Este artículo se publicó hace 14 años.
"La palabra Facebook me sonaba vagamente"
Aaron Sorkin, creador de El ala oeste de la Casa Blanca', cuenta cómo escribió La red social' sin saber demasiado sobre internet. El filme, que se estrena mañana, es una brillante tragicomedia judicial sobre los fundador
Escena del año. Unos mocosos que acaban de crear una red social llamada Facebook en Harvard viajan a Nueva York para encontrar inversores. Los jovencitos entran en el despacho de un ejecutivo. El tipo les mira, se reclina en su silla ergonómica y dice: "¿De qué va todo esto?". A simple vista no parece gran cosa, pero se trata de un gran guiño cinematográfico. Porque el ejecutivo no es otro que Aaron Sorkin (Nueva York, 1961), guionista de La red social, la película de David Fincher (El club de la lucha) sobre la creación de Facebook. El filme, que se estrena el viernes en España, lleva dos semanas encabezando la taquilla en EEUU.
El chiste es que Sorkin ha escrito una cinta sobre la madre de todas las redes sociales de internet, la empresa tecnológica de la que todo el mundo teoriza hasta el desmayo (o la náusea, si prefieren) sin saber de la misa la media al recibir el encargo. Y, para colmo, lo ha bordado. "La palabra Facebook me sonaba vagamente cuando me ofrecieron escribir La red social. Me sentí más o menos como si me hubieran pedido que hiciera un filme sobre una pieza del carburador de un coche. Y le advierto que soy una de esas personas que levanta el capó y no tiene ni la más remota idea de cómo funciona aquello", contó Sorkin entre risas durante su visita a Madrid.
"Me sentí como si hubieran pedido que escribiera sobre carburadores"
Eso sí, nadie podrá acusar al guionista de no haberse esforzarse para suplir sus carencias. En agosto de 2008, se abrió una página en Facebook para ver de qué iba todo aquello. Sorkin escribió esto el día que perdió su virginidad tecnológica: "Me llamo Aaron Sorkin. Sé que hay unas cuantas personas que se hacen pasar por mí en Facebook algo que encuentro más halagador que molesto, pero les aseguro que este soy yo. No sé cómo puedo demostrarlo, pero si quieren ponerme a prueba, adelante. He firmado un contrato para escribir un filme sobre la creación de Facebook. Creo que un buen primer paso sería enterarme de qué es Facebook, así que he decidido abrirme esta página (en realidad me la ha abierto un colaborador, porque mi abuela tiene más conocimientos de internet que yo, y eso que lleva 33 años muerta)". Vale, de internet no sabría nada, pero sentido del humor iba sobrado.
Y hasta aquí las bromas. Porque Sorkin toca tantos temas (y tan bien) en La red social el clasismo de las cofradías universitarias, la alienación juvenil, la propiedad intelectual, los procesos de innovación del capitalismo tecnológico, el sexo como motor de Facebook que resulta difícil de creer que no supiera nada sobre el tema hasta hace poco.
"Lo que me atrajo del proyecto es que Facebook es sólo el telón de fondo de una historia tan antigua como la humanidad. Para empezar, había dos demandas en marcha", dijo aludiendo a la batalla legal entre Mark Zuckerberg, creador y dueño de Facebook, y tres de sus antiguos compañeros de universidad: Eduardo Saverin, el traicionado cofundador de la empresa, y los gemelos Cameron y Tyler Winklevoos, que denunciaron a Zuckerberg por robarles la idea de crear una red social en Harvard y consiguieron 65 millones de dólares por el presunto expolio intelectual. "Lo interesante es que todos ellos juraban decir la verdad. Existen tres versiones distintas sobre la creación de Facebook. La película no se decanta por ninguna, sino que incluye los tres puntos de vista. Se trata de un drama judicial", contó.
"La lealtad, el poder, las clases y la envidia son temas universales"
Aunque Sorkin reconoce que "Hollywood no suele tocar temas tan actuales", no cree que La red social sea un filme tan contemporáneo como se dice: "Lo que me gustaba de la historia es que hablaba de temas que no tienen nada de modernos. La amistad, la lealtad, el poder, las clases y la envidia son asuntos clásicos y universales".
Dichas explicaciones no han impedido, claro, que la película se estrene acompañada de cierta polémica. Se trata de dilucidar si lo que cuenta Sorkin es cierto o si se ha tomado demasiadas licencias dramáticas. Dejando a un lado que cualquier controversia parece poca cosa comparada con el tamaño de la película (quizás la mejor cinta estadounidense del año), Sorkin defiende su trabajo asegurando que "en EEUU existen unas leyes muy estrictas sobre difamación y calumnia cuando uno escribe acerca de personas vivas". Mucho antes de que los periodistas comenzaran a elucubrar sobre la hostilidad de Zuckerberg hacia el filme, "un ejército de abogados revisó mi guión para descartar una posible demanda de Facebook contra el estudio [Sony]. Los abogados dieron su aprobación porque todo lo que contaba se podía demostrar".
La verdad por delantePero había algo que le preocupaba más que acabar en los tribunales por escribir un filme sobre gente que acaba en los tribunales. Es lo que él llama la "responsabilidad moral" del escritor. "A nadie le gustaría ver una película sobre las tonterías que pudo haber hecho cuando tenía 17 años. Tenía la vida de estas personas en mis manos. Y debía comportarme de un modo responsable", contó un autor que ha sido acusado de hacer un retrato demoledor de Zuckerberg, aunque su guión arroja luces y sombras sobre la figura del creador de la exitosa red social. Sorkin aseguró tajante que si hubiera recurrido a la ficción le hubiera salido un guión "mucho peor" porque carecería de la "complejidad y la ambigüedad" de la historia real. "Tenía las manos atadas por la verdad", añadió.
Pero si después de oír esto todavía queda alguien al que le escandalice que un analfabeto tecnológico haya escrito la última palabra sobre Facebook, debería darse cuenta de algo. Lo de Sorkin es un chiste menor comparado con la broma descomunal que planea sobre todo el filme: que la empresa más rentable de nuestra era, objeto de estudio en las escuelas y centros de negocio más sofisticados del mundo, fue creada por unos universitarios hormonados con la única intención de ligar más. Los caminos del capitalismo posfordista son inescrutables...
Esta paradoja hace que La red social parezca, a ratos, una comedia de adolescentes. Un Porky's informatizado. "Es importante no tomarte el tema demasiado en serio para no abrumar al espectador", dijo Sorkin, que recurrió a otro giro cómico para explicar por qué rodar un filme sobre Facebook y no sobre cualquier otra empresa de internet. "En los años veinte había un ladrón de bancos en EEUU llamado Willie Sutton. Una vez le preguntaron por qué robaba bancos. Contestó: Porque ahí es donde está el dinero'. Pues eso".
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