Este artículo se publicó hace 13 años.
Cesc sube al tren azulgrana
Más de 30.000 hinchas jalean al centrocampista en el Camp Nou en su presentación como jugador del Barça
Cesc cumplió ayer un sueño. Jaleado por miles de culés y arropado por su familia, por fin pisó el césped del Camp Nou vestido de azulgrana. Lo hizo además con el 4 en la espalda, el dorsal de su admirado Pep Guardiola. Tras años de tira y afloja con el Arsenal, el Barça logró al fin su anhelado fichaje. El club catalán paga 34 millones de euros por el centrocampista: 14,5 ahora, 14,5 en septiembre y cinco más a plazos, que retiene del salario del futbolista, durante las cinco temporadas que ficha al jugador. Las variables (cinco millones más) se harán efectivas si el conjunto catalán gana dos ligas y una Champions durante este tiempo (dos millones por Liga y uno por la Liga de Campeones).
Después de jugar ocho años con los gunners, el volante regresa "feliz" al Barcelona. Se fue del club siendo un niño y vuelve como un futbolista consolidado y maduro. Aún así, Fàbregas hizo ayer gala de una admirable modestia: "Aquí se viene de puntillas, a trabajar para intentar ganarte un puesto y cuando te lo ganas, seguir trabajando para que no se te escape", convino. "Preparado para asumir un nuevo rol", Cesc asegura que no siente "miedo" por tener que ganarse ese puesto desde el banquillo.
El Barça paga 29 millones fijos, cinco a plazos y cinco más en variables
"Ahora estoy preparado para asumirlo, hace tres años quizá no", reconoció ayer. "Tengo más experiencia, estoy mucho más tranquilo. Por suerte, tenía muchísimas opciones, pero elegí el camino más difícil. Y si consigo mis objetivos, también el más gratificante. Quería coger este tren y esta vez podía ser el último año que pasara".
"Feliz" y "difícil". Esas fueron las palabras que más repitió Cesc durante su presentación. Un acto que aprovechó para agradecer la "confianza" mostrada por Sandro Rosell en su vuelta. "Sé que no es fácil confiar en un jugador que se fue del club de jovencito. Sé que hay gente dolida conmigo, que piensa que me fui por dinero. Pero estoy aquí para darlo todo, no quiero defraudar a los que han apostado por mí. Nunca he dejado de seguir y de querer a este club", defendió, consciente del recelo que ha provocado su fichaje entre parte de la hinchada.
Seguro de sí mismo y con aplomo, el de Arenys también quiso romper una lanza en favor del entrenador del Arsenal, Arsene Wenger, reacio desde el inicio a su traspaso. "Si hoy estoy aquí, en gran parte es por Wenger", zanjó Cesc. "Se ha vendido una imagen del míster que no es verdadera. He pasado muchas horas hablando con él, porque no quería que me marchara, ni por 29 ni por 80 millones, pero es un hombre con sentido común, que respeta las decisiones de los jugadores. Sé que me quiere y yo también le quiero a él", espetó agradecido.
El volante, arropado por su familia, dice estar a punto para la Supercopa
Las razones de GuardiolaY puestos a aclarar, contó por qué renovó su contrato con los gunners en 2006, si su deseo siempre fue el de volver al Barça. "Cuando yo renové nadie había dado señales de vida desde el Barcelona. Pensé que era lo mejor, quizá por miedo a que el Barça nunca viniera a buscarme. Soñaba con volver, pero en ese momento no lo imaginaba posible. Al cabo de un año cambió el entrenador, el presidente, el grupo... Pero no me arrepiento de nada, hice lo que tenía que hacer".
Deseado por Guardiola, Cesc arriba al vestuario azulgrana con la complicidad de los pesos pesados de la plantilla. Por eso, Thiago ni se atrevió a alzar la voz para quedarse con el dorsal que Cesc hereda de Rafa Márquez.
Pep ve en él el relevo a medio plazo de Xavi. Un centrocampista que aportará seguro más llegada al área que el de Terrassa. Un jugador que no necesita adaptación para formar en su equipo, pues mamó la filosofía azulgrana hasta que se marchó como cadete. Y, sobre todo, Guardiola valora su ambición. Los técnicos que han dirigido a Cesc en la cantera azulgrana le han contado al de Santpedor que el volante era el más "competitivo" de la estupenda quinta del 87, en la que coincidió con Messi y Piqué, entre otros.
"Guardiola ha resultado clave en mi regreso. Mi oficio es el de futbolista y el entrenador es el que más cuenta; le agradezco su apoyo. Sé, además, que es un técnico justo", subrayó ayer el centrocampista. En manos del entrenador queda la convocatoria de Fàbregas, que ayer por la tarde ya se entrenó con sus compañeros, para la vuelta de la Supercopa. La última vez que vistió de azulgrana, el de Arenys levantó la Copa del Campeonato de España cadete, cuya final el Barça disputó ante el Athletic.
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