Quique pide cabeza

Forlán sigue de tournée. El departamento de prensa del Atlético le lleva de aquí para allá por escenarios favorables para intentar un lavado de imagen. Insultó a la hinchada y, a cambio, el club le expone como si fuera un héroe. El público traga y el periodismo mayoritariamente le hace la ola. Ni una sola pregunta comprometida tuvo que escuchar ayer el delantero, el jugador escogido por su empresa para hablar antes del trascendental encuentro de vuelta de los cuartos de final de la Liga Europa ante el Valencia (2-2, en la ida). "Me siento agradecido", dijo Forlán, quien, dos semanas después de su carga contra la hinchada, sigue sin disculparse.

El Atlético parte con la ventaja del valor doble de los goles en campo contrario. Por eso, su técnico, Quique Flores, avanzó más o menos que su equipo jugará a manejar el resultado. "No nos interesa un partido loco", les dejó claro a los jugadores en el vestuario. Con ellos trabajó ayer especialmente la estrategia. Es la obsesión del técnico: no quiere que su equipo desperdicie la renta de la ida por cometer errores a balón parado.

Más tarde, ante la prensa, Quique Flores insistió en su tesis. "Un partido como éste hay que jugarlo con cabeza. Estos encuentros son incontrolables e imprevisibles, pero esperamos tener el control del choque". Los rojiblancos tienen a tiro una semifinal europea once años después (la última fue en 1999, ante el Parma italiano, en Copa de la UEFA). Salvo Tiago, no tiene bajas. Reyes será titular.

El Valencia, en cambio, llega lleno de ausencias (Bruno, Marchena, Dealbert, Mathieu, Albelda y Banega). Pero no se desanima. La fe se la desata su póker atacante (Villa, Silva, Mata y Pablo). Los ché nunca fueron eliminados en Europa por un rival español, y están fuertes a domicilio. Sólo ha perdido uno de sus últimos 11 choques de visitante (precisamente en el Calderón, por 4-1).