Este artículo se publicó hace 13 años.
El holandés sobrante
Van der Vaart vuelve al Bernabéu con el Tottenham, donde se fue el pasado verano
La relación de Van der Vaart y el Madrid no es una historia de intenso amor. Fue cordial, aunque distante. "Pasé por una situación familiar complicada y tampoco sobre el campo las cosas fueron bien", recuerda el holandés. Eso no es óbice para que guarde cariño a aquellos dos años. "Me sentí fatal cuando me fui, sabía que estaba saliendo del mejor club del mundo".
El Madrid le fichó como un parche, aunque los protagonistas de aquellos días no se ponen de acuerdo en quién era el jugador a reparar. "Vino por una lesión. Sneijder se rompió en un partido de pretemporada en Londres y necesitábamos una alternativa, por eso llegó Rafa", recuerda Manolo Ruiz, segundo de Schuster, que dirigía a los blancos. Miguel Ángel Portugal, el secretario técnico de entonces, discrepa. La idea era que Van der Vaart sustituyese a uno de los jugadores más queridos y silbados del madridismo. "Le trajimos pensando en que a Guti ya le quedaba poco fútbol, que empezaba su decadencia", recuerda. Fue el único fichaje del verano de 2008, ganó la Supercopa y, después, ningún título más.
"Tú vas a ser uno de los mejores del mundo", dijo Calderón al ficharle
Sí hay consenso en elogiar las cualidades de Van der Vaart. "Le seguía desde que con 19 años estaba en el Ajax. Es muy talentoso, con calidad y gol", recuerda Portugal. "Nos daba cosas que no teníamos, pase interior, juego entre líneas, llegadas desde la segunda línea y estrategia", comenta Ruiz. Más allá fue Ramón Calderón, el presidente que le fichó, el día de su presentación: "Aquí han jugado los mejores del mundo y tú vas a ser uno de ellos".
Pero Rafa ni siquiera llegó con la vitola de titular. "Jugábamos con Raúl y Van Nistelrooy de delanteros, cuando salía él cambiábamos el dibujo", dice Ruiz. Aquella situación no supuso un problema. "Era un gran profesional, se entrenaba muy bien. Era serio y humilde, quizá un poco reservado", añade el segundo de Schuster.
En su primer año en el Madrid, se fue Calderón y volvió Florentino Pérez. Y con él, cierta intención de enterrar todo lo anterior. Pronto salieron Robben y Sneijder. Van der Vaart sobrevivió. "Se le invitó a salir del club a comienzos de verano", reconocía Valdano en aquellos días previos a la temporada 09-10. Pellegrini quiso que se quedara, aunque el holandés criticó con dureza al técnico al considerarse maltratado: "Es un impresentable, no pienso ser su segundo plato", dijo. Manolo Ruiz no comulga con aquella estrategia que incluía la salida de los tres holandeses: "Los nuevos dirigentes no valoraron lo deportivo, sólo lo político. El tiempo ha demostrado que no tenían razón".
"No tengo nada que demostrar", afirmó ayer el medio en su regreso a Madrid
Van der Vaart tenía fecha de caducidad. El pasado verano, y a pesar de los elogios de Mourinho, se fue al Tottenham el último día del mercado. "Tomó una buena decisión, aunque para mí no habría sido un problema tenerle a él, a Özil y a Kaká", dijo ayer Mou.
Van der Vaart vuelve al Bernabéu. "Estuve muy bien aquí. Quiero jugar un buen partido, pero no por sentimientos negativos con el Madrid. No tengo nada que demostrar", dijo ayer el holandés. "Nos ha ido muy bien y estoy sorprendido de estar en cuartos ante uno de los grandes. En los últimos partidos no jugamos muy bien y necesitamos goles para continuar en la ronda siguiente", añadió Rafael.
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