se ha reservado 85.000 metros cuadrados. La intención es que el centro sirva como punto de suministro del sur de Francia.
Nuevos aires en la logística
En un contexto donde la demanda logística crece por el alza del comercio internacional y el online será necesaria la colaboración para satisfacer estas necesidades. Es el pronóstico de Oriol Montanyà, responsable del área de operaciones y logística de la Barcelona School of Management (BSM), un centro adscrito a la Universitat Pompeu Fabra (UPF). Montanyà, que durante seis años fue director logístico de Mercadona, reivindica la transformación del sector. "Ha pasado de ser una palanca de reducción de costes a una generadora de valor añadido".
Montanyà divisa que la pandemia traerá nuevos aires de ralentización industrial. El último ejemplo que lo demuestra, según precisa, es el incidente del barco Ever Given, en el que "hemos comprobado como las garantías de servicio en las cadenas de suministro largas, especialmente de productos estratégicos, cada vez son menos fiables". La tendencia que se vislumbra está marcada por una posible relocalización de la producción y un hipotético retorno a la actividad industrial.
Como muestra de la fortaleza de las cadenas cortas de comercialización, Montanyà recuerda que el sector agroalimentario resistió con nota durante el primer confinamiento. El experto alude a los recientes informes de consultoras y empresas de logística en el que vislumbran que las cadenas de suministro se encaminan a una regionalización rápida y ágil para lograr resiliencia. Imaginando el futuro más cercano, Oriol Montanyà asegura que "no está claro que el modelo de distribución del comercio electrónico sea sostenible económica, social y medioambientalmente". En este sentido, añade que se producirán cambios por los impactos ambientales en la movilidad o por las condiciones laborales. "El comercio online no puede crecer indefinidamente sobre la falsa gratuidad de las entregas y el transporte".
Montanyà: "No está claro que el modelo de distribución del comercio electrónico sea sostenible"
Para dar respuesta a la presión del comercio internacional sobre la demanda logística, Montanyà cree que no se debe rehusar el debate sobre las cadenas de suministro o la relocalización. "Tienen que cambiar las reglas del juego, ya que no podemos seguir banalizando el coste de la última milla", indica. Asimismo, alerta de otra necesidad inaplazable. "Si la logística crece, necesita el desarrollo de nuevas infraestructuras". Por eso, plantea la urgencia de avanzar en proyectos como el del Corredor Mediterráneo o las conexiones ferro-portuarias. Los agentes del sector coinciden en que la logística es el primer ingrediente de la receta de la competitividad. Para cocinar el plato, la colaboración de los actores y la reflexión sobre las cadenas de suministro, la sostenibilidad y las condiciones laborales resultan imprescindibles.
El 'new Green Deal' de Barcelona
Durante las jornadas Barcelona reAct, celebradas la semana pasada, el primer teniente de alcalde, Jaume Collboni, presentó una iniciativa que tiene el objetivo de reactivar la economía de la ciudad, crear 100.000 puestos de trabajo y cambiar el modelo económico por uno más sostenible y competitivo. Collboni desglosó que las nuevas iniciativas se concentrarán en la Zona Franca, Montjuïc, el centro de la ciudad, el 22@ o el eje Besòs con el propósito de desarrollar proyectos urbanos de usos mixtos, que apuesten por la movilidad sostenible y la construcción de vivienda asequible. Como lecciones aprendidas de la crisis, Collboni planteó la importancia de plantear un modelo turístico sobre nuevas bases y situó "la gestión de los bajos comerciales como un nuevo ámbito muy potente a desarrollar". El primer teniente de alcalde recordó que hay más de 5.000 bajos comerciales sin actividad en la ciudad, lo que genera 1,5 millones de metros cuadrados de techo disponible para nuevas inversiones.
Comentarios de nuestros suscriptores/as
¿Quieres comentar?Para ver los comentarios de nuestros suscriptores y suscriptoras, primero tienes que iniciar sesión o registrarte.