En Champions, pero con racanería

Nihat lleva muchos años jugando como los mejores de la Liga. Fue estrella en San Sebastián y ahora, con más edad, sigue brillando.
El gol del Villarreal muestra que le queda olfato de gol, aunque una buena parte del mérito en ese tanto es de Cazorla, que supo ver la soledad del turco cuando se encontraba en una maraña de defensas.
Como Nihat vio que en el tanto el protagonismo era compartido decidió en la siguiente jugada mostrarse otra vez. Una falta lateral, escorada, con poco peligro se convirtió en un zurriagazo al largero.
Nihat aparte, los dos equipos pasaron la primera mitad jugando más bien poco, respetando el orden y el concierto, con pocos trazos de brillo. El Recreativo no llegó mucho más que en la jugada del gol, en la que Sinamá fue capaz de encontrar un hueco para que Camuñas rematase un balón sin ninguna dificultad.
Durante todo el partido se vieron jugadores cumpliendo aceptablemente sus funciones, pero ninguno, más allá de los dos minutos de Nihat, sobresaliendo para marcar las diferencias.
El Recreativo hacía poco por sobresalir, sólo buscaban pasar el trámite y llegar a las vacaciones sin haber perdido el partido. El empate claramente les valía.
El Villarreal seguía la misma línea: mucho toque en el mediocampo, mucho control del balón pero poca definición. Sus mejores jugadores no aparecieron durante casi toda la segunda mitad.
Hasta que llegaron los últimos cinco minutos y se dieron cuenta de que la victoria les podía poner en Champions, de que ellos eran el equipo más grande y un empate en casa contra el Recreativo no puede ser un resultado ni siquiera aceptable para un conjunto de sus aspiraciones.
Esos últimos cinco minutos sí que dieron la talla. Cinco minutos que dieron para mucho. Hubo miedo en la defensa del Recre y fue la demostración clara de que, si hubiesen jugado así todo el rato, podrían haber ganado, aunque al final el empate sirvió para entrar en Champions D