La última Encuesta de Población Activa (EPA), correspondiente al primer trimestre de 2017, ofrece una imagen actualizada del nivel de formación alcanzado por los españoles. Uno de sus datos más llamativos es que, a día de hoy, prácticamente uno de cada cuatro ciudadanos cuenta con título universitario.

En concreto, el número de personas que habían cursado la educación superior a 31 de marzo era de 10.871.300, un 23,35% del total de la población. Se da la circunstancia de que entre ellas hay más mujeres (5.695.100) que hombres (5.176.200), como consecuencia de la creciente incorporación femenina a las aulas.

Esta preponderacia no ha evitado que la educación superior, por ejemplo, siga en manos de los hombres. La universidad más grande de España, la Complutense, tiene aún más profesores que profesoras y el triple de catedráticos que de catedráticas, pese a que el 61% de sus alumnos son chicas.

Aunque estén mejor formadas, la tasa de desempleo es mayor entre las mujeres (20,5%) que entre los hombres (18,7%). Incluso a igualdad estudios, ellas salen peor paradas, pues el porcentaje de universitarias que no tienen trabajo es del 12,55%, mientras que el de universitarios se sitúa en el 10,89%.

En el lado opuesto del arco formativo, también abundan más las mujeres: existe 460.600 analfabetas, más del doble que varones (218.300). El total de españoles que ni siquiera saben leer ni escribir es de 678.900, un 1,7% de la población con 16 o más años, siempre según los datos de la última EPA.

La mayoría femenina se extiende al colectivo de personas que han realizado algunos estudios, pero no han llegado a completar la educación primaria. En él se encuadran 1.317.500 mujeres (el 57,6% del total) y 968.800 hombres (42,4%).

La EPA del primer trimestre de 2017 confirma que la presencia femenina entre quienes han cursado formación profesional, ya sea secundaria o postsecundaria no superior, supera a la masculina, aunque por poco: 1.465.800 (50,8%), frente a 1.417.600 (49,22%).