Los bajos precios de aerogeneradores lastran los resultados trimestrales de Siemens Gamesa

La fuerte presión sobre precios que sufre actualmente el competitivo mercado global de aerogeneradores impactó otra vez de lleno en los resultados de Siemens Gamesa.

El beneficio operativo ajustado de Siemens Gamesa se desplomó un 40% entre enero y marzo hasta los 189 millones de euros y las ventas cayeron un 29% a 2.242 millones.

El margen de EBIT, una de las variables más observadas por el mercado, se recuperó respecto al trimestre anterior hasta el 8,4 por ciento, aunque a costa de la reversión de un deterioro de inventario de 25 millones.

En el fondo de la tabla, la compañía se sacudió de las pérdidas del trimestre anterior y ganó 35 millones de euros (aunque cerró sin ganancias el primer semestre fiscal, que comprende desde octubre de 2017 a marzo de este año), mientras que en el apartado financiero, el grupo dejó de tener caja positiva y arrojó una deuda de 112 millones por necesidades de circulante que atribuyó a factores estacionales.

"Esperamos recuperar el flujo de caja positivo en la segunda mitad del año (fiscal)", dijo en la teleconferencia con analistas el consejero delegado, Markus Tacke.

Cartera de pedidos sólida, precios aún inciertos

Tras alcanzar una cartera de pedidos de 22.000 millones de euros a finales de marzo gracias a su división de eólica terrestre, que registró una entrada de pedidos histórica de 2,5 gigawatios (GW) en el trimestre, el grupo mantuvo sus objetivos para el conjunto del año, confiando en que su rentabilidad siga estabilizándose.

"Es el segundo trimestre de precios medios estables en la entrada de pedidos (...) pero no podemos determinar si esto supone ya una tendencia", reconoció su director financiero, Miguel Ángel López, ante los analistas.

Siemens Gamesa, número uno mundial por megawatios vendidos, compite fieramente con rivales como la danesa Vestas en un sector en crecimiento pero muy competitivo, que se desplaza hacia un modelo de subastas de potencia renovable después de que la caída de los costes de producción terminase con la era de las subvenciones públicas.