Y el Betis resucitó

Aturdidos después de sus fatales últimos resultados, Valencia y Betis dejaron esa misma sensación en la lluviosa noche sevillana. Pepe Mel explora que te explora variantes que saquen al equipo del agujero negro en el que se hallaba sumido desde hace más de dos meses. En Pamplona abofeteó con la alineación y el planteamiento a los que metieron las narices en su trabajo. Perdió el partido, pero salió reforzado después de que a su estilo pasara por encima de Osasuna a pesar de ese desenlace trágico en el descuento.

Ese tiempo extra, a veces tan largo otro tan corto, había torturado a su equipo en los dos últimos encuentros. Ayer disfrutó de la cara amable de esa historia. En cuatro minutos le dio la vuelta al partido ante el Valencia. Llovía mucho en Sevilla, pero los béticos se olvidaron del paraguas para que el agua de la victoria limpiara sus bufandas y camisetas de tanta pringue con olor a derrota. Los jugadores se miraban asombrados ante algo que parecía que nunca iba a llegar.

El equipo de Emery vuelve a quedar en cueros por los fallos defensivos

La opción de ayer de Mel resultó un híbrido. El técnico llenó la alineación de futbolistas ofensivos, aunque optó por esperar al Valencia en su campo y salir a la contra. Era una invitación a la otra parte para que manejara la función.

Lo intentó Tino Costa durante toda la primera parte, pero no consiguió que su equipo fabricara ocasión alguna de peligro. A diferencia de jornadas previas, el Betis daba sensación de más o menos orden en lo que respecta a los movimientos de balón. La idea de Mel era pillar a la contra a la defensa levantina. Con esa superioridad, la velocidad de Jonathan Pereira desde las bandas eran el reclamo perfecto de esa estrategia. Entre Topal y Tino Costa bloquearon bien esa vía. Entre la buena planta del Betis y esa cerradura del Valencia ninguno de los dos porteros tuvo demasiado trabajo en esa primera mitad. La posesión era claramente del visitante pero bastante inocente y plana.

La gran condena de este Betis de los últimos 11 partidos es que recibe más daño cuando mejor le salen las cosas así que lo peor estaba todavía por venir. El equipo no se deja tumbar a pesar de la racha, siempre asoma la otra mejilla.

Mejoraron mucho los verdiblancos en el segundo tiempo. Le birlaron el balón al Valencia y se intuyó alguna ocasión más o menos clara de peligro. Lo que ocurre es que cuando algo así sucede los béticos ya se miran de reojo a la espera de que algo funesto suceda. Cuando más cómodo se sentía el equipo, Dorado metió en su propia portería un centro de Barragán.

Uno de los argumentos de la numerosa guardia de defensores de Pepe Mel es que el equipo no se rinde, que no pierde la cara ante la adversidad. La historia les dio ayer la razón. Con el partido ya en la cuenta atrás, Rubén Castro consigue dar una semana tranquila en el entorno del Villamarín después de once semanas de dudas y problemas. El agua de la victoria limpió el maleficio de los descuentos. 

Betis: Casto; Isidoro, Mario, Dorado, Nacho; Pozuelo (Molina, m. 71) Iriney, Beñat; Rubén Castro, Pereira (Juanma, m. 76) y Santa Cruz (Ezequiel, m. 71).

Valencia: Alves; Barragan, Dealbert, Víctor, Mathieu; Topal, Tino Costa (Albelda, m. 84); Pablo, Feghouli, Jonas (Parejo, m. 72); y Soldado.

Goles: 0-1. M. 65. Balón que mete Tino Costa a Barragán, que centra y Dorado mete el balón en su portería ante la presencia de Soldado. 1-1. M. 91. Rubén Castro remata un centro de Nacho desde la banda derecha. 2-1. M. 94. Rubén Castro marca ante Alves en un fallo defensivo del Valencia.

Árbitro: Pérez Lasa. Amonestó a Mario, Tino Costa, Soldado y Barragán.

Benito Villamarín: 38.000 espectadores.