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Las amenazas del 'number nine'

Entre Soldado y Sturridge existe un paralelismo: la figura de Fernando Torres

ALFREDO VARONA

En el pasado resultó infranqueable. Sturridge fue cedido al Bolton cuando Torres fichó por el Chelsea. Los 20 goles de Soldado con el Getafe, antes del Mundial 2010, tampoco fueron suficientes para viajar a Suráfrica. Estaba Torres, que ahora, sin embargo, vive días grises. Necesita de la comprensión de Soldado ('es lógico que sea más mediático que yo') y del ánimo de Sturridge: 'Quiero ayudarle a ser el de antes'. Por eso la vida enfrenta esta noche en Stamford Bridge a pasado frente a futuro. Y no se sabe, a sus 27 años, en el bando que juega Torres en un Chelsea que necesita quitarse años y que pide fecha de caducidad para su leyenda: Anelka, Drogba, incluso se habla del cambio Modric-Lampard con el Tottemhan.

En un equipo en el que Mata, Ramires o Meireles han tomado el mando, Torres aún conserva el número 9. Pero su vida frente al gol se ha complicado. Y en Londres se duda quién vale más ahora, si él o Sturridge. Hace once meses, Ancelotti no lo dudó. Hace tres, Villas- Boas también pidió paciencia a Sturridge. 'Hay jugadores con tanto talento como él, pero con más experiencia'. Sin embargo, los resultados han anticipado las elecciones. Sturridge, convocado por Capello, se apoya en la inspiración de su padre Michael y de su tío Dean. 'Tenían talento para haber sido estrellas'. Como no lo fueron, él, ambicioso, quiere cobrarse esa cuenta pendiente y esta temporada ya tiene estadísticas más limpias que Torres.

Soldado, también. En el Valencia le basta con rematar una vez para marcar, como ante el Espanyol. Y, aunque defiende a Torres en la selección, ha anunciado la ambición del hombre que abandonó su tierra. A los 13 años, emigró al Madrid. A esa edad, Sturridge dejaba el Aston Villa para fichar por el Manchester City por medio millón de euros. Torres, sin embargo, fue hombre de un solo club, el Atlético. A los 20, jugaba la Eurocopa de Portugal 2004.

Nada que ver con la lenta biografía de Soldado, marcada por las cesiones (Getafe u Osasuna) hasta llegar hoy a Stamford Bridge como jefe del Valencia. Los once goles en los últimos siete partidos de la temporada pasada aceptaron su supremacía. Otro paralelismo más con Sturrigde, que en esos mismos meses logró la autoestima que le faltaba con el Bolton. Salió a 12 goles en ocho partidos. A veces se pasaba de individualista, pero se ha ganado ese derecho que a Torres cada vez le cuesta más utilizar. Y eso es algo que también nota Soldado en los partidos de la selección. Aún desde su domicilio en Valencia.

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