Este artículo se publicó hace 3 años.
El Internado'El Internado' regresa con la aspiración de "replicar el fenómeno" con nuevos personajes y otro misterio
El Internado: Las Cumbres llega este viernes a Amazon Primer Video con la promesa de no dar un respiro a todo aquel que se deje arrastrar a su misterio y el juego que plantea.
María José Arias
Madrid-
Más de una década después de que El Internado cerrase sus puertas como todo un fenómeno seriéfilo y como una potente cantera de actores que hoy triunfan en cine y televisión, la marca regresa a Amazon Prime Video con un nuevo misterio, otros personajes y un colegio distinto: Las Cumbres. Allí, colocados en un lugar casi inaccesible se encuentran "unos adolescentes se tienen que enfrentarse a peligros que son mucho más grandes que ellos", como explica a Público Laura Belloso, cocreadora y guionista junto con Asier Andueza de una serie que nace con la idea de poder replicar el éxito de su antecesora. En los guiones participan también Sara Belloso y Abraham Sastre.
Su creadora define este regreso no como una continuación, sino como un reboot de la anterior. Es decir, "una historia totalmente nueva en la que lo que hemos hecho es trasladar el concepto del antiguo internado a un nuevo lugar y a unos nuevos personajes". Aunque eso no quita que, para quienes vieron aquellas siete temporadas de Laguna Negra, haya "homenajes y pequeños guiños". El primero se lo encontrarán nada más comenzar. Sin desvelar la sorpresa, "digamos que lo que quisimos fue hacer un regalo a nuestros antiguos fans contándoles, de la manera más sorprendente e inesperada posible, un trocito de la historia que sucedió después entre dos de los personajes más queridos del antiguo internado Laguna Negra", comenta Belloso.
El resto de los guiños a los nostálgicos serán más sutiles. De hecho, es precisamente la nostalgia y su "poder" donde cree su cocreadora que reside el motivo por el que tanto THE MEDIAPRO STUDIO como Atresmedia Studios (BUENDIA ESTUDIOS) decidieron encargar una nueva serie de El Internado. El reto de los creadores inmersos en una "oferta tan enorme" como la actual es "encontrar proyectos que se diferencien y que puedan generar una conexión con los espectadores profunda". Dentro de ese "universo, la nostalgia es un sentimiento muy poderoso y creo que viene de ahí el encargo y la idea de volver a reencontrarnos en un internado".
Pero que esto no llegue a engaño. El Internado: Las Cumbres no es solo para quienes vieron la anterior. Es accesible, adictiva y disfrutable también para quienes lleguen de nuevas. La esencia es la misma. El ritmo que se le imprime a la trama y a los capítulos es tal que no permite despistarse. "Esto es como marca de la casa. En el antiguo ya jugábamos así y ahora queremos volver a hacerlo. Queremos fidelizar, divertir, entretener y no dar un respiro a los espectadores. Es como el ADN de El Internado, forma parte del tipo de juego que queremos entablar con el espectador", promete una de las artífices.
El objetivo es lograr el éxito de la anterior, aunque, como explica Belloso, el equipo tiene presente la dificultad. "Nos hemos puesto el listón muy alto, porque somos muy conscientes de que nos van a comparar con el antiguo. Lo que nos gustaría, aunque no hay fórmula, es generar sensaciones muy parecidas. De hecho, con Luisa Narciso y su equipo hemos vuelto a crear un elenco lo más poderoso posible de chavales carismáticos, de unos actores más que solventes a pesar de su juventud. Lo que nos gustaría es que aquello que pasó volviera a suceder, porque fue importante, fue divertido, fue un fenómeno. De hecho, fíjate, los actores que estuvieron con nosotros a día de hoy son estrellas. Nos encantaría volver a replicar este fenómeno, por supuesto".
Ese elenco joven lo componen Asia Ortega, Albert Salazar, Daniel Arias, Daniela Rubio, Claudia Riera, Paula del Río, Gonzalo Díez, Carlos Alcaide, Sara Balerdi y Francisca Aronsson. En cuanto a los adultos, Natalia Dicenta, Ramiro Blas, Alberto Amarilla, Mina El Hammani, Joel Bosqued, Patxi Santamaría, Lucas Velasco, Joseba Usabiaga, Amaia Lizarralde, Iñake Irastorza, Aitor Beltrán y Kándido Uranga.
Que aparezcan miembros del reparto anterior, aunque en un principio se llegase a plantear, no está previsto. Para justificarlo Belloso tiene una respuesta incontestable: "Porque tendrían que ser profesores, pero, además, unos profesores con muy mala suerte. Que después de haber vivido las atrocidades que vivieron en el otro lugar, vuelvan aquí para les vuelvan a suceder otras cosas, pero igualmente atroces, sería un poco… No acabo de verlo". E igual que tienen claro eso, ocurre con el final. La serie ha nacido con “una idea muy clara de cuál es el final, lo que hacemos es dosificar la información de manera que vamos desgranando el misterio muy poquito a poco".
Normalizar la discapacidad
Una parte de ese misterio tiene que ver con lo que sucede en el internado, con las desapariciones, muertes, rituales, luces, máscaras… pero también con los propios personajes y cómo han llegado hasta allí. En especial, los alumnos, quienes despiertan mayor interés. Y, dentro de todos ellos y sus historias, se eleva la de Amaia (Asia Ortega), una chica que va de dura, señalada por disparar con una escopeta a su padre y que necesita audífonos. Ese rasgo introducido en la construcción de la joven es uno de los grandes aciertos de El Internado: Las Cumbres como ficción. No es habitual que los protagonistas tengan discapacidad y mucho menos que esta se normalice como sucede en este caso.
"Nos gustó hacerlo así, porque realmente es algo que ella tiene integrado en su vida. Tiene que ver con su pasado terrible, con cosas que le han pasado fuera de allí muy poco agradables, pero ella lo tiene integrado y sus compañeros, también. Y creo que es bueno contarlo así porque estoy segura de que la gente que tiene este problema lo vive de esta manera. También ella tiene la fortuna de que con los audífonos consigue escuchar bien, que supongo que habrá casos más graves", explica Belloso sobre cómo se ha tratado el tema, sobre el que se han documentado profusamente y se nota.
Además de la forma en la que se descubre, totalmente orgánica, esta particularidad se usa a favor de la trama y de su desarrollo. Hay escenas en las que el espectador es obligado a colocarse en el lugar de Amaia cambiando el sonido cuando ella no lleva sus audífonos o cuando se le estropean. De la misma manera que se aprecia que su personalidad se modifica cuando se queda prácticamente en silencio. Son recursos que han sido usados, explica la creadora de la serie, para "ahondar un poco en la psicología de los personajes en ciertos momentos. No estar todo el rato con la trama únicamente, sino dar pinceladas que nos permitan bucear un poco en el mundo emocional de los personajes. Y por eso hay ocasiones en las que está este recurso, en el que nos colocamos en su subjetividad utilizando recuerdos sonoros, visuales…".
Alumnos de hoy insertados en una disciplina arcaica
Otra de las marcas de la casa es la combinación que se hace de una trama ambientada en la actualidad con personajes contemporáneos, pero con un misterio que viene de mucho tiempo atrás en un entorno (un monasterio en este caso) con siglos de historias y leyendas. Así, los alumnos se mueven entre clases de piedra centenarias con celdas de castigo en las instalaciones y pizarras y libros digitales. Sobre esto, dice Belloso que "teníamos muy claro que queríamos que los personajes fueran actuales, que fueran altamente identificables para cualquier chaval de su edad que viera la serie, pero la historia tiene muchas reminiscencias antiguas y está ubicada en un monasterio con todo lo que eso sugiere. En esta mezcla creo que está parte de nuestro ADN también".
Al final, los alumnos de Las Cumbres no dejan de ser chavales del siglo XXI que "viven en un mundo totalmente al margen de la sociedad, en un internado que es muy hostil para ellos por esta disciplina terrible a la que tienen que estar sometidos por su mal comportamiento". Aunque su comportamiento, y eso se demuestra pronto, no es el más reprobable. Por un lado, tienen que enfrentarse al misterio. Por otro, también a la disciplina que les imponen.
Como bien explica la guionista de series como Los Serrano y Los hombres de Paco, "la propia institución es un antagonista para ellos (…) Estos chicos viven como un castigo su mera presencia allí. Lo que pasa es que la propia institución tiene excusas morales para tratarles así, porque ellos consideran que están haciendo un trabajo de reinserción (…). Pero, bueno, no todos los profesores piensan igual y hay un poco de debate".
Por las características del lugar donde se encuentra Las Cumbres, el lugar perfecto para rodar la serie fue una combinación de localizaciones. Según cuenta Belloso, la búsqueda se realizó a posteriori, una vez escrito el guion. El colegio es el monasterio de Iratxe (Navarra). Como está en un valle, usaron VFX para darle altura y colocar el bosque de Artikutza (Guipúzcoa) en sus alrededores. Y el plató se levantó en San Sebastián. "Lo buscamos a posteriori, aunque es verdad que la historia tiene que ver con la mitología del norte. Creo que eso tiene que ver con que Asier y yo somos de por allí, hemos crecido en esa zona y nos interesa ese mundo", confiesa Belloso.
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