Este artículo se publicó hace 15 años.
Un punto de imperfección
Un postrero gol de Henry permite al Barça rescatar un valioso empate de Mestalla. En escasos tres minutos, el Valencia volteó el 0-1 de Messi y exigió a los de Guardiola recurrir a la épica
Enrique Marín
Para el Barça, ganar en Mestalla era darle el golpe de gracia al título de Liga. Precisamente por eso Guardiola dijo querer olvidarse del Chelsea y centrarse en el partido "más importante". Sin embargo, Pep no lo pudo evitar y pensó, aunque fuera de reojo, en la Champions.
Prueba de ello fueron las variaciones que introdujo en su once. Protegió a Márquez, fundamental en la salida del balón aunque Piqué se haya afianzado en esta labor imprescindible para su entrenador; tonificó el músculo de Touré, tan necesario ante un equipo tan africano como el que le espera ante el de Hiddink; y dosificó a Henry. La vuelta de Messi desplazó a Iniesta de nuevo a la izquierda, aunque para el 8 su posición en la pizarra no es más que un punto de partida sobre el que moverse y mover el balón a su antojo.
El de anoche en Mestalla no fue el mejor partido del Barça esta temporada. Tal vez fue uno de los más discretos. Ya fuera por los méritos del Valencia, que supo reducirle los espacios y buscarle las cosquillas a la contra, o por deméritos propios. El empate rescatado a última hora por Henry pueden darlo por buenos los culés. Por más que el Madrid tenga la oportunidad hoy en Sevilla de reducir su distancia a cuatro puntos a las puertas del clásico.
Flojo partido de los azulgrana, que no encontraron su mejor fútbolSabedor de que el Barça entra en los partidos sin llamar, el Valencia intentó intimidarle con una presión más aparatosa que efectiva, pues los azulgrana manejaban la pelota, si no con toda la comodidad que les gustaría, sí con la suficiente movilidad como para generar algunas ocasiones. En una temporada irregular y confusa, el Valencia ha logrado encaramarse a la zona alta de la tabla. Lejos de imponer un estilo reconocible, Emery se ha echado en brazos de futbolistas como Silva, Mata o Villa, capaces de sacar a flote un equipo que se hundía al amparo de su vieja guardia.
César había avanzado que su entrenador sabría encontrar los puntos débiles al Barça. El equipo de Emery aguantó de pie lo que Iniesta y Messi tardaron en encontrarse. Uno descolgado desde la izquierda y el otro caído al centro desde la derecha. El cortocircuito hizo saltar los plomos de la defensa valenciana y dejó a oscuras a César, que fue abatido por Messi. El argentino suma ya 34 goles esta temporada.
La primera jugada polémica llegó a la media hora, en un inexistente penalti de Messi sobre Silva. A continuación, Villa reclamó otro penalti de Puyol, pero la jugada estaba invalidada por fuera de juego. En otras circunstancias no tan lejanas, el Barça podría haber cometido el error de entrar al juego del Valencia. Pero los jugadores de Guardiola huyeron de cualquier provocación.
Silva, el Iniesta del Valencia, manejó los tiempos de partidoRevolcón al partidoEn vista de que el Barça bajó la intesidad de su juego, el Valencia no dejó de apretar. A dos minutos del descanso, Maduro se encontró con un gol en el que Valdés tuvo gran parte de culpa al medir mal su salida y chocar con Puyol. 674 minutos después, el portero del Barça volvía a encajar un gol y decía adiós al récord de Reina (824).
Dos minutos después, ya en el tiempo de prolongación, Pablo tiró una pared con Mata y se coló con tanta decisión como maestría entre Puyol y Alves. Ejecutar a Valdés por bajo fue fácil después de tan magistral maniobra. En poco más de dos minutos el Barça veía cómo un partido que tenía encarrilado entraba en vía muerta.
La segunda parte se presentaba apasionante. Al Barça le tocaba remontar y al Valencia no cometer el error de limitarse a administrar su inesperaba renta. Esta vez Guardiola no iba a poder dosificar a ninguna de sus piezas más preciadas.
Si el Madrid gana en Sevilla se colocará a cuatro puntosEl Valencia empezó a sentirse cómodo dejándose dominar, sobre todo porque el Barça no era capaz de crearle ocasiones y Silva tenía la caña preparada para enlazar con Villa y pescar al Barça a la contra.
La solución desde el banquillo fue la esperada: entrada en escena de Henry por Keita, para que Iniesta retrasara su posición. Al Barça le faltaba mover el balón con más rapidez. Sus jugadores estaban demasiado estáticos, lo cual favorecía la labores defensivas al Valencia. Y fue Henry quien encontró el empate in extremis y gracias a una cantada de César. Al Barça el punto le supo a gloria.
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