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El despido de la conductora de autobús fue improcedente: "Mi caso debe servir para que respeten más a las mujeres"

La empresa pagará una cuantiosa indemnización a la trabajadora que echó tras hacer una parada no autorizada con el autocar de pasajeros debido a una fuerte menstruación causada por su endometriosis

Encarna Aznar, la conductora de autobús que denuncia un despido misógino.
Encarna Aznar, la conductora de autobús que denuncia un despido misógino. Imagen Cedida

La empresa Alsa ha reconocido la improcedencia del despido de Encarna Aznar, la única conductora de Almería en una línea de autobuses de larga distancia, a quien echaron en agosto de 2023 por haber hecho dos paradas no previstas en la ruta, una de ellas a causa del fuerte sangrado vaginal que le originó la endometriosis que padece. "Mi caso debe servir para que respeten más a las mujeres en el trabajo, para que haya un trato más igualitario, que es el que no han tenido conmigo", ha dicho la conductora a Público.

Encarna Aznar ha llegado este miércoles a un acuerdo con la empresa antes de comenzar la vista oral en un Juzgado de lo Social de Almería, en el que ella demandaba la reincorporación a su puesto de trabajo por un despido nulo a causa de una vulneración de derechos fundamentales en su despido, según ha explicado a este periódico su abogado, Julián Cazorla. La compañía ha reconocido que el despido fue improcedente y pagará una sustanciosa indemnización a la trabajadora, cuya cuantía ha preferido no precisar, y que ella ha aceptado para zanjar el litigio.

Encarna, que va a cumplir los 50 años, llevaba cerca de 20 años conduciendo autobuses, y desde 2021 tenía contrato fijo en la empresa Bacoma de Alsa, donde hacía el servicio de transporte de viajeros entre Almería y Valencia. La empresa le había concedido un premio a la excelencia en la conducción por su modélica reacción ante un pasajero violento que puso en peligro el manejo del autobús en plena autovía, pero, según ella, empezó a tener problemas cuando reclamó el pago de dietas que no le habían incluido en las nóminas o el mismo reparto de los turnos de descanso que tenían sus compañeros. Después de eso vinieron los expedientes disciplinarios que acabaron en el despido cuando ella se encontraba de baja por la ansiedad que le habían causado esas sanciones.

Esta trabajadora se muestra satisfecha con el acuerdo al que ha llegado con la empresa, aunque reconoce que con él no se ha hecho toda la justicia que se debía. "Por salud mental, por seguridad, por lo que pudiera pasar, he aceptado también el acuerdo, pero la empresa ha tenido que reconocer que no era motivo para despedirme que yo hubiera hecho dos paradas con el autobús", ha dicho la conductora.

Esas dos paradas, no previstas en el trayecto de la línea de autobús entre Almería y Valencia, fueron el motivo de los últimos expedientes que la empresa abrió a Encarna Aznar pocas semanas antes de acordar su despido: una fue a causa de una somnolencia y para no poner en peligro al pasaje y otra de la endometriosis, una enfermedad que asegura conocía la compañía y que en uno de los viajes le originó una regla muy abundante que le obligó a detener el autocar durante un cuarto de hora para cambiarse en un baño y aliviar el fuerte dolor que sufría.

En un sector muy masculinizado, donde las mujeres son claramente minoría, esta conductora cree que el hecho de ser mujer no le ha ayudado mucho en su trabajo."Estando en el siglo que estamos, aún no está bien visto que una mujer haga el trabajo que hacía siempre un hombre y que yo he hecho exactamente igual que un hombre. No es normal que ocurra todo lo que me ha pasado a mí", recalca.

Pese a todo, Encarna dice que quiere seguir trabajando como conductora de autobuses, que no va a cambiar de trabajo por lo que ha sucedido, aunque preferiría conducir autocares que hagan un recorrido más corto, no de tanta distancia como la que hacía diariamente entre Almería y Valencia en la que ya es su antigua empresa.

El sindicato CGT, al que pertenece esta trabajadora, calificó su despido de "misógino", porque, a su entender, se habían vulnerado los derechos fundamentales a la igualdad y a la no discriminación por razón de género, además de a la salud y la libertad sindical.

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