Este artículo se publicó hace 8 años.
Así funcionaba la supuesta trama de blanqueo de Mario Conde
El exbanquero, el segundo mayor moroso de España con casi 10 millones de euros deuda, introdujo 13 millones en el país desde el año 1999 sin que nadie se diera cuenta gracias a un complejo entramado de sociedades y personas interpuestas.
MADRID.— La mayor parte de la ciudadana aún se pregunta, entre la estupefacción y la indignación, cómo es posible que Mario Conde pudiera introducir 13 millones de euros en España desde 1999 sin que nadie se diera cuenta, al tiempo que figuraba como el segundo mayor moroso de España con una deuda de 10 millones de euros.
El estupor es mayúsculo, sobre todo tratándose de un dinero del que Conde se apropió durante su etapa al frente de Banesto y del que no había rastro hasta ahora. Hay que recordar que la intervención de Banesto el 28 de diciembre de 1993 le costó al Estado en torno a los 600 millones de euros, dinero que nunca recuperó el erario público.
La pregunta es clara: ¿Cómo pudo Conde encabezar una trama de blanqueo de capitales teniendo en cuenta su pasado? ¿No había ningún control? Es cierto que el procedimiento empleado para blanquear el dinero incluía un entramado de sociedades españolas y extranjeras e incluía a familiares del exbanquero como su hija Alejandra, su hijo Mario y su yerno. Todo muy opaco, pero no invisible.
El dinero que investiga ahora la Audiencia Nacional habría sido sacado por el exbanquero de España antes de que estallase el caso Banesto en 1993, tras registrar el banco un agujero patrimonial de 2.700 millones de euros. Las cantidades de las que se apropió Conde mientras era presidente, ascendieron según las sentencias de la Audiencia Nacional a más de 26 millones de euros.
La pista del dinero se perdió con la entrada en prisión de Conde en 1997. Pero ahora, gracias a la investigación de la Guardia Civil, se ha sabido que aún estando en prisión, Conde empezó a introducir pequeñas cantidades en España desde Suiza. Según Vozpopuli.com, al principio las remesas de dinero no superaban los 3.000 euros. Esas cantidades iban supuestamente destinados a mantener a su familia.
Pero a medida que pasaba el tiempo, las cantidades de dinero fueron aumentando, hasta llegar a blanquear esos 13 millones de euros en 16 años. Para hacerlo supuestamente se valía de un entramado de empresas desplegadas en el extranjero y en España. El dinero viajaba desde el exterior a territorio nacional a través de préstamos, ampliaciones de capital e ingresos en efectivo que las sociedades del exterior realizaban a favor de las empresas españolas. El Servicio de Prevención de Blanqueo de Capitales (Sepblac) no empezó a sospechar hasta el otoño de 2014, que es cuando se empezó a investigar a Conde y su entorno y que ha culminado con el acertado nombre d Operación Fénix —ave de la mitología griega que resurgió de sus cenizas— y con Conde de nuevo en un calabozo.
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