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Los interrogantes de la resaca

La victoria del Madrid en la Copa, con un juego veloz y fluido, abre una nueva vía de éxito

NOELIA ROMÁN

El inapelable triunfo del Madrid sobre el Barcelona (74-91) en la final de la Copa del Rey ha dejado una resaca cargada de interrogantes. Aunque la solidez del Barcelona como equipo y como proyecto no se cuestiona, la irrupción del equipo de Pablo Laso, con una propuesta más veloz, ofensiva y fresca, ha intensificado el debate sobre el estilo de juego que cautiva y debería imponerse; la necesidad de introducir ciertos cambios en la desfasada normativa; y el futuro de un deporte que sufre para captar nuevos adeptos y mantener los que ya tiene. A continuación, detallamos algunos de los puntos de debate.

Después de muchos años de buscarse y no encontrarse, de enlazar costosísimos proyectos incoherentes, el Madrid ha encontrado, finalmente, la horma de su zapato. Ha decidido a qué quiere jugar, ha apostado por un estilo y ha contratado a los jugadores y al técnico idóneos para desarrollarlo. Viniendo de donde venía, 19 años sin ganar la Copa, 17 la Euroliga y tres la ACB, ese simple hecho, al margen de la conquista de la Copa, es ya un gran avance. Cuenta, además, con jugadores jóvenes que garantizan la continuidad del proyecto.

La final del Sant Jordi enfrentaba a la mejor defensa de Europa, la del Barça, al mejor ataque de la Liga, el del Madrid. Aunque con porcentajes de acierto que excedieron la norma, se impuso claramente el ataque, con un juego fresco y veloz, que engancha al público. Laso seguirá apostando por ese estilo porque es el que más le gusta y el que mejor casa con el tipo de jugadores que tiene. Pero ¿tendrá el éxito un efecto contagio en otros equipos, como lo tuvo el baloncesto control con el que Boza Malj-kovic conquistó la Copa de Europa en la década de los noventa? Al Barça, su apuesta más defensiva y rígida le ha reportado los mayores éxitos en los últimos años. Con Xavi Pascual al frente ha conquistado 11 de 14 títulos posibles. Este curso, sin embargo, su mayor dificultad para generar un ataque fluido le ha causado más de un problema. ¿Se planteará el técnico azulgrana aflojar el corsé que oprime a sus jugadores y probar una versión más rápida y dinámica?

El juego del Barça, más encorsetado, resulta exitoso pero menos atractivo

Aunque Sergio Llull, MVP del torneo, es un base sui generis, aún más anotador que director, la final certificó, una vez más, la importancia de esta pieza en los esquemas. Cuando sus bases han estado bien, el Madrid ha resuelto con solvencia sus encuentros. Llull, y en menor medida Sergio Rodríguez, superaron a Marcelinho y Sada. Con su pobrísimo torneo, el brasileño abrió un interrogante acerca de su idoneidad para dirigir al Barça. Había probado su valía, pero a la hora de la verdad, Sada se quedó solo. Marcelinho parece una víctima clara del corsé.

Cuando Xavi Pascual mira al banquillo, encuentra a Ingles, Wallace, Rabaseda y Fran Vázquez. Cuando lo hace Pablo Laso, ve a Carroll, Felipe Reyes, Velikovic, Sergio Rodríguez, Pocius..., todo un pelotón de artillería. El potencial ofensivo de la segunda unidad del Madrid es muy superior al del Barça, que además perdió por un mes a Chuck Eidson, con un esguince en el ligamento lateral interno de la rodilla derecha. Pese a que Pascual debe descartar a un jugador por partido, su fondo de armario parece menos completo.

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