Este artículo se publicó hace 14 años.
"Ahora yo ya no tengo prisa"
Pepe ya advirtió al Madrid cuando, tras lesionarse, bloqueó su acuerdo de renovación
El Madrid se declara tranquilo. Quiere renovar a Pepe, cuyo contrato vence en junio de 2012, y está convencido de conseguirlo. Ya negocia en ese sentido con su representante (le ofrece un contrato hasta 2015 por tres millones y medio de ficha, el doble de la actual) y no siente urgencia por alcanzar el acuerdo. "Hay optimismo al respecto", aseguró ayer un portavoz. Pero el central portugués no lo tiene tan claro. Y así lo expresa en alto dentro del vestuario.
Pepe sigue dolido con el club por lo que entiende como una promesa de renovación incumplida, por un acuerdo que se bloqueó justo cuando se lesionó el pasado 12 de diciembre en Mestalla ante el Valencia. "Vamos a esperar a renovarte hasta ver cómo evolucionas de la rodilla", llegó a escuchar Pepe de un alto directivo. Las cantidades pactadas entonces son las que ahora ofrece el Madrid, pero al portugués, molesto, ya no le valen. Exige cinco. Y no tanto por avaricia sino por despecho.
El defensa se siente sano y con la sartén por el mango, a un año de poder negociar por su cuenta un destino mejor. Y por eso se muestra inflexible. Pide más y no tiene ninguna intención de ceder. "Ahora yo ya no tengo prisa por renovar", le comentó el luso recientemente a varios compañe-ros que le preguntaron por su situación contractual. Ya se lo avisó a esos mismos jugadores unos meses antes, cuando parecía hundido por el frenazo inesperado del club para su renovación (acordada entre Jorge Méndez y Florentino Pérez, según la versión del jugador) y se aplicó en recuperarse de la rotura del ligamento cruzado anterior de la rodilla derecha. "A ver si luego yo quiero seguir", les dijo entonces.
El Madrid es optimista, pero el acuerdo entre ambas partes no parece tan cercano. Pepe juega y se recrea con declaraciones que tratan de poner nervioso al club. Lo pasó mal, no olvida las dudas que generó en los despachos su lesión, y no quiere dejar sin cobrarse esos momentos.
Ya en tiempos de Ramón Calderón en la presidencia, el Madrid no cumplió una mejora de contrato prometida tras ganar la Liga. El luso llegó hace cuatro temporadas como un fichaje muy caro (30 millones de euros para el Oporto), pero con uno de los peores sueldos de la plantilla (1,8 millones de euros anuales). Ahora, con 27 años, el central siente que está ante el que será su último gran contrato. Y por eso no tiene ninguna prisa.
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