Este artículo se publicó hace 5 años.
Draghi anticipa "estímulos adicionales" si la economía no mejora y Trump le critica
El presidente del BCE plantea la posibilidad de nuevas bajadas de los tipos de interés o la reactivación del programa de compras, lo que irrita al presidente estadounidense.
Sintra/Washington-Actualizado a
El Banco Central Europeo (BCE) tendrá que relajar de nuevo su política monetaria, posiblemente a través de nuevas bajadas de los tipos de interés o de la compra de activos, si la inflación no se dirige hacia su objetivo, dijo este martes el presidente del BCE, Mario Draghi, en su discurso inaugural del foro de bancos centrales que anualmente organiza el BCE en la localidad portuguesa de Sintra. Las palabras de Draghi provocaron la ira del presidente estadounidense, Donald Trump.
Tras cuatro años de un estímulo sin precedentes para revivir la economía de la zona euro tras su crisis de deuda, el BCE estuvo preparando a los mercados para un ajuste de su política (proceso calificado como "normalización"), pero los conflictos comerciales mundiales frustraron sus planes en pocos meses.
El problema es que, con los tipos de interés en mínimos históricos y con un balance que ya trepó hasta los 4,7 billones de euros (5,3 billones de dólares), la munición restante del BCE es limitada, lo que generó dudas sobre la posible eficacia cualquier medida nueva.
Draghi, en Sintra, adelantó que el Consejo de Gobierno de la autoridad monetaria de la Eurozona deliberará las "próximas semanas" sobre cómo adaptar en función de los riesgos para la estabilidad de precios los diferentes instrumentos a su disposición, y, según indicó, en ausencia de una mejora de las perspectivas "serán necesarios estímulos adicionales".
Añadió que todavía había "un margen considerable" para más compras de activos y que "nuevas bajadas en los tipos de interés y medidas de mitigación para contener cualquier efecto secundario siguen siendo parte de nuestras herramientas".
Cuando quedan apenas cuatro meses para el fin de su mandato, la desaceleración amenaza el legado de Draghi. Su promesa de 2012 de hacer "lo que sea necesario" para salvar al euro cuenta con el crédito generalizado de haber mantenido la unidad del bloque monetario en los peores momentos de la crisis. "Utilizaremos toda la flexibilidad posible para cumplir nuestro mandato, y lo volveremos a hacer para responder a cualquier desafío sobre la estabilidad de los precios en el futuro", dijo Draghi. "La política monetaria sigue comprometida con su objetivo y no se resigna a una inflación demasiado baja".
El presidente del BCE también indicó que la entidad podría ofrecer "medidas de mitigación" para contrarrestar los indeseados efectos secundarios de unos tipos de interés negativos. Según señaló, el BCE estudiará sus opciones en las "próximas semanas", sugiriendo que las acciones podrían aprobarse más pronto que tarde.
Trump criticó las palabras del presidente del BCE: "Mario Draghi acaba de anunciar que podría haber más estímulos, lo que hizo caer de forma inmediata al euro frente al dólar, facilitándoles injustamente la competencia contra EEUU. Llevan años saliéndose con la suya, junto con China y otros", afirmó el presidente de Estados Unidos en su perfil de la red social Twitter.
En otra entrada, además, el mandatario estadounidense se quejó amargamente de la reacción de los mercados tras los "injustos" comentarios de Draghi. Trump, en su cuenta de Twitter, escribió: "Los mercados europeos suben tras comentarios (injustos para EEUU) hechos hoy por Mario D!".
Juntamente, los comentarios del presidente del CE, que los mercados consideraron inesperadamente cautos, hicieron caer al euro frente al dólar, mientras que la renta variable recortó las pérdidas de apertura y el rendimiento de los bonos amplió su declive, estando ya muchos de ellos en territorio de mínimos históricos.
Concretamente, minutos antes de que el banquero italiano pronunciara estas palabras, cada euro se cambiaba por 1,1242 dólares en el mercado. Después del discurso, los euros se cambiaban por 1,1185 billetes verdes. Asimismo, el rendimiento del bono español con vencimiento a 10 años caía hasta un nuevo mínimo histórico del 0,443%, desde el 0,523% registrado en el inicio de la sesión.
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