Este artículo se publicó hace 14 años.
Una mula cojitranca
Conflicto. Una pelea entre tres países y tres productoras por una película sobre la Guerra Civil española
La mula no anda. Y eso le preocupa hasta al director del Instituto de Cinematografía y de las Artes Audiovisuales (ICAA), Ignasi Guardans. Es obvio que no hablamos de ese animal híbrido, estéril y rural, sino del rodaje de un filme del realizador británico Michael Radford que se ha probado igualmente híbrido y estéril. Pasados ocho meses de la suspensión del rodaje en Guadix (Granada), las armas entre las tres productoras implicadas (la española Gheko Films, la británica Workhorse, propiedad del propio Radford, y la irlandesa Subotica) siguen en alto, y el futuro de esta comedia con raíces en la Guerra Civil permanece en suspenso. Radford lo llama "el misterio del asesino de la mula", en plan broma amarga. Alejandra Frade, cabeza de la productora española Gheko Films e hija del conocido productor español José Frade, no le encuentra la gracia.
El complejo relato de ramificaciones legales y contractuales ha vuelto a la actualidad debido a que Guardans, junto a sus homólogos del UK Film Council, John Woodward, y del Irish Film Board, Simon Perry, han salido al paso para pedir un arbitraje entre las partes que garantice que la coproducción, que ronda los siete millones de euros, salga adelante.
Guardans: "No aceptaremos que se dé mala imagen del cine español"
"Mi intención es seguir haciendo todo lo posible para que La mula no se vea perjudicada, y todo lo que puedo hacer es proponer un arbitraje. Pero lo que no permitiremos es que por esto se vea perjudicada la confianza en las coproducciones españolas", advirtió ayer, en conversación con Público, Guardans, que asume que la última palabra la tienen los tribunales. Hasta la fecha el proceso de arbitraje no ha sido acordado por ninguna de las tres partes.
Veamos. El 30 de octubre de 2009, Michael Radford (El cartero y Pablo Neruda) reunía al equipo de su primera película en habla hispana, protagonizada por Mario Casas y María Valverde, para anunciarle que no acudiría al rodaje el siguiente día. En efecto, el lunes 2 de noviembre el realizador no se presentó, cuando sólo quedaban 4 días para levantar el campamento . "El rodaje se suspendió, yo no abandoné, es distinto", matiza desde Londres el realizador.
El quid de la cuestión está en unos contratos que quedan por firmar y que aún hoy siguen sin acuerdo. "Suele suceder que cuando inicias una coproducción no has firmado todos los contratos", explica Radford. "Así ocurrió esta vez con algunos de los acuerdos que tienen que ver con las ventas internacionales y con el reparto de los beneficios", dice. "Nosotros necesitábamos que la productora española firmara para poder inyectar nuestra parte de la financiación, pero llegado el momento de la firma Alejandra Frade desapareció y no quiso llegar a un concierto", sostiene. "Sin ellos, no podemos obtener la financiación del UK Film Council ni del Irish Film Board", dice el director, que también escribió el guión mano a mano con el autor de la novela, Juan Eslava Galán.
Radford lo llama "el misterio del asesino de 'La Mula'"
Radford asegura que los 1,3 millones de euros de su parte, obtenidos del UK Film Council, están esperando a ser inyectados en la producción. Cosa que ha ratificado el responsable de la institución británica a Variety.
Para Radford, como para sus socios irlandeses de Subotica, el conflicto es fruto "de la inexperiencia de Frade. Es su primera película y está cometiendo muchos errores", apunta. "Los documentos que debe firmar son los que están estipulados por ley", asegura.
Versión españolaAlejandra Frade tiene otra versión de los hechos. Punto uno: Radford abandonó el rodaje, "incumpliendo así su contrato". Punto dos: "Tanto la parte inglesa como la irlandesa han incumplido los pagos que les correspondían hablamos de los miembros del equipo desplazados desde el Reino Unido", apunta Frade. La productora española sostiene que ha hecho adelantos de capital a la productora de Radford, y ha avalado préstamos personales a sus coproductores.
La pregunta es por qué Gheko Films no firma unos contratos que son de curso natural en cualquier coproducción. Alejandra Frade contesta: "No puedo firmar una sentencia de muerte. En el acuerdo no se especifican ciertas sumas, y se me pide que asuma gastos que no me corresponden". Las tres partes dicen que querrían ponerse manos a la obra y ponerle el rótulo de Fin a La Mula, pero el acuerdo no llega y ninguno parece dispuesto a bajarse del... caballo.
El 'show' debe continuarPero como se dice en Hollywood, el espectáculo debe continuar, y eso hizo Gheko Films. El rodaje prosiguió con un sustituto, que filmó los planos que restaban según el plan de rodaje. "Todo productor sabe que el disparate más grande es parar un rodaje. Es muy costoso", precisa Frade. Los rumores malévolos en la industria apuntan a que el sustituto usó durante esos fatídicos cuatro días un pasamontañas para tapar su rostro. Frade se defiende: "Hacía mucho frío, es ridículo darle más vueltas".
Así las cosas, Gheko Films ha finalizado un montaje de la película y planea encontrar distribución para estrenarla en otoño. "Debo cumplir con mis entregas y pagar a mis proveedores, no se puede suspender un filme así como así", apunta. Ahora bien, los negativos originales están en Londres y "serán embargados en los próximos días", según Radford.
¿Podría salir a la luz un filme de Michael Radford sin Michael Radford? "Es sorprendente que los titulares del UK Film Council, del Irish Film Board y del ICAA digan que la producción no ostenta la titularidad de los derechos de autor. Existe una cadena de contratos que prevén la cesión de derechos a favor de Gheko Films, permitiendo la explotación de la película", sostiene la española. Sin embargo, Radford replica: "Si aparece mi nombre deberé emprender acciones legales", advierte. "Es todo una tragedia sin sentido: ¿Por qué iba yo a tirar dos años y medio de trabajo? Lo único que quiero es acabar mi película", dice. Mientras tanto, buena parte del equipo (la parte británica) sigue sin cobrar.
Ocho meses después, La mula sigue dando tumbos, coja, desamparada. Y de acuerdo, todo relato, como dejó claro Kurosawa en su célebre Rashomon, tiene sus versiones subjetivas, aunque en este caso, los juzgados,llegado el caso, serán quienes tengan la última palabra.
Siete semanas de rodaje y ocho meses de peleaEl hecho. Radford hizo las maletas
El director Michael Radford suspendió su participación en el rodaje de la película ‘La mula', que se filmó a finales del año pasado en Andalucía, cuando faltaban cuatro días para finalizar. El director, también coproductor y coguionista de la cinta, sostiene que debió marcharse porque la productora española Gheko Films no accedió a firmar ciertos contratos necesarios para que pudiera ingresar la parte inglesa de la finaciación . Alejandra Frade, de la productora española, estima, por el contrario, que ha sido Radford quien no ha cumplido su parte del contrato por "abandonar el rodaje" y por no haber asumido sus responsabilidades económicas.
Las consecuencias. Un sustituto y un dinero estancado
La coproductora española Gheko Films (el filme arrancó con coproducción británica e irlandesa) decidió continuar y para ello, contrató a un director sustituto, Sebastien Grousset, que rodó los planos restantes. Alejandra Frade denuncia que los productores británicos se llevaron a Reino Unido las cuentas de la película, lo que se sumó a los múltiples atascos de la producción. La firma de los documentos que desatascarían el conflicto no se ha producido y las partes no llegan a acuerdo transcurridos ocho meses. El ICAA, el UK Film Council y el Irish Film Board acaban de pedir un arbitraje.
El futuro. ¿Continuará?
Gheko Films ha realizado un montaje del filme, que planea estrenar en otoño. Radford estima que podría incurrir en negligencia a sus derechos de autor.
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