Este artículo se publicó hace 2 años.
El histórico Club Bétulo de Badalona lucha por seguir en pie y preservar el deporte náutico
La entidad náutica badalonesa debería derribar sus instalaciones, de acuerdo con el Reglamento General de Costas, que sólo permite ocupar 300 metros cuadrados de playa. Es una pieza clave en la práctica deportiva marina del área de Barcelona. Varias gener
Barcelona-Actualizado a
El mar es, para muchos de los habitantes de una localidad costera, un elemento que forma parte de su día a día. La pesca, la navegación, las actividades lúdicas o los deportes náuticos forman parte del ADN de los municipios catalanes que miran al Mediterráneo. Asimismo, deben convivir con la preservación del entorno y el cumplimiento de las normativas. El Reglamento General de Costas establece que las edificaciones destinadas a actividades deportivas de carácter náutico ocupen una superficie máxima de 300 metros cuadrados. Una normativa que dificulta la continuidad de entidades como el Club Nàutic Bétulo, en Badalona, que ya ha presentado alegaciones -a través del Ayuntamiento- al Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico.
El Bétulo se fundó en 1972, cuenta con 750 socios y ocupa algo más de mil metros cuadrados de superficie en la Playa de la Botifarreta. El edificio cuenta con un restaurante y una piscina descubierta pero, por encima de todo, es una instalación en la que se practican deportes náuticos como el remo, la vela, el windsurf o el paddle surf. Actualmente tienen una lista de espera de dos años de personas que quieren hacerse socias.
"Con este reglamento, harán que mucha gente que practica deporte deje de hacerlo y que muchos equipos de competición desaparezcan", lamenta Josep Anton Violan, presidente del CN Bétulo. "En 300 metros cuadrados, ningún club náutico puede ofrecer un mínimo servicio, es un tema de espacio", añade. Además, Violan destaca la cantidad de deportistas que han salido de Badalona y han sido distinguidos en varios campeonatos de deportes náuticos. "Por ejemplo, somos el club que más regatistas aporta al campeonato del mundo de vela ligera de clase olímpica ILCA", dice el presidente del Bétulo que en 2021 ha aportado siete deportistas a esta competición.
Ahora mismo existe una decena de clubes náuticos en toda Catalunya que se ven afectados por este reglamento. Las entidades se han ido topando con este problema a medida que se les ha ido caducando la concesión de ocupación de espacio en la costa. En el Bétulo la concesión terminó en el 2017. "Ya lo esperábamos", reconoce Josep Anton Violan respecto a la resolución que recibieron hace unos meses que les denegaba la renovación de la concesión.
Apoyo de la administración
Todas las formaciones políticas han apoyado al Bétulo
A pesar de los múltiples y repentinos cambios de gobierno que ha ido teniendo Badalona en los últimos años, todas las formaciones políticas han apoyado al Bétulo. En 2019, el Ayuntamiento en pleno aprobó la declaración de Bien Cultural de Interés Local (BCIL) las actividades que realiza el club. Una vez denegada la renovación de la concesión al Bétulo, el Ayuntamiento ha manifestado que esta decisión "atenta contra la protección de las actividades declaradas como BCIL ya que comportará necesariamente la desaparición de todas las que se están realizando".
Desde el Ayuntamiento de Badalona reconocen que es necesario preservar el valor ambiental de las playas pero destacan que las embarcaciones que se utilizan para las actividades deportivas tienen "un escaso impacto ambiental y una función social y deportiva que hacen que estas instalaciones puedan considerarse de interés público". Por este motivo, después de las reuniones mantenidas con los responsables del club y también con la Federación Catalana de Vela, han presentado alegaciones al reglamento de la Ley de Costas.
El consistorio ha pedido que se amplíe de 300 a 750 metros cuadrados la superficie del dominio público marítimo-terrestre, limitando al 40% la ocupación para usos complementarios como la restauración para permitir la viabilidad del Club Náutico Bétulo. "¿Por qué los clubs náuticos no pueden tener los mismos derechos que los restaurantes playeros?", se pregunta el presidente del Bétulo.
"Hacemos una apuesta clara y decidida en que el Club Náutico Bétulo siga haciendo su labor en el sitio donde la hace porque las actividades acuáticas sólo se pueden realizar en el mar", dice el alcalde de Badalona, Rubén Guijarro. El edil socialista asegura que están haciendo gestiones con el Gobierno español "para intentar que el reglamento de costas se adapte a la realidad de una entidad que gestiona deportes náuticos". Guijarro destaca que el Bétulo "revierte de forma clara en la ciudadanía y debe hacerlo en las condiciones y el lugar donde se encuentra ahora".
50 años de historia
Este 2022 se cumplirán cincuenta años de la fundación del Club Náutico Bétulo. No inició su actividad en las instalaciones donde se encuentra actualmente, donde se trasladaron dos años más tarde. "Yo tenía una barquita para salir a navegar y cuando me estaba sacando el título de patrón en la cofradía de pescadores, un marinero retirado que nos enseñaba a hacer nudos nos dijo: '¿quiere que hagamos un club?'", relata Jaume Tejedor, uno de los socios fundadores del Bétulo, sobre los inicios del club náutico. Cuenta que eran una veintena y que primero se instalaron en la cofradía. Cuando consiguieron ser 50, inauguraron el local de la playa en 1974.
Este 2022 se cumplirán cincuenta años de la fundación del Club Náutico Bétulo
"¿Por qué debemos quitarlo si no estorba a nadie?", se pregunta Jaume. Se ha pasado más de media vida en estas instalaciones junto al mar y no se puede imaginar su ciudad sin el Bétulo. "No quiero que lo derriben", manifiesta.
Cristina Casas es más joven, tiene 45 años, pero es "socia desde siempre". "Yo me he criado aquí porque mis padres ya eran socios", explica. "Para mí, el Bétulo forma parte de mi vida y cuando vives el mar creces de otra forma", dice la socia del club badalonés con un fuerte interés por la vela que solo espera que "mis hijos también puedan disfrutarlo".
Roser Marín empezó a remar con 13 años porque su padre también lo hacía. Es socia del Bétulo desde los 7. Ahora tiene 30 y reconoce que "mi grupo de amistades surge del equipo de remo, para mí el Bétulo significa mucho". Ninguno entiende por qué el edificio debe ir al suelo.
Desde el Bétulo esperan que el Gobierno español acabe modificando el reglamento y no tengan que derribar las instalaciones. De hecho, ni se imaginan que esto pueda acabar ocurriendo. "Nos condenarán a ir a la playa sólo a tomar el sol", dice el presidente del club, Josep Anton Violan, que añade: "vivimos en un país en el que parece que solo se pueda jugar a fútbol; estos deportes no pueden practicarse si no estás en el mar".
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