Este artículo se publicó hace 14 años.
"Estamos resistiendo como podemos"
Antonio Bonet Correa, director de la Academia de Bellas Artes, critica la penosa situación económica de la institución
En la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando los pasillos parecen más largos de lo que son. El silencio lo invade todo, las pinturas que cuelgan de las paredes del palacio de Goyeneche, en la céntrica calle de Alcalá de Madrid. Un castillo frío y desde hace unos meses sombrío, porque la situación económica de la santa casa de las artes plásticas, la nave que defiende los valores de una cultura de las humanidades, ha visto cómo su presupuesto se ha recortado tanto como para cerrar el museo al público más horas de lo que era habitual.
En el despacho del presidente de la fortaleza no hace frío, tampoco calor. La luz que entra en la habitación vive del gran ventanal del despacho. Hay otra cosa que llama la atención de esa gran mesa con papeles a rebosar de Antonio Bonet Correa: no tiene ordenador, "pero móvil sí". Asegura que el museo de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando "no mantiene la luz encendida" para generar un "gasto mínimo de un edificio tan grande como este" y que han tomado la decisión de bajar "la climatización a un tono mínimo. Estamos resistiendo como podemos, pero no somos los únicos que padecen los recortes de la cultura".
El catedrático de Historia del Arte recibe hoy la Medalla de Oro del Círculo de Bellas Artes por sus "aportaciones al fomento del conocimiento, la conservación y el estudio del patrimonio artístico español".
"Mantener la Academia es un lujo que se debe permitir un país civilizado"
Bonet Correa tenía 83 años cuando sustituyó a su predecesor, Ramón González de Amezúa, de 87 años, que terminó su mandato para "dejar paso a las nuevas generaciones".
Así que ahora le toca bregar con la peor situación económica a la que se ha enfrentado la institución desde su creación en el siglo XVIII: "Estamos ante una crisis tremenda. Buscamos recursos de aquí y de allá y así seguimos contra viento y marea. Hemos tenido que reducir el horario de nuestro museo, ya no abrimos los lunes y cerramos a las cinco de la tarde". El Ministerio de Cultura ha recortado presupuesto y la Comunidad de Madrid le ha retirado la subvención desde hace un año y los 600.000 euros de déficit que acumulaba la Academia, con su museo y su calcografía, según han asegurado fuentes de la institución a este periódico, se han quedado al descubierto.
"Mantener la Academia es un lujo que se debe permitir un país civilizado", asegura Bonet Correa, que no se plantea cerrar la Academia para ahorrar, aunque sí esgrime preocupación por el abandono. "La situación económica desmoraliza mucho. Las crisis podrían traer algo bueno al eliminar lo superfluo. La austeridad puede ser beneficiosa, pero la falta también es peligrosa".
Cultura bajo mínimos"El mundo de la cultura para los gobernantes no significa nada. Lo primero que recortan es de cultura, porque saben que la gente no sabe de eso y pueden actuar tranquilamente sin protestas. Es que parece que la cultura es una cuestión de minorías", reprocha el académico. "No interesa fomentar la cultura. Lo que se busca es el voto. A la gente se le dan otros señuelos y se la engaña".
Ayer, Bonet Correa también opinó sobre el trabajo de Santiago Sierra, artista que rechazó el Premio Nacional de Artes Plásticas: "En el caso de Santiago Sierra uno se pregunta qué es lo que hay ahí. La radicalización puede ser buena, pero en su caso utiliza la crítica y las posturas radicales para un beneficio personal y propagandístico. Es un contestatario, ¿pero a dónde le lleva esa contestación? No ahonda en la obra artística porque es una utilización de lo banal y la protesta gratuita, o por lo menos eso es lo que pienso yo".
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