Este artículo se publicó hace 8 años.
Así funciona el modelo austriaco de indemnizaciones por despido que han pactado PSOE y Ciudadanos
El proyecto, que se aplica en Austria desde hace más de una década, pretende flexibilizar el mercado laboral. Ha sido propuesto en numerosas ocasiones pero nunca puesto en marcha
-Actualizado a
MADRID.- El modelo austriaco de indemnización por despido vuelve a salir a la palestra. Y lo hace por cuarta vez en menos de seis años, desde que Zapatero lo planteara por vez primera en 2010. Es uno de los puntos más destacados del programa laboral dentro del pacto que han rubricado este miércoles PSOE y Ciudadanos. Establece crear “un nuevo fondo que se hará cargo del pago de ocho días por año de antigüedad en la indemnización que corresponda en caso de despido individual o colectivo”. Esta hucha o mochila, como la definen en Austria, donde se implantó hace más de una década, se va llenando con la aportación mensual de la empresa de una cantidad del salario bruto del trabajador, como si fuera una especie de salario diferido.
El proyecto, apenas desarrollado y que estaría en todo caso pendiente de la negociación con los agentes sociales, prevé que cuando la empresa convierta contratos estables en indefinidos, se tomará en consideración la totalidad de la antigüedad del trabajador. Además, los trabajadores que no hayan dispuesto del fondo a lo largo de su carrera laboral, acumularán dicho fondo a la pensión de jubilación.
La principal novedad de este modelo, que pretende flexibilizar el mercado laboral, es que el trabajador cuenta con un sistema propio de indemnización por despido que funciona como un fondo de ahorro, que puede mantener aunque cambie de trabajo y que el Estado incentiva utilizar como complemento a la pensión pública.
El Estado garantiza el cien por cien de las aportaciones netas, mientras que la caja que gestiona el fondo invierte el dinero para conseguir un rendimiento del capital. El trabajador tiene derecho a acceder de inmediato a su dinero si es despedido, pero si deja su trabajo de forma voluntaria, sólo podrá acceder a él después de cinco años sin empleo. En caso de fallecimiento, el dinero iría a parar a sus herederos.
Además, si el capital se utiliza como un complemento a la pensión pública, el Estado no grava de ninguna forma el patrimonio alcanzado, mientras que si decide recuperarlo de una sola vez, Hacienda impone un impuesto.
Fue una de las propuestas estrella en materia laboral del último Gobierno de Zapatero pero no llegó a ponerse en marcha después de que incluso se llegara a crear un grupo de expertos para valorar su viabilidad. La presión de los empresarios y el hecho de que constataran que no podría constituirse tal fondo sin subir las cotizaciones sociales en al menos 1,5 puntos porcentuales fueron varios de los elementos que dieron al traste con el proyecto.
El que fuera ministro de Trabajo, Valeriano Gómez, valoró antes de acceder al cargo que con el modelo austriaco "se podría promover una visión de la reforma laboral concebida desde el equilibrio y que no tendría efectos perjudiciales sobre el núcleo esencial de derechos sociales y laborales. Las empresas se beneficiarían de un mecanismo de seguro, financiado por sus propias aportaciones, que al afectar sólo a una parte del coste indemnizatorio reduciría los efectos más nocivos sobre la rotación laboral".
También el PP lo llevó en su programa electoral de 2011, pero acabó enterrado en la reforma laboral. Rajoy volvió a repetir con este proyecto en las últimas elecciones. UGT ha valorado la posible puesta en marcha de esta medida en caso de que Pedro Sánchez logre ser investido en los próximos días. El secretario de Acción Sindical, Toni Ferrer, ha considerado que provocaría caídas de los ingresos del Estado y que supondría una transferencia de fondos públicos a privados. En este sentido, ha hecho hincapié en que no se precisa cómo se desarrollaría, por lo que considera que habría que profundizar por la vía del diálogo social.
La propuesta del modelo austriaco es uno de los puntos que PSOE y Ciudadanos han acordado en materia laboral, uno de los aspectos en los que las negociaciones han sido más complicadas. Han acordado reducir a tres los tipos de contrato, incluyendo un sucedáneo del contrato único que siempre ha defendido el partido de Albert Rivera: un nuevo tipo de contrato temporal "estable y progresivo" y que tendrá una indemnización creciente, que iría de 12 a 20 días por año trabajo en caso de despido procedente y de 20 a 33 días en caso de despido improcedente. Los otros dos contratos son el de formación y el indefinido. El contrato "estable y progresivo" estará limitado a dos años convirtiéndose automáticamente en indefinido a partir del tercer año en vigor.
Por otra parte, ambas formaciones coinciden en la necesidad de negociar con los agentes sociales y en el plazo de un año crear un nuevo Estatuto de los Trabajadores que modernice el marco normativo laboral español. Además, se incluye un plan de choque contra el paro de larga duración, una Renta de Reintegración para parados sin prestaciones que se formen y que durará "todo el tiempo que sea necesario" y un Plan de Reintegración Laboral con cinco veces más presupuesto que el Prepara.
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