Entrevista a Pablo Ibarburu"Los monólogos envejecen peor que el cine, era fan del Chris Rock de los 90 y se ha quedado un poco machista"
Jose Carmona
Madrid-Actualizado a
Si vives en el mismo barrio que él, puedes encontrarte a Ibarburu en la biblioteca pública por las tardes. Estará, con toda seguridad, escribiendo chistes. Es monologuista por vocación y dice que tiene demasiado tiempo libre.
Pablo Ibarburu (San Sebastián, 1989) ha propulsado su imagen pública gracias a sus apariciones quincenales en La Resistencia, el programa presentado por David Broncano. Criado en una familia conservadora y el sexto de ocho hermanos, Ibarburu acaba de publicar un monólogo en su canal de YouTube tras finalizar su gira por salas y teatros. El vasco asegura que últimamente, por falta de tiempo, no se prepara la sección del programa de Movistar +, por lo que va de vacío e improvisa la mayoría del contenido.
¿No te pone nervioso ir sin material preparado a 'La Resistencia', que es donde más gente te va a juzgar?
No me queda otra [Risas]. Me he acostumbrado a que me dé igual. Antes sí me preocupaba, porque salía en YouTube y lo veía medio millón de personas. Iba acojonado porque toda la gente que conozco veía la sección. Pero ya no lo suben, yo digo que ahora tengo la beca David Broncano, porque me pagan y si algo hace gracia lo puedo añadir a mis monólogos. Ahora que solo cuelgan algún cacho la presión va a menos, si antes hacía una mierda la veía todo el mundo.
La gente te dice que aproveches el momento y que trabaje todo lo posible ahora, pero no me creo nada ese discurso, creo que así te acabas quemando. Todo sube y baja. La gente acepta todos los curros y se mata... si vas con la inercia te salen cosas graciosas, pero no profundizas. Si te aburres te da tiempo a profundizar. Yo curro demasiado poco [Risas], prefiero rechazar ofertas para centrarme, ahora estoy todo el día en casa pensando en La Resistencia.
En mi cabeza ahora estoy todo el tiempo hablando con David. Me imagino lo que me diría él, lo que diría yo... tengo a Broncano 24 horas en mi puta cabeza [Risas]. Alguna vez me han dado un toque porque me he repetido en diferentes días y no me he dado cuenta.
Por diferencia de edad, ahora trabajas con gente que habrá sido tu referente.
Sí, sobre todo Ricardo Castella, le veía de pequeño, tenía un VHS grabado y tenía alguno de sus monólogos. Al que más idoltraba era Dani Mateo y empecé a trabajar con él en Yu, No te pierdas nada. Me sabía su monólogo de memoria. Era el Broncano de la época. Con 14 años llevé su monólogo a clase de Lengua y lo pusimos allí.
¿Cuándo te diste cuenta de que eras gracioso?
No lo recuerdo, pero sí que recuerdo de pequeño ver a mi hermano mayor hacer chistes, y además yo veía Friends, Seinfeld... Me di cuenta de que la peña presta atención al gracioso, así que pensé: pues tendré que ser gracioso.
Sois ocho hermanos y un padre homeópata.
Al ser mi padre médico homeópata y venir de una familia cristiana, la gente cree: "están locos". Cuando les dije que quería ser cómico mi padre se acojonó, pero en la graduación del colegio hice un monólogo riéndome de los profesores y en ese momento se relajó.
También te digo que a los 27 yo trabajaba de televentas y me decía que estudiara Magisterio, así que hicimos un pacto: si a los 30 no había logrado dedicarme a la comedia, lo dejaba. Pero lo hice para que se quedaran tranquilos, porque estaban acojonados, yo veía que igual podía cambiar algo en ese momento, porque la gente con la que yo empecé ya trabajaba de guion. Empecé con Iggy Rubín y pensaba, él es el mejor, ya le ficharán y me meterá a mí [Risas].
¿Has cambiado con los años tu forma de hacer comedia?
Sí, antes era muy literario, me escribía todo en papel, y me fui dando cuenta de que muchos cómicos se suben al escenario a improvisar. Ahora lo pienso todo en la cabeza y lo hago todo oral, creo que así queda todo más genuino. Ahora hay más emoción.
La comedia no es algo que envejezca bien.
Sí, yo creo que el stand-up envejece peor que el cine. De pequeño en los noventa era muy fan de Chris Rock y ahora lo veo y es un poco machista, muy casposo. Pero bueno, ves otros como a George Carlin y ves que ahora son aplicables.
Creo que a nivel de sketches no he tenido que revisarme mucho. Es verdad que hay gente que dice: "Yo es que antes era muy machista", pero no sé, tengo sentido común, nunca he sido ni racista ni machista, no he necesitado revisitarme tanto. Que seguro que tenemos aptitudes machistas que iremos descubriendo, pero a nivel de borrar chistes..., no tengo tanto que borrar. Reto a la gente a que me cancele [Risas]
¿Ves la comedia como una herramienta para transformar la sociedad?
Sí la veo así, pero me gusta más que sea de una forma natural, no sentarme a escribir algo que pueda cambiar mentes. Prefiero que salga sin querer, que del subconsciente salga una comedia política. Si lo busco, creo que queda forzado.
Además, me da un poco de miedo que me encasillen. Alguna vez he hecho monólogos más marcados y no quiero ser el cómico político que solo habla de eso.
¿Qué significa ETA para tu generación? Eres vasco y criado en los 90
Recuerdo pequeñas cosas. Recuerdo gritarles "asesinos" en manifestaciones, una locura. Recuerdo acciones de la Kale Borroka y nos decían que no dieras una patada a una bolsa por si era una bomba. Era todo muy solemne, apenas se hablaba. Pero creo que mi generación ya no tuvo tanto miedo.
Me he dado cuenta de que hacer chistes sobre ETA en Euskadi está más naturalizado, la gente se ríe. Pero luego en Extremadura, por ejemplo, no saben cómo está el tema en Euskadi y no saben si pueden hacer chistes y ellos mismos se frenan a reírse.
Tienes una anécdota muy llamativa: un técnico de luces te quitó la iluminación durante una actuación por hacer un chiste sobre ETA.
Lo más ridículo es que le pidiera perdón yo a él, por ser tan correcto y educado. Para mí es un bloque sobre la libertad de expresión para hablar de la Ley Mordaza y cuento una anécdota de cuando ETA puso una bomba en mi universidad. Mencionar a ETA hace que la gente se ponga incómoda.
Todo el mundo habla de la cultura de la cancelación, que es simplemente la gente opinando en Twitter y es lo más normal del mundo, pero nadie habla de la Ley Mordaza, que es algo muy loco, que el Estado te meta en la cárcel por un chiste. Eso sí es loco, no gente expresándose en redes sociales.
Y loco es que se nos olvida. Hay gente en la cárcel por hacer un rap de mierda y está en la cárcel. Pero a los meses se nos olvida. Con este chiste de ETA llegó un momento que mi hermano me dijo que tal vez podía ser delito, y me rayó bastante. Terminé cambiándolo un poco, pero sin consultar a ningún abogado ni nada [Risas].
¿Qué opinas de esa postura conservadora que opina que ya no se puede decir nada? ¿Te has llegado a autocensurar?
He notado algo en cadenas privadas, y lo entiendo porque es una empresa y hacen lo que quieren, el capitalismo funciona así. Pero en el teatro nunca me ha pasado. Me da la sensación de que los cómicos nos quejamos mucho y eso son gajes del oficio. No creo que haya más problemas ahora para hacer comedia que en el franquismo.
Lo único que te impide hacer un chiste es tu talento, no hay problema en hablar de nada si sabes hacerlo. Creo que lo más importante es que el público sepa que tú conoces los límites. Así saben si eres un tarado o un temerario. Pero si el público sabe que estás ironizando, no tienes problema.
¿Cuál ha sido tu peor actuación en un escenario?
Es que he tenido tantas... [Risas] Durante los primeros años en La Resistencia pensaba que me estaba comiendo una mierda. Allí nadie arranca risas en el público, no como en otros programas, y me iba con mala sensación a casa. Si se ha dado una mala situación es porque a veces arranco un chiste y no he explicado bien la premisa. Me doy cuenta de que hago chistes y la gente no ha entendido bien el tema del que hablo [Risas].
¿Te ves quitando un chiste de tu repertorio por miedo a que algún ser querido lo vea?
Sí, cada vez más. Antes mi familia no veía lo que yo hacía porque actuaba en bares, pero ahora comparten mis vídeos en grupos familiares y me raya pensar que hago daño a alguno de mis hermanos.
Tengo un bloque en el hablo de las tetas gordas de mi madre y en otro sobre mi padre enfermo. Son cosas íntimas y de verdad, que no he pedido permiso para contar. Me dicen un poco en coña que no lo haga, pero creo que en el fondo me lo piden de verdad [Risas].
Comentarios de nuestros suscriptores/as
¿Quieres comentar?Para ver los comentarios de nuestros suscriptores y suscriptoras, primero tienes que iniciar sesión o registrarte.