Aunque colgó las botas en 2007, Roger García (Sabadell, 1976) continúa calzando un guante en la zurda. Licenciado en INEF, el exjugador de Barça, Espanyol, Villarreal y Ajax sigue ahora los pasos de su hermano Òscar y prueba suerte en el banquillo. Al lado de Lluís Carreras, otro exazulgrana, dirige en Segunda al Sabadell.

¿Le gusta hacer de entrenador?

Mucho. Como jugador, tenía claro que, cuando me retirase, iba a dedicarme a algo completamente ajeno al fútbol. De hecho, lo hice [se impli-có en un proyecto de decoración de interiores], pero aquí estoy. Supongo que no encontré nada que me gustase tanto como esto.

Con 36 años, ¿cómo ha asumido el paso de jugador a técnico?

La verdad, cada día espero que falte alguien para poder meterme yo en el partidillo.

¿Entiende mejor ahora a sus preparadores?

Sí, pero no a todos, a la mayoría [ríe]. Como entrenador, lo ves todo muy diferente.

Viniendo de dónde vienen usted y Carreras, ¿su apuesta futbolística será la que mamaron en el Barça?

'No encontré nada que me gustase tanto como el fútbol'

Sí, intentamos explicar a los jugadores los conceptos del fútbol que aprendimos. Respetamos otras opciones. Todas son tan válidas como la nuestra. Pero nosotros no sabemos hacer otra cosa.

¿Se fijará entonces en Guardiola?

Sí, claro, máxime teniéndole tan cerca. Creo que ya nadie discute que este Barça juega el mejor fútbol del mundo.

¿Qué es lo que más le ha sorprendido de él?

De inicio, como a todo el mundo, los resultados. Sabía que le iría bien, porque lo conozco. Cuando cogió al primer equipo, cuando todo el mundo dudaba de él por su falta de experiencia, yo les decía a mis amigos: 'Tranquilos, le irá muy bien, es un tío que sabe lo que hace y tiene una capacidad de comunicación extraordinaria'. Pero lo que ha logrado, en cuanto a títulos, sí era impensable.

'Presión es tener que subir a un equipo de Segunda B a Segunda'

¿Y en el aspecto táctico?

La cantidad de variantes que utiliza. También cómo ha gestionado el vestuario o insistido en el bloque de casa. Gestionar bien un equipo, eso es ser un buen entrenador.

Guardiola siempre ha reconocido públicamente el trabajo de su segundo.

Es que Pep tiene un cuerpo técnico impresionante.

Usted, precisamente, es segundo. ¿Le agrada ese papel?

Se ha dado así y con Lluís estoy aprendiendo mucho. Empecé la temporada pasada y me lo tomo como parte de mi formación.

¿No echa en falta la presión que vivió como futbolista?

Presión es tener que subir un equipo como el Sabadell de Segunda B a Segunda. La Segunda B es muy dura, vas a campos muy complicados, con rivales enfrente que no quieren jugar, sino destruir. La presión se la pone uno mismocuando se marca objetivos.

También coincidió usted con Pochettino en el Espanyol. ¿Detectó en él madera de técnico?

Compartí con él un año, pero yo era jovencito y, la verdad, ni lo pensé. Está haciendo un trabajo fantástico en el Espanyol, una labor de varias temporadas. Además, con un montón de jugadores de la casa.

'A Òscar le encanta entrenar, pero su futuro no sólo depende de él'

¿Qué le parece Verdú?

Cuando estaba en el Barça, ya había oído hablar de él, pero no lo conocía. Con un entrenamiento juntos, el día de mi último partido con Catalunya, en Terrassa, tuve suficiente para ver que era un futbolista fabuloso.

¿Y Cuenca? Lo tuvieron cedido el curso pasado.

No tenía ninguna duda de que Pep lo subiría pronto al primer equipo. Es un muy buen jugador.

Cruyff siempre ha hablado maravillas de usted, ¿le pide consejo?

Hablé con él el otro día porque me hicieron un homenaje [al jugador que más veces ha vestido la camiseta de la selecció] antes del partido de Catalunya, pero no solemos hablar. Sé que su teléfono está abierto si lo necesito.

Él, entre otros, ve a su hermano Òscar como sucesor de Guardiola.

A Òscar le encanta entrenar y en el Juvenil del Barça lo está haciendo muy bien, pero su futuro no sólo depende de él.