Este artículo se publicó hace 4 años.
Crisis del coronavirusEl BCE lanza un programa de compra de deuda por 750.000 millones para tranquilizar a los mercados
El Consejo de Gobierno anuncia en una nota que hará "todo lo necesario dentro de su mandato" y que está "plenamente preparado para incrementar el volumen de sus programas de compra de activos y ajustar su composición, tanto como sea necesario y por el tiempo que sea preciso". Las compras de bonos públicos y privados continuarán hasta que la "fase de crisis" de la epidemia por el coronavirus termine. En total, el banco central prevé inyectar este año 1 billón de euros.
Fráncfort-Actualizado a
El Banco Central Europeo (BCE) anunció la noche de este miércoles y por sorpresa un programa de compra de bonos públicos y privados de 750.000 millones de euros para contrarrestar los "serios riesgos" que supone la crisis del coronavirus para su política monetaria.
"El Consejo de Gobierno del BCE está comprometido a ejercer su papel en apoyo de todos los ciudadanos de la zona euro a través de estos tiempos extraordinariamente difíciles" y a hacer "todo lo necesario dentro de su mandato", asegura la entidad en un comunicado.
Con gran parte de Europa confinada por el brote de coronavirus, la actividad económica está prácticamente en punto muerto y los mercados han entrado en barrena, presagiando una profunda recesión parecida a la de la crisis financiera mundial de 2008 y planteando interrogantes sobre la cohesión de la zona euro en momentos de tensión.
Bajo presión para actuar y reducir el coste de los préstamos en los países endeudados y afectados por el virus como Italia, el BCE puso en marcha un nuevo programa de compra de bonos, con lo que su previsión para este año asciende a 1,1 billones de euros. Sólo estas últimas compras acordadas representan el 6% del producto interior bruto (PIB) de la zona euro.
"Los tiempos extraordinarios requieren acciones extraordinarias", dijo la presidenta del BCE, Christine Lagarde. "No hay límites en nuestro compromiso con el euro. Estamos decididos a utilizar todo el potencial de nuestras herramientas, dentro de nuestro mandato".
La vicepresidenta tercera del Gobierno y ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño, ha celebrado este jueves la "contundente" decisión del BCE)y cree que ayudará a calmar a los mercados.
El nuevo Programa de Compra de Emergencia por Pandemia (PEPP, las siglas de Pandemic Emergency Purchase Programme) realizará adquisiciones de "todas las categorías de activos elegibles" según el actual Programa de Compra de Activos (PPA), por lo que incluirá pagarés no financieros con suficiente calidad crediticia. Las compras de bonos continuarán hasta que la "fase de crisis" de la epidemia termine.
Sin embargo, el BCE dejó el tipo de interés de depósito sin cambios en el -0,5%, igual que el jueves pasado, en otra señal de que los responsables de política monetaria pueden estar considerando que un recorte haría más mal que bien.
Reunido en sesión ordinaria el jueves pasado, el BCE aprobó un amplio paquete de estímulos, pero las medidas decepcionaron a los inversores, lo que llevó a algunos a cuestionar el compromiso del banco con la promesa del predecesor de Lagarde, el italiano Mario Draghi, de hacer "lo que sea necesario" para salvar el euro.
Con los rendimientos de la deuda pública en la periferia del bloque al alza y la prima de riesgo de Italia (el diferencial entre la deuda italiana a diez años con la alemana) duplicándose en pocos días, la presión para que el BCE tome medidas más contundentes ha ido en aumento.
El pánico inversor empujó los rendimientos de los bonos de Italia a 10 años por encima del 3% brevemente el miércoles, lo que despertó la preocupación sobre la sostenibilidad de su deuda, antes de que las recompras del BCE y el pronunciamiento de sus responsables los hicieran retroceder a alrededor del 2,3%.
Aunque seguirá comprando deuda pública en función de la participación de cada país en el banco, la llamada clave de capital, el BCE dijo que será flexible y podrá desviarse de esta regla. Esto se interpreta como un indicio de que no tolerará el aumento de los diferenciales de rentabilidad de deuda entre los miembros de la zona euro que se ha visto en Italia y Grecia en los últimos días.
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