FRÁNCFORT
Actualizado:Las moratorias en el pago de préstamos europeos por un total de miles de millones de euros amenazan con socavar los esfuerzos de los bancos del continente por dejar atrás la crisis del coronavirus.
Algunos de los millones de prestatarios a los que los bancos y los Estados de toda Europa concedieron periodos de gracia en los pagos poco después del inicio de la pandemia todavía necesitan ayuda, toda vez que la segunda ola está dejando a su paso nuevos confinamientos y restricciones, lo que ha provocado otra contracción de la economía y más pérdidas de empleo.
Sin embargo, cuanto más tiempo se mantengan congelados los reembolsos de los préstamos, mayor será el problema de las entidades crediticias, a medida que las deudas se acumulen.
El presidente del Consejo de Supervisión del Banco Central Europeo, Andrea Enria, ha alertado sobre una "enorme ola" de préstamos impagados que podría superar los 1,4 billones de euros, advirtiendo que no se debe posponer el saneamiento de otros préstamos —apartando fondos para provisiones—, y señalando que, si se espera a que expiren las moratorias de los préstamos, muchas entidades de crédito podrían "desmoronarse de golpe".
Aunque el volumen de los préstamos congelados disminuyó considerablemente durante el verano, una encuesta de Reuters y el análisis de los últimos datos disponibles muestran que préstamos por un valor total de 320.000 millones de euros (380.000 millones de dólares) siguen con el botón de pausa en 10 de los mayores bancos de Europa.
En Irlanda, los bancos comenzaron a eliminar gradualmente las moratorias en septiembre, una medida que, según Michelle O'Hara, gerente de una ONG que asesora a personas con dificultades de endeudamiento, provocó un aumento de las llamadas a su organización.
Pilotos, programadores e incluso entrenadores de caballos se han sumado a personas de salarios más bajos en busca de asesoramiento. "Hay personas en dificultades que nunca habían contado con estar en problemas", explica O'Hara.
La deuda personal en Europa, ya sea por casas, electrodomésticos o coches, está en un nivel récord, según datos de la Unión Europea. Aunque algunos países redujeron su deuda en la última década, los consumidores de Reino Unido, Francia y Alemania pidieron prestado aproximadamente en un 20% más.
Cuando se generalizaron las moratorias durante la primera ola, los prestamistas se prepararon para asumir pérdidas. Los resultados financieros muestran que esos 10 grandes bancos han reservado unos 45.000 millones de euros para cubrir el coste de los préstamos impagados.
Un análisis de los préstamos interrumpidos en esas 10 entidades crediticias (Santander, HSBC, Barclays, Societe Generale, BNP Paribas, ING, Intesa, UniCredit, Deutsche Bank y Credit Agricole) arroja que miles de personas siguen retrasando la reanudación de los pagos mensuales.
Para los bancos que buscan evitar un retorno a los días de la crisis de la deuda de hace una década, se impone un delicado ejercicio de equilibrio: cumplir con las peticiones de las autoridades de tener paciencia con los prestatarios y no poner en peligro sus carteras de préstamos.
"Debemos asegurar que permitimos que todos pasen por esta fase", tercia Philippe Brassac, director general del Crédit Agricole de Francia, que cuenta con unos 24.000 millones de euros de préstamos en suspenso y que se compromete a apoyar a los clientes afectados por confinamientos.
El cálculo del riesgo de impago es complicado y los bancos tienen en cuenta muchos factores, como el tipo de préstamo, las circunstancias del prestatario y la economía en general.
Algunas entidades crediticias aseguran que son realistas a la hora de valorar los riesgos, mientras que otras se aferran al gran número de prestatarios que han reanudado los pagos después de unas vacaciones.
El banco Santander, que tiene 39.000 millones de euros de préstamos en espera, destinó este año 9.600 millones de euros de provisiones a deudas impagadas, mientras que el italiano Intesa, con 48.000 millones de euros de préstamos en moratoria, reservó sólo 2.700 millones.
Un portavoz de Intesa dijo que los clientes que entraron en moratoria de pagos son resistentes y que su exposición al turismo, muy afectado por la crisis, era baja. Santander declinó hacer comentarios.
¿Desafiando a la gravedad?
Los bancos centrales de Alemania —que advirtieron a los bancos que se prepararan para el "peor de los casos"— y Portugal —que alertó sobre los riesgos de reducir las medidas de apoyo económico— están preocupados por si los problemas de deuda personal se agravan.
"Algunos bancos tienen más del 20% de sus préstamos en moratoria de pago. ¿Cuándo entrará en acción la fuerza gravedad? En algún momento hay que volver a los negocios normales", explica Jerome Legras, de Axiom Alternative Investments.
En Italia, en el punto álgido de la pandemia, las interrupciones ascendieron a aproximadamente el 10% de los préstamos hipotecarios, mientras que en Reino Unido alcanzaron más del 15%, según cálculos del European Datawarehouse, que recoge datos para inversores.
Según los mismos datos, las interrupciones de pago en Portugal alcanzaron el 12%.
Desde entonces, la mayoría de los prestatarios han reanudado los pagos.
El director financiero de HSBC, Ewen Stevenson, dijo recientemente a Reuters que esperaba una mejora económica gradual, mientras que el francés BNP Paribas, que tiene aproximadamente 1 billón de dólares de crédito, avanzó que las pérdidas de los préstamos deberían disminuir el próximo año.
Pero los problemas persisten.
"Hay una cantidad significativa de deuda problemática en toda Europa", apunta Ed Sibley, subgobernador del Banco Central Irlandés. "Y esos problemas aumentarán debido a la pandemia de COVID-19."
Un estudio reciente del banco central de Irlanda reveló que, aunque el número de interrupciones de pagos ha disminuido en más de un trimestre desde junio, el 9% de los préstamos irlandeses sigue en modo de pausa.
El estudio mostró que hoteles y restaurantes —los más afectados por la pandemia— eran los que más probabilidades tenían de estar todavía en suspensión de pagos.
"Por ahora, las medidas de protección del empleo están en vigor. Pero esto terminará algún día", explica Ernest Urtasun, legislador español del Parlamento Europeo. "El número de prestatarios en apuros explotará en los próximos meses".
Los bancos, sin embargo, confían en las ayudas estatales, que se está extendiendo por toda Europa.
"Retirar el apoyo a las empresas y a la economía antes de tiempo es una bomba de relojería", resume Miguel Maya, director general del portugués Millenium BCP. "Tenemos que darle a la economía tiempo para respirar".
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