Este artículo se publicó hace 16 años.
Juicio a Robinho
El brasileño ha anunciado que quiere irse, pero Schuster medita hacerle jugar esta noche ante la afición blanca en la Supercopa. El Madrid busca remontar el 3-2 frente a un Valencia que se presenta más tranquilo
La sombra de Robinho marca el partido de vuelta de la Supercopa que se disputa esta noche en el Bernabéu (22:00 horas). La situación tiene su enigma. Aunque el futbolista ha hecho lo posible por marcharse, Schuster sigue pensando que se quedará. Y, en cualquier caso, lo desafía a un diálogo cara a cara: “Me lo tiene que decir en persona y no a través de nadie”. De ahí que no le valga nada de lo que ha leído en la prensa. “A mí no me ha pedido no jugar y como está en condiciones para hacerlo, mi obligación es ponerle. No tengo ninguna duda”, avisa.
Más allá de eso, el Madrid se presenta esta noche ante su gente. De la ida quedan sensaciones incómodas. El resultado, 3-2, fue lo más amable. Pero hubo varias sospechas. Algunas de ellas especialmente llamativas, como la debilidad de la defensa, que enganchó una legión de despistes. Para esta noche, se advierte mejor vida. Vuelve Pepe, lo que en teoría significa poner la casa en orden. Pepe es uno de esos futbolistas que hacen falta en el Bernabéu por lo que juega y por lo que contagia. Cada aparición suya representa un grito de ánimo en la selva. Con él no hay indiferencia posible. Nunca la hubo.
La misma identidadNo hay que olvidar que el Madrid parte con un gol en contra. Es suficiente con 1-0 ó 2-1. Pero antes de convencer a la estadística, se necesita a otro Madrid frente a un Valencia que no le entregará la pelota en el Bernabéu. “Queremos mantener la misma identidad fuera que en casa”, advierte su técnico, Emery, que cree en el fútbol de ataque tanto como en su familia. Lo hizo en el Almería y lo hará con más motivo en el Valencia, donde tiene mejores futbolistas. Hay mucho espíritu libre en ese equipo. Gente a la que hace feliz la pelota, que saca lo mejor de ellos. Mata, Villa o Silva, por ejemplo. En la ida, hicieron una segunda parte formidable.
Entonces, bailaron a un Madrid, que apenas discutió el balón. Esa sería la primera ecuación a resolver para remontar esta noche. Y lograr el primer título del curso. “Jugar en casa siempre te da un plus”. El que avisa es Emery, que cuenta con ello. Schuster, también. El alemán se quejó en la ida de la facilidad con la que sus futbolistas perdieron la pelota.
Para gente como Van der Vaart, eso también es un problema. Sin el balón es lo mismo que si le desheredasen. Afortunadamente para el Madrid, siempre le queda Van Nistelrooy, que se evade de todo lo malo. Frente al gol se trata de un seguro a todo riesgo y da igual que se inunde de años. O el mismo Robben. En realidad, si Robinho no juega, ahí está el extremo holandés, con verdadera hambre. Y con la velocidad de toda la vida.
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