Maria Jaume: "Canto sobre amor o amistad, pero no puedo escapar de la realidad del turismo masivo"
El nombre de esta artista mallorquina es uno de los más destacables en la nueva escena de música en catalán. 'Nostàlgia Airlines' (2024) es su tercer trabajo discográfico, en el que explora las consecuencias de un sistema turistificado que agujerea vidas, economías y relaciones sociales.
Silvia López / LUZES
A Coruña--Actualizado a
Es un gesto rutinario: deslizar el pulgar por las pestañas abiertas del móvil para cerrar aplicaciones; tapiar siquiera por un momento las ventanas a las que nos asomamos recientemente. En ese movimiento táctil, descubrimos tareas y mensajes pendientes, stories vacacionales en localizaciones lejanas que ya reconocemos por repetición, recientes búsquedas en Internet que delatan el desconocimiento sobre tantos asuntos… Y, ¡quien sabe!, a veces hasta damos con una tarjeta de embarque en la billetera digital que nos recuerda que el verano ya acabó. Pero esta es diferente. No va asociada a unas fechas, ni tampoco fue usada para subir a un avión. Sin embargo, se cierras bien los ojos y te dejas llevar por la imaginación, lees claramente el nombre de la compañía aérea: Nostàlgia Airlines. Presionas en él, y la ventana que se abre ahora es la de Spotify, con un regalo musical. Alguien que te quiere mucho estuvo en Mallorca y se acordó de ti.
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Allí, en la isla de Mallorca nació Maria Jaume Martorell (Lloret de Vista Alegre, 1999), un poco más al interior de donde llegan las olas del mar y las de los turistas. Nostàlgia Airlines (Bankrobber, 2024) es su tercer trabajo discográfico. Melancolía y ritmos bailables con letras llenas de cotidianidad e ironía afilada. "No quería hacer un disco puramente político sobre el problema de la turistificación en Mallorca. Normalmente escribo sobre el amor, sobre la amistad… Pero las relaciones personales también se ven afectadas por las consecuencias de esa masificación, así que no pude escapar de esa realidad", explica. "Forma parte de mi día a día. Y me molesta tanto…".
Jaume, que acaba de publicar màgia obscurA, primer adelanto de su nuevo EP, comenzó a encariñarse con la guitarra a los ocho años, pero no fue hasta que se mudó a Barcelona para estudiar cuando unió el interés de la música y la composición. El primer disco, Fins a maig no revisc, llegó en el año de la pandemia. En 2022 lanzó Voltes i voltes, pero es ahora con este álbum con el que siente que ha encontrado su identidad como artista. "Me define bastante el hecho de ser mallorquina, porque hablo del paisaje y de cómo eso me condiciona. En este disco junté canciones pop, algo que es muy mainstream, con otras que no lo son tanto. Intenté jugar con afrobeats, reguetón… Creo que me caracteriza esa dualidad de casi tristeza y electrónica".
Esa dicotomía, que no tiene por que ser tal, se ve reforzada y destruida a la vez por sus letras. "Me interesa que sean sencillas, que las entiendan todas las personas, pero buscaba que hubiera momentos y frases que pusieran en alerta sobre lo que cuento realmente. Por muy festivo que suene y por mucho que lo estemos bailando, lo que hay detrás no es tan alegre como parece".
"Saudade" de la isla que conocieron sus abuelos
En Nostàlgia Airlines hay saudade por lo que ya no es. La isla que conocieron sus abuelos, que le contaron y cantaron a ella de niña, murió aplastada por un sector del turismo depredador. El hilo entre las dos realidades se teje muy claramente en la pareja de canciones conformada por Cala rajada 1964 y Hoteles, sol y playa. Si se escucha el disco de una sentada, podrían parecer un único tema con una fractura de timbre en medio: la voz de su padrino canturrea unos versos de Bajo el cielo de Palma en un sample con la versión de Bonet de San Pedro. "Era una canción que él siempre tenía en la boca y que habla de la época en que se comenzaba a promocionar la isla como destino turístico", recuerda Maria. "Me llama la atención la manera tan distinta en la que vivimos el turismo. Mis abuelos nunca imaginaron que acabaríamos así, ellos tenían otra relación con todo esto".
En 'Cala rajada 1964' y 'Hoteles, sol y playa' compara el turismo de hoy con el de los 60. "Antes, la llegada de alemanes significaba modernidad, faldas, bikinis de dos piezas… Se veía cómo algo que podía ser sano, incluso mutuo. No pensaban que nos iban a comer".
Para crear Cala rajada 1964, la canción con la que viaja al pasado en el avión de Nostàlgia Airlines, Jaume se inspiró en el documental Estrangers, de Elisa Banal-Juaneda. La pieza muestra la historia de una mujer que regentaba una pensión, una de las primeras en abrirla en esa cala, y que establecía vínculos de amistad con los turistas hasta el punto de que después los iba a visitar a su casa en Alemania. "Eso no tiene nada que ver con la Cala Ratjada que conocemos hoy, claro. Ahora es un desastre, es Magaluf 2.0, un parque temático", señala la cantante. "Para ellos el turismo era otra cosa: mujeres modernas, faldas que aquí aún no se ponían, bikinis de dos piezas… Se fijaban en las modas que luego llegarían aquí. Pensaban que el turismo podía ser una cosa sana, incluso mutua. No pensaban que ellos nos fueran a comer a nosotros".
"En s’estiu venian cada any, cada any / Era tal com una postal / i s’anaven encantats […] Eren com una familia però d’estrangers" [“En verano venían cada año, cada año / Era tal como una postal / y se iban encantados […] Eran como una familia pero de extranjeros”], canta en Cala rajada 1964. "Esa postal preciosista se ha convertido ahora en una postal apocalíptica" que captura en Hoteles, sol y playa: "I per la mar / arriba un creuer / de quinze pisos / 100% ecofriend" [“Y por el mar / llega un crucero / de quince pisos / 100% ecofriend”].
«Mallorca no se vende»
A lo largo de este verano, la isla de Mallorca fue escenario de multitudinarias manifestaciones que convocaron a hasta 20.000 personas, según los organizadores, en protesta por la peligrosa deriva del sector turístico. "Antes podía ir a calas conocidas sin tener que hacer cola. Estaban casi vacías, o me encontraba a vecinos". Por ser de una villa pequeña, admite que siempre le dio un poco de pereza ir hasta Palma —"allí hay que ir con los codos erguidos"—, pero tampoco se libran de estas complicaciones las otras zonas. Plaga de coches de alquiler, paradas en medio de la carretera para sacar fotos… La situación es insostenible. Con mensajes de "Ocupem les nostres platges" o "Mallorca no es ven" –"Ocupemos nuestras playas", "Mallorca no se vende"–, reclaman un cambio de rumbo en las políticas: por una vivienda digna, por el cuidado de la tierra, por el patrimonio.
Y es que la masificación turística determina la vida en todas las direcciones. "En el disco hay historias de amigas o parejas que tienen que separarse porque no pueden pagar un alquiler". En Ressaca a sa platja, el primer sencillo del álbum, igual que en Pura geografia, Maria canta sobre relaciones atravesadas por la distancia. Ella vive en Barcelona desde hace siete años, pero reconoce que le cuesta sentirse en casa tanto en uno como en otro lado. Encuentra ambos sitios despersonalizados y confiesa cierta debilidad por los aeropuertos. Algunos temas del disco arrancan con el sonido característico de esos espacios: el barullo de voces y ruedas de maletas mezclado con el ruido de las aves de acero al despegar y aterrizar. "Casi todo el mundo odia los aeropuertos porque son no-lugares, pero yo encuentro tranquilidad en eso".
Música "mainstream" en catalán
Ezetaerre cantaba aquello de Non é verán de Estrella Damm (2017). Los Antònia Font aguzaban los dobles sentidos en Extraterrestres (2004) o Cultura silenci (2022). La inspiración también acude los artistas con los temas que más vivos están en la calle.
La turistificación masiva y los efectos nocivos que produce en el paisaje y en la vida de la ciudadanía es uno de ellos. Maria Jaume era oyente y seguidora de los también mallorquines Antònia Font, así que vivió como un sueño la colaboración con Pau Debon (vocalista) en este disco. Para ella fue juntar dos universos muy similares y cerrar así un círculo que rodea sus raíces.
Julieta, Mushkaa, The Tyets o la propia Maria Jaume también triunfan más allá de los Països Catalans. "Tampoco es que estuviéramos desesperados por que nos hicieran caso en Madrid, pero es guai que canten letras en catalán en territorios donde no lo hablan"
El de Maria Jaume es uno de los nombres más destacables en la nueva escena de la industria de música en catalán. En la presentación del disco, en abril, llenó la sala Apolo de Barcelona en el que define como su mejor concierto, con un público muy entregado. "Es un momento muy dulce para el panorama musical catalán. Ya hace años que eso es así, pero en los últimos tiempos hay música muy diversa, sin prejuicios, algunos mirándose en espejos internacionales, llenando salas, haciendo lo que les da la gana…".
Julieta (que también canta con Maria en Trista a Miami), Mushkaa, The Tyets, Figa Flawas, Ginestà… Estas artistas llenan continuamente salas e festas majors en los Països Catalans, e incluso llegan a las listas de las más escuchadas en otros puntos de la Península. "Yo canto en el catalán de Mallorca porque es mi lengua, pero tengo la sensación de que en Madrid les mola cada vez más escuchar algo en catalán. Lo ven cómo algo bohemio, diferente, pero es normal que les llegue nuestra música, porque es mainstream". Efectivamente, existe el discurso de que en la capital del Estado hay un creciente interés por lo que ocurre en Catalunya a nivel cultural. Preguntada acerca de si percibe cierta condescendencia en esa afirmación, dice: "¡Es que tampoco es que estuviéramos desesperadas por que nos hicieran caso en Madrid! Sí que hay cierto paternalismo, pero también es guai que nos escuchen en territorios no catalanoparlantes y que canten nuestras letras".
Este nuevo álbum, lejos de ser solo un disco contra el turismo de masas, es también un disco de amor, desamor, amistad, distancias, fiesta. Es un álbum en mallorquín, con los artículos propios de esta variedad dialectal, pero también con palabras en castellano, inglés, alemán o italiano. Una miscelánea lingüística que representa la realidad de una isla que, según datos de Turespaña, recibió más de 11 millones de visitantes sólo por vía aérea en lo que va de año (un 6,8% más que en el anterior).
"Estoy muy contenta, porque tengo más gusto que nunca por tocar. Me motiva mucho ver la gente feliz bailando con este disco". La voz suave de Maria Jaume ha transformado la rabia y la incomprensión en unas canciones que ahora vuelan en clase turista en un avión Nostàlgia Airlines.
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