Seis canciones que te salvarán la vida
La música como remedio para combatir la rutina, el desamor o la tragedia. Isabel Jiménez y Carolina Prada seleccionan 137 'Canciones de Buen Rollo' en su primer libro.
Madrid--Actualizado a
"Escribir sobre las canciones que nos iluminan fue una vía de escape en nuestros momentos más chungos". Isabel Jiménez Moya (Madrid, 1975) recuerda el germen del blog Canciones de Buen Rollo, cuando se aferró a la música para sobrellevar un par de reveses laborales y sentimentales. Doce años después, Sílex Ediciones publica un libro homónimo que recoge una selección de 137 temas, una cuarta parte de los recopilados en su bitácora.
"Este proyecto surgió de una catarsis vital", añade Jiménez, atenazada entonces por "una espiral de infelicidad" que le impedía levantarse de la cama por las mañanas y rota por una separación traumática. Si aquellas canciones la ayudaron "a salir del hoyo", ¿por qué no expresar lo que le transmitían? "Lo necesitaba", reconoce la periodista, quien se puso manos a la obra, en una suerte de agradecimiento por todo lo que le habían dado.
Carolina Prada Seijas (Ponferrada, 1975), coautora del libro Canciones de Buen Rollo, cree que son un "antídoto contra la tristeza" y "una manera de sobrellevar con alegría los días anodinos, cuando vas cabreada al trabajo y la música consigue sacarte una sonrisa". En todo caso, matiza la periodista, no se trata de una recopilación de títulos con temática feliz, aunque para ellas "sí que tienen ese significado" y les causan el efecto de "venirse arriba".
"No tenía por qué ser ni siquiera el propósito del autor del tema. De hecho, algún músico fliparía si viese sus composiciones en un libro titulado Canciones de Buen Rollo", ironiza Prada, quien deja claro que no se trata de una antología de sus favoritas, sino de las que "pueden servir para animarte". También para combatir la rutina, el estrés, la tragedia o el desamor. Incluso para mejorar la autoestima o rebelarse contra lo que se ponga por delante.
Si para ellas fueron una cura, procedía difundir esas piezas reconstituyentes y contagiar su entusiasmo. "Además de un hábito diario, para mí la música es fundamental", afirma Prada. "Crea vínculos entre gente que, de otra manera, nunca se hubiera conocido y tiene una gran capacidad evocadora, porque te recuerda determinados momentos o a ciertas personas. Escuchas una canción y viajas en el tiempo".
En el libro hay pinceladas sobre su historia y análisis sobre las letras y melodías, pero sobre todo apuntes y anécdotas personales, un "pastiche terapéutico" que pasa por la cabeza, el oído y el corazón de las autoras, musicómanas desde temprana edad que huyen de la ortodoxia y optan por la divulgación desde una perspectiva vital propia. Como dice Isabel Jiménez, "una canción te puede salvar la vida y, como mínimo, enderezar el día".
Carolina Prada advierte de que el lector no se encontrará con música latina ni electrónica, porque ellas son aficionadas al pop y al rock, aunque el espectro estilístico es amplísimo, de Marisol a Extremoduro. "También escuchamos a muchos músicos muertos", ironiza Prada, quien recomienda reproducir las canciones en el perfil de Spotify cbr_buenrollo o escaneando los códigos de cada lista que figuran en el libro y que remiten a cada capítulo.
"Nos hemos educado musicalmente con Diario Pop y Flor de Pasión (Radio 3) y con La bola de cristal (TVE), que marcó a la chavalería de nuestra generación; luego también vi el Xabarín Club (TVG), porque la señal de la televisión gallega llegaba al Bierzo". Abundan las referencias a ambos programas televisivos: desde Alaska y Dinarama, Kiko Veneno y Radio Futura, hasta Siniestro Total y Aerolíneas Federales. "Se nos ve el plumero", se carcajea.
Las autoras de Canciones de Buen Rollo, prologado por Fernando Navarro e ilustrado por Gemma de Castro, han afinado la memoria y escogido seis cortes para levantarse con buen pie que garantizan el subidón. De estos y otros temas hablarán este viernes 14 de abril, a las 19 horas, en la librería El Argonauta de Madrid, donde estarán acompañadas por el editor de Sílex, Ramiro Domínguez.
'I Saved the World Today', de Eurythmics
"Es una de estas canciones que no puedo escuchar haciendo otra cosa. Si empieza a sonar la mente se me nubla y me elevo sobre el suelo. Su melodía suave, orquestal y pausada me transmite una paz que no soy capaz de encontrar fácilmente y su letra es un hábil mecanismo de presentar la realidad cotidiana tal como es, agridulce, con un optimismo controlado y falsamente ingenuo en el estribillo. Fina ironía de ese alguien que sabe que igual no ha salvado el mundo —no al estilo de una peli yanqui de invasión alienígena—, pero ha conseguido salvar su día, y eso ya es mucho" (Isabel Jiménez)
'Bad Reputation', de Joan Jett & The Blackhearts
"En mis duros años de adolescencia, habría dado lo que fuera por molar tanto como Joan Jett, pero lo cierto es que me parecía más bien a la atribulada protagonista gafotas de Bienvenidos a la casa de muñecas. Cuando descubrí este temazo sobre vivir la vida como te dé la gana y pasar del qué dirán, sentí que Joan me hablaba directamente a mí. No me importa si piensas que soy rara: toda una declaración de intenciones" (Carolina Prada)
'You Really Got Me', de The Kinks
"Es un tema que estaba predestinado para mí desde antes de nacer. Su aparición en mi vida trazó tal surco en el vinilo de mi corteza cerebral que tengo serias dificultades para rememorar cómo sobrevivía antes de ella. Fue mi canción cuando empezaba a despertar a la vida adulta y más adelante reapareció para marcar mi relación de amor más longeva y estable hasta la fecha: con un kinky, claro. No hay composición que le haga sombra al subidón de autoestima que me produce" (Isabel Jiménez)
'Paracaídas', de Los Enemigos
"Soy enemigoadicta irredenta y confesa desde hace más de treinta años. No sé qué habría sido de mí sin las coplillas de Josele, Fino y Chema. Tampoco sin mis amigos, que más de una vez me han librado de caer al mar y soñar al sol. Por eso, este es uno de los temas de la banda con un significado más especial para mí: me recuerda todas esas ocasiones en que mis paracaídas me han salvado del abismo o, cuanto menos, han estado abajo para recoger mis pedazos" (Carolina Prada)
'Too Young to Die', de Jamiroquai
"Lleva siendo la sintonía de mi móvil desde hace más de una década. Es mi conjuro melódico contra la cronofobia que me atosiga y me angustia cada vez más, cuantos más años consumo. Tiene un ritmo demoledor y contagioso: los violines al principio, los metales en el corazón, el bajo marcando el latido, un solo instrumental cargado de groove y la deslumbrante calidad vocal de Jason Kay como un nuevo Stevie Wonder blanco. Antes de ponerle atención a lo que decía, ya me enganchó su intensidad in crescendo. Cuando me enteré bien de qué iba la canción, aún me gustó más. Especialmente esa perorata final, una bronca monumental a los que manejan los hilos desde los Gobiernos o las grandes corporaciones" (Isabel Jiménez)
'Satellite of Love', de Lou Reed
"Llegó a mi vida gracias a uno de mis mejores amigos y proveedores de música y ya nunca ha salido de ella. No sé cuántas veces habré escuchado esta canción, pero nunca deja de conmoverme la oscura belleza que encierran esa melodía y esas letras, intrascendentes en apariencia. Y, además, con coros de David Bowie… ¡Qué más podemos pedir! Por cierto, una de mis más preciadas posesiones es el Transformer autografiado por el propio Lou Reed. Tenía que decirlo…" (Carolina Prada).
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