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ENTREVISTA

Lluís Orriols, politólogo: "Olona puede haber salido de una trinchera y estar cavando otra"

Orriols
El politólogo LLuís Orriols. Foto cedida por Editorial Planeta.

Lluís Orriols ha escrito un ensayo político que empieza reproduciendo una conversación entre Belén Esteban y Jorge Javier Vázquez en el plató de Sálvame. El cebo utilizado por uno de los rostros más habituales en las tertulias políticas es perfecto. En lo que sigue después de las primeras páginas de Democracia de trincheras (Editorial Península), Orriols trata de responder a una pregunta: ¿por qué votamos a quienes votamos?.

Si le pregunto a quién vota, ¿me lo diría?

No.

¿Y si le pregunto de qué equipo de fútbol es?

Eso sería más fácil, pero tampoco porque no tengo equipo de fútbol. Aunque supongo que sociológicamente soy del Barça.

En su libro desarrolla la identidad partidista y la compara con la afición a un equipo de fútbol. Es decir, los sentimiento que nos despiertan la política y el fútbol. Nos cuesta mucho más reconocer lo primero que lo segundo, como acaba de sucederle

Sí. A ver, depende, en mi caso me cuesta reconocerlo porque no tengo una identidad tan definida y por mi posición de analista intento ubicarme en una posición de trinchera intermedia. Es más por una cuestión profesional. En el caso de las personas no es tan complicado que expresen vínculos emocionales con partidos.

Es más sencillo reconocerse de izquierdas o de derechas que decir a qué partido votas.

En España hay un sentimiento antipartidos muy arraigado. Pero cuando me dices que la gente se siente identificada con la izquierda y la derecha, eso ya me sirve. Ese es el primer paso, qué categorías se utilizan para entender un conflicto político en un país. En el momento en el que simplificas la realidad política entre izquierda y derecha, o también clases sociales, y te insertas en una de ellas, empieza ese proceso de identificación y de cavar trincheras.

¿Qué son las trincheras?

Los procesos de identificación que establecemos a través de los cuales entendemos la política. Cavar una trinchera es empezar a sentirse emocionalmente vinculado a un partido político y establecer esa de idea de 'nosotros y ellos' donde 'nosotros' buscaremos estrategias y herramientas para asegurarnos de que 'los nuestros'  son los buenos y que 'los otros' son los malos.

¿Sabe quién dice que ha salido de una trinchera? Macarena Olona.

Macarena Olona puede haber salido de una trinchera y puede que esté intentando cavar otra. Yo soy de los que creo que en España existe segunda vida en el espacio de la extrema derecha populista. No es un espacio que debamos dar por finiquitado con Vox y Olona tiene algunos ingredientes para reactivar ese espacio.

¿Una segunda vida paralela a Vox? ¿Otra formación?

Sí. Existe una ola de derecha radical populista en Europa, hay una ventana de oportunidad por la que entró Vox, pero Vox jamás ha sido capaz de tener un discurso de derecha radical populista. Intentan tocar esas teclas, pero por sus vínculos emocionales actúan más como facción dura del PP. Es una formación disfuncional que no cubre el espacio que estaban llamados a cubrir.

Dice en un su libro que cuando leemos noticias contrarias a nuestras creencias políticas entramos en disonancia y que solo hay dos vías para resolverla: o cambiamos de opinión o rechazamos el mensaje. Dice también que normalmente hacemos lo segundo. ¿Qué explica esto sobre la forma en la que sociedad juzga la corrupción política?

Mucho, es una explicación de por qué en muchas ocasiones la corrupción no acaba siendo penalizada en las urnas. Los ciudadanos, ante un escándalo de corrupción que afecta a los suyos, buscan estrategias de racionalización para considerar que el escándalo no es tal, que es menor de lo que dicen, que es mera intoxicación de la trinchera rival que utiliza los medios de comunicación para difamar. Busca argumentos para exonerar a los suyos.

¿Es lo que hace la Comunidad de Madrid cuando dice que las manifestaciones por la sanidad pública es la izquierda movilizando a los suyos?

Las élites políticas saben que tienen que ayudar a sus votantes a buscar argumentos para evitar esas disonancias. Cuando se habla de "huelgas políticas" es un ejemplo de cómo los políticos hacen un argumentario para ayudar a sus votantes a racionalizar algo que es potencialmente dañino. Les estás dando los argumentos para decir "¿ves?, la sanidad no está tan mal". Eso es argumentario para que la gente de tu partido pueda racionalizar.

¿El argumentario puede pesar más que la experiencia personal de, por ejemplo, ir a pedir a una cita médica y no poder?

Ahí está la cuestión, no siempre es posible racionalizar. Cuando una información es inequívoca, te afecta personalmente y es importante para ti, no tienes estrategias, tienes que aceptarlo, y entras en estado de ambivalencia. Ese identificado que de golpe empieza a dudar y utiliza menos el partido como forma de racionalizar. El tema de la sanidad es un caso precioso para ello.

¿Cómo cree que será la campaña electoral que viene por delante?

Lo mejor que tiene este año electoral es que los pactos postelectorales están clarificados. Sabemos que el PP si necesita a Vox utilizará a Vox, y en el espacio de la izquierda, Unidas Podemos llegará a acuerdos con el PSOE y los nacionalistas periféricos simpatizarán más con ellos. Esto me gusta.

El elemento que me preocupa es que hemos llegado a un nivel de polarización en el que no está claro que aceptemos la derrota. Me preocupa el consentimiento de los perdedores, que los ciudadanos que pierdan no acepten que los otros gobiernen. Que el PP esté fomentando un discurso de la lista más votada es abonar el terreno para que no haya consentimiento de los perdedores.

"Lo mejor que tiene este año electoral es que los pactos postelectorales están clarificados"

Si el PSOE queda segundo y acaba gobernando, un escenario más que posible, ¿cómo van a reaccionar los votantes conservadores si hemos estado durante meses inoculando a la opinión pública que es ilegítimo gobernar si quedas segundo? Yo no me creo que el discurso de la lista más votada sea para justificar pactos con Vox, esto está más que claro. Es elevar los costes a un escenario en el que los segundos puedan gobernar.

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