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¿Cómo afectará a España el recorte del 7% del consumo de gas acordado con Europa?

Europa se prepara para un invierno duro ante un posible corte del suministro de gas ruso. Para ello, Bruselas busca elevar la eficiencia energética y recortar el gasto innecesario en determinados sectores. 

La ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera , habla con el vicecanciller y ministro alemán de Asuntos Económicos y Acción Climática, Robert Habeck, en la reunión extraordinaria de ministros de energía de la Unión Europea.
La ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera , habla con el vicecanciller y ministro alemán de Asuntos Económicos y Acción Climática, Robert Habeck, en la reunión extraordinaria de ministros de energía de la Unión Europea. Johanna Geron / REUTERS

El invierno se acerca y Europa se prepara para afrontar una de las mayores crisis energéticas de su historia, ante un posible corte de suministro gasista por parte de Rusia. Hasta ahora, Bruselas había lanzado algunas líneas de actuación dirigidas a desligarse progresivamente de los hidrocarburos de Moscú. La estrategia RepowerUE, para diversificar los proveedores de gas, el reglamento para mantener el porcentaje de almacenamiento energético por encima del 80% o las compras conjuntas de GNL a Noruega, Azerbayan y el norte de África son algunos ejemplos que, sin embargo, se prestan insuficientes de cara a la llegada del frío. 

Por eso, la Comisión Europea ha acordado un plan para reducir directamente el consumo de gas un 15% (un 7% en el caso de España) y afrontar los más que probables cortes de suministro de Rusia. Es la respuesta ante lo que Bruselas denomina el "chantaje de Putin".

¿Por qué España rebajará su consumo menos que el resto de Europa?

Teresa Ribera consiguió en Europa una nueva victoria al aprobar una rebaja del 7% del consumo en lugar del 15%, como el resto de vecinos del continente. España será, de nuevo, una excepción. Esto se debe al aislamiento de la península respecto al norte del viejo continente, pero también a su posición estratégica para almacenar gas en sus regasificadoras y convertirse en uno de los principales puertos europeos de entrada de metaneros de gas natural licuado (GNL). En resumen, el Gobierno español no tendrá que pisar tan abruptamente el freno del consumo a cambio de almacenar gas para enviarlo a sus socios europeos

¿Cómo lo hará España?

Ahorro y eficiencia. Son las dos palabras claves del plan español. Fuentes del Ministerio para la Transición Ecológica explican a Público que las primeras líneas de actuación irán encaminadas a rebajar el consumo energético de las Administración General del Estado, de modo que el esfuerzo no caiga sobre los ciudadanos. El Gobierno también está hablando con las Comunidades Autónomas y las entidades locales para ver cómo se pueden reajustar los consumos. 

La propia vicepresidenta tercera adelantaba en Antena 3 este miércoles que los planes del gobierno "exigirán esfuerzo, pero no sacrificio". Su equipo, además, ya está manteniendo conversaciones con los sectores económicos para tratar de "preservar la posición de la industria" y ver de qué manera se "flexibilizan" los gastos energéticos. Según la responsable de Transición Ecológica, se buscan medidas que permitan a las empresas "interrumpir el consumo de gas sin coste", así como potenciar la cogeneración, "que permite producir calor y electricidad a la vez".

¿Afectará a los hogares?

Ribera ha insistido en que la rebaja de consumo de gas "no afectará a la calidad de vida" de los españoles. Sin embargo, la política socialista sí ha hablado de cambios en los hábitos de vida para conseguir una mayor eficiencia en los hogares, como "apagar las luces u otras cosas que no suponen un esfuerzo".

¿Qué puede hacer el ciudadano medio?

Aunque todavía deben perfilarse los detalles de este acuerdo, todo apunta a que la ciudadanía no cargará con el peso de esta medida. Sin embargo, desde la propia Comisión Europea sí recomiendan cambios encaminados a reducir los gastos energéticos que no sean innecesario. Esto pasa por acciones clásicas como un control sobre las temperaturas de la calefacción, desenchufar los aparatos o cargadores que no se usen o apagar luces que no se necesiten. 

¿Cómo lo hará el resto de Europa?

Se desconoce cómo actuará cada Gobierno, aunque ya hay países que han movido ficha. El caso más reciente es el de Francia, que ha anunciado que se impondrán multas a aquellos comercios que tengan activado el aire acondicionado o la calefacción y mantengan las puertas del establecimiento abierto. Además, los carteles lumínicos deberán apagarse entre la una de la madrugada y las seis de la mañana, a excepción de las estaciones de tren y aeropuertos. 

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