Este artículo se publicó hace 14 años.
La cara amable de Luis Fabiano
El brasileño le marca tres goles al Levante
Luis Fabiano se mantiene conectado al Sevilla gracias a un bucle interminable de heroicidades en actos de servicio y chismorreos incesantes sobre su salida inminente del equipo en busca de nuevos aires. No hay término medio. Cuando llegan un par de semanas sin goles o toca calentar banquillo se activa el altavoz de ofertas de uno y otro hemisferio. Son los excesos de un grandioso delantero al que esa fiebre indolente condena a un escalafón que no tiene correspondencia con su tremendo potencial futbolístico. Una inyección de regularidad propulsaría de nuevo su estatus hacia la aristocracia de los goleadores del planeta.
El brasileño ofreció su cara más amable. Tres goles que iluminaron un cómodo triunfo para arrancar esta segunda vuelta. Fue el elemento diferenciador que el Sevilla manejó con relativa comodidad ante el Levante. Los cortocircuitos de concentración de los sevillistas fueron los únicos momentos en el que los levantinos pudieron tomar la palabra.
Pleno de tropiezos en la primera parte de la competición, el Sevilla está obligado a saltar de tres en puntos de aquí al final de Liga para intentar alcanzar su sitio de los últimos años. Inauguró esta sucesión de acelerones con una limpia victoria.
La tarde comenzó con la intención de Navas de ser protagonista. El campeón del mundo ocupó muy pocas líneas en la historia del último encuentro ante el Villarreal. Volvió de su lesión de tobillo como una locomotora, pero ahora parece que falta carbón para poner en marcha la máquina. De ninguna de las maneras se resignó a pasar otro partido como el de la pasada semana. Así que desde el minuto uno empezó a catar la estrategia que Del Horno había preparado para detenerle. Buscó el sprint, el recorte en seco, pero el defensa levantino le interpretó todas sus intentonas.
Exploradas todas las vías pegadas a la cal, aprovechó una contra para viajar hacia el centro y perder de vista por un momento al lateral vasco. Fue desplegar sin incomodidades la mecánica del centro para tatuarle una pelota en la misma testa a Luis Fabiano. Un remate sensacional abrió el festival del brasileño.
El Levante pareció haber tachado este partido en el mismo momento de haber emprendido el viaje hasta Sevilla. Demasiadas comodidades regaló para la situación en la que está en la tabla.
La mina de los saques de esquina de Romaric encontró otra veta en Escudé. Todo lo que el africano imagina antes de golpear termina por cumplirse. Machacó al Villarreal en cinco minutos y volvió a cantar bingo con la aparición del central francés en el primer palo.
Con un penalti marcado por Luis Fabiano, el Sevilla se palpó el estómago satisfecho de los tres goles de ventaja al descanso. La digestión pesada la aprovechó el conjunto visitante para asomarse un rato al Pizjuán. Recortó distancias, pero no hubo convicción para crear más aprietos. Luis Fabiano enganchó otra pelota en la frontal del área y se llevó el balón a casa de recuerdo.
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