Rodrigo Cortés: "Uno se hace mayor cuando empieza a sentirse joven"

Rodrigo Cortés, autor del libro 'Cuentos telúricos'. Irene Medina / Random House

Madrid--Actualizado a

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En la antesala del libro, toda una declaración de intenciones: una mención a 'Merlín y familia'. Más que una sentencia, una cita.

Iba a decir doméstico, pero casi mejor pedestre o, incluso, su híbrido: de andar por casa. Un ingrediente que desdramatiza los relatos, que no son rotundos, sino flexibles y abiertos.

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Y, para ello, también calza los relatos con cuñas irónicas y humorísticas.

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¿Todo está en la cabeza de un niño?

¿Y qué leyó usted a esa edad en la que no podía leer eso que leyó?

Algo de Kafka —como ese guiño burocrático— y de Cunqueiro hay en sus cuentos, por no citar a otros referentes, como Wenceslao Fernández Flórez.

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Hablando de gastronomía, contaba Abraham García, el chef del desaparecido Viridiana, que García Márquez reservaba la mesa a nombre de Aureliano Buendía.

¿Algunos actores se han metido tanto en su papel que se han quedado encerrados en él?

¿Se ha encontrado a intérpretes españoles más caprichosos que los de Hollywood?

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Pese a que ha llegado a actuar en sus cortos, a usted le gusta dirigir, aunque sea el rumbo de un cuento.

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En todo caso, usted prefiere dirigir a que lo dirijan, es decir, a estar a las órdenes de otro.

Ya que alude al truco, si fuese mago, ¿a quién haría desaparecer?

¿Y a quién sacaría de la chistera?

Parece que siempre tiene respuesta para todo, aunque a veces no responda concretamente a la pregunta.

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Aunque se crio en Salamanca, nació en la aldea de Pazos Hermos, perteneciente a la parroquia de San Lourenzo da Pena, en el Concello de Cenlle, comarca de O Ribeiro, ​provincia de Ourense, y mejor no sigo... ¿No le parece mágica la división territorial y la organización administrativa, con base eclesiástica, de Galicia?

Hay casos fronterizos que desbordan lo racional. Y, en la cima de esos limbos o tierras de nadie, tenemos los relatos 'arraianos' de Méndez Ferrín, cuyo género podría ser catalogado como realismo trágico —y tan mágico, claro—.

En 'Cuentos telúricos' escribe que a los gallegos, justo antes de salir de viaje, les sobreviene la morriña cuando pisan el portal de su casa e incluso en el ascensor, "y al resto del mundo cuando se acaba una serie". Aunque usted no es muy nostálgico, ¿con qué serie ha sentido esa melancolía o esa 'saudade'?

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Rodó su primer corto a los dieciséis años, su ópera prima, 'Concursante', a los 34, y la aclamada 'Buried', tres años después. David Trueba escribió en un relato que la juventud termina el día en que tu jugador de fútbol favorito es más joven que tú.

Para rodar 'Buried', tuvo que adaptarse a las circunstancias, incluidas las presupuestarias. Muy Hitchcock, aunque él necesitó un espacio un poquito mayor que un ataúd para contar la Segunda Guerra Mundial: una piscina.

Entiendo que, más allá del acto de escribir, publicar libros también podría ser una forma de seguir materializando historias a falta de una cámara, o sea, de una película a la vista.

Es más neumático que válvula (de escape).

Sin contar el tacto ni el olfato, ¿qué sentido preferiría perder?

Otra anécdota para paladares literarios, en este caso un tanto escatológica y protagonizada por Miguel Delibes [para no extendernos, pueden leerla en esta entrevista].

Precisamente, ahora se está representando 'Las guerras de nuestros antepasados' en el Teatro Bellas Artes, protagonizada por Carmelo Gómez y, en su día, por José Sacristán, quien figura en el reparto de su próxima película, 'Escape'.

Pasan los años y José Sacristán suena a la voz de la conciencia del país.

'Escape', que se estrenará el 31 de octubre, presenta a un hombre que quiere vivir en la cárcel. Ya hemos visto, tanto en la ficción como en la realidad, a personas que no le encuentran sentido a la vida una vez que salen de prisión. ¿La libertad puede ser un presidio?

A usted la inspiración le pilla siempre trabajando. Podríamos decir que las probabilidades de que se le ilumine la bombilla son muchas, porque no para: columnas, pódcast, bandas sonoras y todo lo demás.

Además de 'Aquí hay dragones', interviene en el exitoso pódcast 'Todopoderosos', dirigido por Arturo González-Campos y con la presencia del inimitable Javier Cansado y de Juan Gómez-Jurado. Sin acritud: hay quien aborrece al autor de 'Reina roja', pero el programa no sería el mismo sin él…

¿Hay algún actor aclamado por la crítica y el público que le genere rechazo?

Su comentario sobre el gallego que siente morriña antes de salir de viaje me ha recordado aquella vez que se quedó atrapado con Carlos Boyero en un ascensor.

¿Le gustan sus críticas desde las tripas o prefiere las técnicas y analíticas?

De su sección en el 'ABC' salió un libro precioso, 'Verbolario'. ¿Escribir corto es más difícil?

¿Por qué en España los libros de relatos no tienen el prestigio de la novela, que usted practicó con éxito en 'Los años extraordinarios'? ¿O, si lo prefiere, por qué las editoriales son más reacias a publicarlos?

¿Qué música escucha mientras escribe? ¿Qué le hace concentrarse y qué le distrae?

Ganó el Premio Mariano de Cavia por su columna 'La tortilla, ¿con tilde o sin tilde?', publicada en el 'ABC'. ¿Cree que hay autores que, aun partidarios de la tilde en 'solo' y en otras palabras que antes la llevaban, han dejado de ponerla no para cumplir la ley, sino para demostrar que conocen la nueva regla?

La tortilla, ¿con o sin cebolla?

Y los libros, ¿con faja o sin faja?

Henrique Mariño

Carballo, 1975. Periodista. Actualmente trabaja en el diario Público, donde escribe artículos, reportajes y entrevistas. Antes pasó por El Correo Gallego, Cadena COPE, Agencia EFE, La Voz de Galicia, El Mundo, Spain Gourmetour y ADN.es. También ha colaborado, entre otras publicaciones, con las revistas MAN, Números Rojos, DT, Táboa Redonda o Luzes.

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