Este artículo se publicó hace 5 años.
Amazon Prime Video‘Modern Love’, historias de amor más allá del romántico
Amazon Prime Video estrena hoy esta antología de ocho episodios en los que sus grandes reclamos son el amor y un reparto con nombres como Tina Fey, Anne Hathaway, Andrew Scott y Dev Patel, entre otros muchos.
María José Arias
Madrid-
Modern Love es un universo en sí mismo casi como el de Marvel, pero sin toda la parte del merchandising. Lo que empezó siendo una columna semanal en The New York Times allá por 2004 se ha convertido en una suerte de franquicia con marca propia ampliada a podcasts y eventos que, desde el próximo viernes 18 de octubre, suma una serie creada por John Carney para Amazon.
Planteada como una antología de ocho episodios de aproximadamente media hora de duración cada uno, a Modern Love le ocurre como a (casi) todas las de su especie, que cuenta con unos capítulos más potentes y acertados que otros. Es un problema recurrente que no siempre es fácil de superar por parte del espectador. Aún así, en esta ocasión, si bien hay alguno que podría entrar en la categoría de flojo, no hay historia mala como tal. Eso se debe a que cada una de las elegidas para dar forma a este caleidoscopio cuya intención es explorar los muchos significados del amor tiene algo diferente a la anterior y a la posterior.
Se puede entrar en ellas por el argumento o por su reparto, pero cada una aporta una versión distinta de un sentimiento amplísimo. En cuanto a lo que comparten, lo único que tiene en común todas ellas es el escenario neoyorquino, que la mayoría de sus personajes viven holgadamente en lo económico (no habría estado de más algún personaje más sin piso o casa de anuncio inmobiliario) y que dejan buen sabor de boca casi en el 100% de los casos. Nada de lágrimas incontrolables por la pérdida o separación. Esta es una serie amable que busca aproximarse a diferentes formas de vivir y sentir sin incomodar a quien las ve.
Quizá, eso sí, el elegido como primer capítulo no sea el mejor para abrir el fuego. El protagonizado por Cristin Milioti y Laurentiu Possa, el titulado When the Doorman Is Your Main Man cuenta la relación de protección de un portero con una de las inquilinas del bloque en el que trabaja. Es…bonito. Esa es la palabra, sí, pero un tanto falto de chispa como comienzo. El otro que flojea en cuanto a que resulta complicado entrar por moverse en terrenos poco concretos es So He Looked Like Dad. It Was Just Dinner, Right? Ese en el que Julia Garner y Shea Whigham mantienen una relación en la que no está muy claro por qué ella no ve lo que todos los demás sí.
Del resto, destacan y enganchan todos. El segundo, When Cupid Is a Prying Journalist, por las conversaciones mantenidas entre Catherine Keener y Dev Patel y el singular resultado de lo que empieza siendo una entrevista por el éxito de una aplicación de citas y se convierte en un intercambio de historias amorosas frustradas. Take Me as I Am, Whoever I Am está protagonizado por Anne Hathaway y Gary Carr y en realidad va más de aprender a quererse a uno mismo que de amar a otra persona. Tina Fey y John Slattery derrochan química como pareja de mediana edad en crisis que acude a terapia en Rallying to Keep the Game Alive. Y lo mismo ocurre con el trío que forman Olivia Cooke, Andrew Scott y Brandon Kyle Goodman en Hers Was a World of One, un capítulo centrado en el amor de una pareja homosexual hacia ese bebé que les ayudará a sentirse completos como familia.
El único que puede ser enmarcado dentro del género romántico más puro y que dará lo que desean a quienes se adentren en Modern Love en busca de una historia de dos desconocidos que se encuentran y entre los que surge algo es At the Hospital, an Interlude of Clarity, con Sofia Boutella y John Gallagher Jr. El último, The Race Grows Sweeter Near Its Final Lap se centra en el amor en la tercera edad entre Jane Alexander y James Saito y ejerce a modo de cierre para el resto de historias. De ahí que aunque se trate de una antología y se puedan ver de manera aleatoria convenga mantener sí o sí el octavo en último lugar.
Carney es el creador de la serie, ha escrito la mayoría de los guiones contando con la ayuda de Sharon Horgan y dirige la mitad de los episodios. Para los demás sumó la colaboración en la dirección de la propia Sharon Horgan, de Tom Hall -por partida doble- y de Emmy Rossum. Juntos consiguen dar a esta serie cierto sello de homogeneidad en cuanto al tono en el que se narra cada píldora amorosa extraída de la Gran Manzana. Nueva York es un escenario maravilloso para ello y el amor a la ciudad también está presente.
Que apueste por una narración amable y una resolución en ocasiones cándida no tiene por qué ser algo negativo, aunque haya quienes lo puedan ver así. Es más, como antología, supera con creces a la anterior de Amazon, The Romanoffs, que pese a tener un creador como Matthew Weiner detrás no logró salvarse de la quema de la crítica. Y, por otro lado, se suma a esa corriente relativamente reciente de inspirarse en cualquier ámbito para rodar una serie. Modern Love se nutre de una columna de The New York Times y Homecoming, también de Amazon y con Julia Roberts, era la adaptación de un podcast.
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