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Los autónomos reclaman al Gobierno que ponga fecha a la cotización por ingresos

Las principales organizaciones de autónomos recuperan esta "vieja reivindicación" que ya fue presentada a la ministra de Trabajo, Magdalena Valerio, el pasado 23 de julio. La negociación sigue abierta, pero el principio de acuerdo alcanzado hasta el momento recoge una doble subida a las cuotas a cambio de una mayor protección social.

Un autónomo trabaja desde casa. Foto: Pixabay

Una pequeña subida y, a cambio, grandes avances en protección social. Estas son las dos claves que han trascendido del encuentro mantenido esta semana entre   las principales organizaciones de autónomos y el Gobierno. "El objetivo de estas conversaciones es fijar las bases para universalizar los derechos de los trabajadores, de forma que los autónomos cuenten con una mayor cobertura y eso nos lo pagamos nosotros", detalla Eduardo Abad, presidente de UPTA (Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos). "Si esa conquista significa un pequeño incremento en la cuota, el esfuerzo habrá merecido la pena", añade.

Sin embargo, a pie de calle no se respiran tantos aires de triunfalismo. "Las medidas que se plantean no reducen la brecha, la abren aún mas", opina Regli Gómez (35 años). Esta emprendedora del sector del marketing  lleva cotizando como autónoma desde hace siete años y medio. En 2015, cogió la calculadora para hacer una cuenta de la que dependía su supervivencia: ¿Cuánto tiene que ingresar un autónomo al mes para ingresar un sueldo mileurista?  El resultado no tardó en viralizarse: tenía que facturar 2.000 euros, de los que 831 se iban a las arcas del Estado.

"Estas cifras no me hieren tanto como la contabilidad de todos los autónomos: somos más de tres millones de personas que pagaremos, de media, 60 euros más al año. Eso representa unos 180 millones de euros anuales extra y, sin embargo, no se valora nuestra aportación", comenta molesta. "No me parece ético que tiren de nosotros siempre que el sistema necesite dinero", protesta Gómez.

Una doble subida encubierta

Actualmente, la cuota que paga un autónomo viene marcada por la base de cotización —libremente elegible por el profesional— y el tipo de cotización aplicable —fijo—. El principio de acuerdo contempla que, por primera vez en los últimos años, se modifiquen ambos. Eso supone una doble subida para el autónomo. 

"Se ha llevado a titulares que la cuota sube alrededor de 4,5 euros al mes, pero no es real. La clave está en los tipos. Puede que este primer año parezca una subida tímida, pero se prevén escaladas consecutivas hasta 2021 como mínimo. Al final, la diferencia podría rondar los 15 euros", advierte María José Landaburu, secretaria general de UATAE (Unión de Asociaciones de Trabajadores Autónomos y Emprendedores).

Sobre la mesa se baraja un incremento del 1,25% en la base de cotización y un tipo aplicable del 30% el primer año; el 30,3% el segundo año; un 30,6% el tercero y el 30,9% en el cuarto año. Además, se aplicará el 0,6% sobre las contingencias profesionales, el 1% para el cese de actividad y el 0,1% en formación.

Los nuevos también notarán el golpe

 La tarifa plana también se encarecería. Pasaría de los 55 euros de ahora a 60 euros, una cifra que se aproxima más a la cotización que se hace por los contratos de aprendizaje y formación en el Régimen General, la figura que más parecida a la de un emprendedor. "No tenía sentido que este plan para autónomos fuese por debajo de la cotización a la que tienen que hacer frente las empresas para los contratos en prácticas", reconoce el presidente de UPTA.

Sin embargo, muchos autónomos recién llegados no están tan convencidos. Amaia García (32 años) se dedica a la gestión de proyectos de comunicación y cultura. Hace apenas ocho meses decidió dejar de trabajar por cuenta ajena para apostar por ella misma. Su perfil —mujer menor de 35 años y 'primeriza'— le permite beneficiarse de esta reducción de cuota y desaprueba el plus que le tocaría asumir. "En general, el sistema de cotización de los autónomos me parece inflexible e injusto", protesta. "No es sostenible para alguien que ingresa 1.000 euros al mes. Al final, se fomenta la economía sumergida", añade.

Landaburu le da la razón: "El sistema tiene proteger a los que más lo necesitan. Es una cuestión de solidaridad y, además, es que salen los números". Sin embargo, en su opinión, la solución no radica en la aplicación de la tarifa plana. "Las reducciones de cuota son imprescindibles, pero no para los que empiezan, sino para aquellos que no pueden asumir ese esfuerzo económico", detalla.

La secretaria general de UATAE considera que la medida de la tarifa plana ha resultado un fracaso. "Además de no fomentar el emprendimiento, este sistema ha servido de herramienta a las grandes empresas para precarizar a los jóvenes, que se ven abocados a convertirse en falsos autónomos", denuncia.  Por ese motivo, prioriza en la negociación el salto a un nuevo sistema de cotización.

Un compromiso sin sellar

La ministra Valerio lo ha dejado bien claro: el acuerdo no está cerrado. El próximo 22 de noviembre se volverán a sentar para negociar. "Todavía están sobre la mesa asuntos esenciales que marcan la diferencia en términos de bienestar social", avisa Landaburu. "Estamos luchando por un sistema de cotización que se ajuste a los ingresos reales; en lugar de que se aplique una subida lineal", aclara. 

Según la secretaria general de UATAE, el Gobierno se aferra al compromiso de ponerlo en funcionamiento dentro de unos meses, pero evitan concretar cuanto se alargaría ese plazo. "Nosotros reclamamos que el acuerdo se cierre con una fecha concreta de entrada en vigor", explica Landaburu. 

El presidente de UPTA se conforma con que el cambio se produzca en los próximos doce meses. "Esperamos que 2019 sea nuestro año",  especifica Eduardo Abad.

Los autónomos también enferman

Tal y como indica Abad, otro de los elementos troncales de la negociación ha sido ganar protección en las bajas por contingencia común. "Hemos conseguido cerrar que haya bonificación completa a partir del segundo mes natural", celebra el presidente de UPTA.

Regli Gómez se muestra escéptica: "No conozco a ningún autónomo que se haya dado de baja por estar enfermo. Tiene que pasarte algo grave para hacerlo pero, si te ves obligado a causar baja, no sólo te dan una prestación irrisoria, sino que tu negocio no funciona sin ti".

"El problema principal no es el abono de cuotas. No te puedes dar permiso para bajar la guardia así que, cuando anuncian que modificarán la legislación en este sentido, lo hacen con la certeza de que apenas  produciremos este gasto al Estado", añade.

Roberto Tiño (43 años) se muestra más optimista y recuerda la larga lucha que las organizaciones de autónomos han mantenido hasta llegar a esta conquista. "Llevo  15 años como autónomo en el sector del taxi y, cuando empecé, estas reivindicaciones ya se planteaban. Si se confirma, será un gran avance", valora. 

La formación, una inversión estratégica

Hasta ahora, los autónomos podían disfrutar de los cursos bonificados para trabajadores en activo del Servicio Público de Empleo, pero lo hacían prácticamente de prestado. "El Estado ha financiado hasta ahora esa formación con el aporte de los trabajadores por cuenta ajena y es justo que, ahora, nosotros también asumamos nuestra parte", admite Maria José Landaburu.

Eduardo Abad apoya esta perspectiva y señala que se trata de una inversión estratégica"Estamos a punto de vivir la cuarta revolución industrial y los autónomos no podemos perder la carrera contra la tecnología. Los sistemas informáticos ya han cambiado los hábitos de consumo y tenemos que estar preparados para plantar cara al e-commerce", plantea el presidente de UPTA. 

España, ¿a la cola de Europa en emprendimiento?

En 2015, la revista Forbes publicaba un reportaje en el que nuestro país aparecía retratado como uno de los peores en cuanto a facilidades a la hora de emprender. España figuraba en el puesto 142 de 189 países en el ranking,  por detrás de Zambia o Sudán del Sur. Para llegar a esta conclusión se evaluaron aspectos como los costes de ser autónomo, los tiempos de espera,  la cantidad de trámites que toca afrontar, etcétera. 

Eduardo Abad considera "demagógica" esta valoración. "España está a la vanguardia en marco de protección social de los autónomos. En otros países europeos, como Reino Unido, la tarificación es muy pequeña, pero no tienen nada a cambio", explica el presidente de UPTA.

Los autónomos, sin embargo, se inclinan a ver el vaso medio vacío. "Somos de los países de Europa que tiene las cuotas más elevadas y eso es un lastre", asegura Tiño. Gómez comparte esta postura y añade: "La mayoría somos pequeños empresarios con los márgenes de beneficio muy reducidos y con muchos frenos para el crecimiento. Yo no quiero que me regalen nada, me conformo con unos impuestos justos que en vez de frenar, impulsen".

Las asignaturas pendientes

Eduardo Abad confía en que con el cambio de Gobierno se avecine un cambio de perspectiva. "Hasta ahora, los partidos políticos habían estado lanzado propuestas sobre nuestros derechos laborales como quien va a pescar en un río de votos",  se queja. "Es de agradecer que el actual Ejecutivo haya priorizado el diálogo y no opte por tirar de Real Decreto para cambiar las reglas del juego. Hemos sido un juguete roto durante muchísimos años y ahora que por fin nos escuchan, toca esperar", añade el presidente de UPTA, apelando a la calma.

Por su parte, la secretaria general de UATAE pide que las novedades que regirán el trabajo de los autónomos sirvan para acabar con dos carencias fundamentales: "Se requiere financiación y estabilidad para que los autónomos no sientan que están dando un salto al vacío. No se pueden publicitar campañas para animar a la gente a emprender y olvidarte de ellos", concluye Maria José Landaburu.

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